Atormentado Amor

23|Joana

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John Meyer

Cuando todos recibimos la noticia inesperada de Piers en aquel verano nuestras vidas tuvieron un giro inexplicable, cada uno siguió un camino distinto, por ejemplo, Jamie y yo nos concentramos en nuestro matrimonio que apenas iniciaba a pesar de los problemas enfrentados por las diferencias demostradas ante el caso que nos fue asignado meses después.

Posteriormente de la perdida fuerte que padecimos comprendí una lección importante está puta vida que, llevada durante estos años, era mejor vivir tranquilamente sin pelear con otras personas dejándole de darle importancia a las palabras y hechos insignificantes porque desconocías el segundo, minuto y hora que sería tú último instante con tus seres queridos.

Por esa misma razón, debía aprovechar mi tiempo a lado de Jamie llevándome una vida que detestaba por sus cursilerías románticas, lo cual no iba conmigo ¿Cómo termine casándome con él? Aún me cuestionaba el cómo me enamoré profundamente de aquel mocoso bobo en mi juventud; Jamie solía ser insoportable por su falta de madurez en ciertos aspectos, él continuaba pensando en que podemos hacer cosas que hacíamos a los dieciocho años como escabullirnos a un parque para follar en la noche, oh joder cómo extrañaba eso, sin embargo, sabía perfectamente que jamás regresarían aquellos momentos al tener un cambio en mi estilo de vida.

Desde la ausencia de Piers en la BSAA se ha convertido en un caos causando horror entre los soldados puesto que, Barry y los superiores se unieron para implementarnos medidas a fin de evitar otra situación similar, es decir, un romance entre un superior y un soldado; me parecía una grave falta de respeto porque teníamos derecho a enamorarnos sin importar que sea dentro del trabajo, no obstante, esto influía el campo de batalla debido a las consecuencias que implicaban una muerte seguro al arriesgar sin pensarlo por esa personita que forma parte de ti.

Nunca pensé odiar un trabajo y mucho menos que se haya convertido en una prisión impidiendo una libertad de expresión ante las decisiones corruptas cogidas por Barry Burton. Sé que no debía levantar rumores ni teorías absurdas sobre un hombre honorable que tiene una reputación impecable.

Solté una risa.

Eso creíamos del legendario Chris Redfield, un hombre respetable, medallas, reconocimientos, una familia estable y una carrera militar impresionante eso nos hacía creer durante unos años hasta que, termine cayendo a la oscuridad convirtiéndose en un monstruo despiadado buscando destrozar a cualquier criatura vulnerable, pero, las consecuencias de sus actos hicieron acto de presencia castigándolo de la peor manera que pudiera haber en el mundo el imbécil termino perdiendo todo lo que fue construyendo en esos años de "pureza" para acabar en una soledad.

Por otro lado, Barry no resultaba ser la excepción. Sus decisiones han hecho cuestionarme su sentido de justicia debido a que, ha estado explotándome laboralmente e insultándome por mi sexualidad con el propósito de obtener información referente al caso Nivans, y desconocía el por qué le interesaba bastante tener cada detalle que ninguna otra organización tuviera.

Me recargue sobre el respaldo del asiento a contemplar mi estupenda vista que tenía, mientras esperaba a Jamie ¿Cómo puede tardarse demasiado? Posiblemente apenas se esté levantando de la cama. La razón que me encuentro despierto desde temprano consta en que he estado trabajando horas extrañas en la oficina buscando cualquier pista que nos ayudara a descifrar el misterio existente.

—¡JONNIE! —GRITÓ JAMIE DESESPERADAMENTE.

Alzó una ceja y hago una mueca de disgusto. He platico con Jamie acerca de correr por las escaleras del estacionamiento subterráneo por los distintos riesgos que puede como una caída hace dos semanas atrás el pequeño bobo termino rodando como bola de boliche en aquellas escaleras; cruelmente reí sin parar, pero después pensé en su bienestar, por lo que, estuve hablando de que no debe llegar al trabajo.