Epilogo|31 años

166 4 2
                                    

***

Piers

La vida siempre tiene una jugada dependiendo de las acciones que hayas desempeñado en el camino, en mi caso elegí pésimas decisiones que me orillaron a un recorrido de tormento. Cada puerta que encontraba termina cayendo a un laberinto sin salida para revivir una y otra vez el dolor ocasionado a las personas que resultaron lastimadas por la indiferencia e ignorancia que demostré, me arrepiento en haber accedido ser pareja de Chris al tener consecuencias graves para ambos lados.

Si tan solo hubiese conocido la verdad a tiempo, otras decisiones habrían sido tomadas para alejarme e iniciar de nuevo una carrera militar a pesar de que, padre terminará decepcionado. Nunca pedía ser distinto a los demás solo deseaba una vida normal que se ajustara a los patrones establecidos en esta vida, pero con el tiempo logré comprender que ser diferente no es malo sino una nueva forma de amar en un mundo cambiante.

En cuanto a Chris, nuestro amor fue tóxico y doloroso. Ambos nos aferramos a una relación que no funcionó desde un principio, siempre existió una inseguridad por nuestra parte, en mi caso sentía celos hacia Jill Valentine y formulaba cientos de teorías en mi cabeza que no dejaban ver lo que en realidad sucedía.

Mi instinto nunca falla sino estuvo previniendo de un desastre donde todos acabamos quemados por el fuego liberado de la oscuridad, pero ciego de amor por un hombre casado decidí arriesgarme creyendo que nadie sufriría cruelmente.

En un lapso estuve aferrado a una violencia psicológica donde las mentiras y engaños eran parte de una relación estable y eran señales de amor que daba Chris. Ciegamente, aceptaba cada golpe recibido hasta que toda esa ilusión fue destruyéndose con cada revelación tenida antes del accidente en China.

Las consecuencias de cada golpe fue hundirme en un sufrimiento después de abandonar al monstruo, buscaba la manera de recuperar aquel amor —maltrato—, para sentirme bien conmigo mismo porque sentía que me necesitaba y yo requería una dosis de amor falso.

Cuando me percaté que no conseguiría mi dosis de dolor busque otra salida fácil que fue un salvavidas para no ahogarme en el laberinto donde estaba atrapado en la oscuridad.

El salvavidas tenía un nombre y era Jeff Slora, un joven agente perteneciente a una unidad dedicada a asuntos ultrasecretos que nadie debe conocer, al menos de ser necesario. Fue enviado a petición del gobierno de Estados Unidos para salvaguardar mi seguridad al ser portador de una nueva cepa de Virus C, él cumplió su trabajo eficiente e inclusive terminó sintiendo emociones sinceras hacia mí, me sorprendió bastante que una persona fuera a enamorarse de una criatura que necesitaba a un domador.

Jeff hizo varios intentos de captar toda mi atención y amor que alguna vez logré sentir hacia los demás. Al principio lo evadía porque no quería descargar todo el odio sentido por haberme enamorado de Chris, y al final terminé aceptando escapar momentáneamente de la oscuridad.

Sinceramente fue un fracaso nuestra relación. Lo engaña a sus narices para buscar información relevante de Chris porque una parte de mí, anhelaba saber qué había pasado con aquel amor atormentado que tuvimos en el pasado; las noticias fueron desfavorables los diversos medios de comunicación hablaban sobre cómo una infidelidad lo llevó a cometer actos de corrupción dentro de la BSAA.

Me dolía leer cada nota que significaba un ataque para el monstruo y todo lo llevo a un laberinto donde estuvo atrapado por años, una historia que no debo contar porque tiene su portavoz.

En el recorrido logramos reencontrarnos de diferentes maneras cuando Natasha decidió secuestrarme en el apartamento que compartía con Jeff en Canadá, la mujer rusa buscaba tener un virus que fuera capaz de tener una cura a base de medicamentos, por lo que, su empresa obtendría buenas ganancias y logró conseguirlo gracias a mi sangre.

Atormentado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora