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Nathan

Extraño ser un joven de treinta años dedicado a servir a su país mediante su trabajo en el cuerpo policiaco de Crystal —un pequeño pueblo con 2,000 habitantes ubicado en Alaska—, no había problemas de seguridad hasta que Natasha apareció para convertirse en alcaldesa y manipular a las personas con la leyenda del destructor, un cuento creado con la finalidad de mantener un control entre los pueblerinos evitando una perdición masiva.

La nueva vida creada me gustaba nadie sabía quién era en realidad y logre sentirme liberado de las ataduras del monstruo, deje de recibir cuestionamiento negativos hacia mi persona, y cada persona que aparecía en este nuevo comienzo me brindaba su amistad sincera.

Después de la fuga estaría dispuesto a regresar al pequeño pueblo para continuar lo que empecé, no puedo abandonar la única forma de mantenerme con vida y alejado de los problemas que esperaban en Nueva York y Boston, aún no estaba preparado para hablar con aquellas personas que buscaban respuestas.

Sé que le debo una explicación a Jeff, Ada, Jill, Claire, Paige y mamá. No estaba preparado psicológicamente para hacer frente a todas las mentiras y daños provocados debido a las secuelas dejadas del monstruo.

Solo esperó que no sea demasiado tarde para pedir disculpas.

—Nathan, debemos movernos —dijo Chris, mientras me sacudía para despertarme totalmente.

Sentía mi cuerpo adormilado, pero yacía despierto contemplando las nubes y enfocado en mis pensamientos analizando la vida llevada. No puedo quejarme porque nadie me ha lastimado desde que me convertí en Nathan Castillo, un muchacho con una personalidad nueva abandonando ciertas características de Piers Nivans.

Chris extiende su mano para ayudarme a levantarme del césped y bobamente vuelvo a aceptar su petición con los ojos cerrados sin recordar todo el tormento vivido a su lado; entiendo que debo superar nuestros problemas porque pueden ser un fuerte obstáculo en el trayecto hasta la orilla sino los hombres que trabajan para el verdugo terminarán encontrando.

Bajo la mirada para acomodarme el uniforme del reclusorio y sacudo la hierba seca que se ha pegado sobre el pantalón. Siento un dolor en el tobillo recordando la caída tenía el primer día, esto será un contratiempo impidiendo que lleguemos a nuestro destino sin ser atrapados por el verdugo.

Solté un quejido cuando di el primer paso para seguir a Chris.

Finjo que no sentí ningún dolor en la lesión para evitar recibir una ayuda del monstruo. Todavía tenía problemas con mirarlo porque cuando miró su rostro recuerdo el dolor sufrido a su lado a pesar de no guardarle rencor ni odio a Redfield.

Desconocí el tiempo que pasé durmiendo bajo la luz de la luna acompañado de un corazón de papel.

Solo puedo asegurar que sentía una tranquilidad en mi interior después de pasar dialogando con Chris acerca de nuestro atormentado amor, y puedo sentirme libre sin ataduras en las muñecas al liberar todos los pensamientos negativos cargados sobre los hombros provocando un dolor físico que impedía conciliar el sueño durante las noches.

Bajo la mirada y continúo caminando a una distancia de Chris. Ambos prometimos darnos un espacio para reflexionar la sinceridad demostrada, nunca estuve equivocado en los verdaderos sentimientos hacia mí solamente fui una aventura que terminó corrompida por el monstruo.

Sacudo la cabeza para alejar los pensamientos negativos que pueden fragmentar el objetivo de la misión.

Estaba sorprendido que Ada organizará un rescate conociendo nuestra amistad rota por los errores cometidos en el pasado y la discusión tenida por las mentiras dichas en cada conversación tenida.

Atormentado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora