Datos ; Wos

Cuatro.

Cuatro:

Venus.

Sonreí cuando me miró un poco y volvió a bajar la mirada para que no vea como se había puesto, me daba un poco de gracia verlo así, era tímido y no iba a negar que estaba re bueno, pero si no salía de él soltarse, iba a hacer que se suelte por mi cuenta, además no le veía nada de malo decir esas cosas.

— Y-ya vuelvo.—Habló parándose de su silla y empezando a caminar yéndose para la cocina, con la mirada en el piso.

Sonreí y agarré mi celular para escribirle a mi mamá diciéndole que en realidad no era tan malo enseñarle a Valentín. Lo dejé de lado cuando escuché la puerta principal abrirse y vi a Fernanda caminando hacía mi con una sonrisa en la cara.

— Hola Venus ¿Cómo andas?—Habló acercándose a mi y saludándome con un beso en la mejilla, sonreí mirando para la cocina esperando a que salga Valentín, pero no salió.

— Bien gracias, ¿Y vos?—Respondí esta vez mirándola, ahora que la podía ver mejor, entendía que se parece mucho mas a Manuel que a Valentín, aunque sus ojos era casi iguales.

— Bien linda.—Habló dejando unas bolsas arriba de la mesa, apartadas de las hojas de Valentín.—¿Estaban estudiando?—Preguntó alzando una ceja cuando notó los útiles de su hijo.

— Eh si, algo así.—Dije con una sonrisa, recordando lo que había pasado segundos antes, fruncio el ceño sin entender y cuando iba a hablar, apareció Valentín.

— Ay hijo, ¿Como la vas a dejar sola a Venus?—Dijo negando con la cabeza y mirándolo de arriba a abajo, y creo que se dio cuenta, como yo, que sus mejillas estaban rojas y su remera mojada.—¿Qué te pasó Valen?—Preguntó caminando a él y agarrando la remera mojada con su mano, tirandola un poco.

Mordí mi labio evitando sonreír cuando sus ojos azules me miraron un rato, tragó saliva y negó con la cabeza restándole importancia a lo que había pasado recién.

— Me ahogue con agua ma, nada más.—Habló en un tono bajo y tranquilo, llevé mi mirada a sus manos, movía sus dedos como queriendo calmarse en un compas de uno, dos y tres, su pié también lo movía pero parecía mas un temblor que otra cosa.

— ¿Y cómo te ahogaste Valen?— Habló frunciendo el ceño y cruzándose de brazos en forma de reproche, quedé escuchando atenta a lo que llegara a decir.

En una de esas le decía que yo le tire alto dato de sexo y su mamá me sacaba a las patas por pervertir a su hijo.

Señora, le juro que yo no soy así.

Solo para avisar, voy a la iglesia los lunes, miércoles y domingos. Amén.

— No sé ma, dejame estudiar.—Habló en su tono bajo de voz y la rodeo para empezar a caminar hacía mi, se sentó otra vez en la silla y aclaró su garganta.—¿Qué me explicabas? Me perdí.—Dijo apretando sus ojos con sus manos y largó un suspiró.

— Valen, ¿Y los lentes? Tenés que usarlos hijo, te vas a hacer mierda la vista.—Habló su mamá empezando a caminar con las bolsas hacía la cocina, sonreí divertida cuando vi que abrió sus ojos rápido y murmuró algo entre dientes.

Sus mejillas estaban rojas y otra vez bajó la mirada cuando se paró de la silla y empezó a caminar hacía las escaleras. Se veía demasiado tímido cuando su mamá decía algo frente a mi, capaz que no era su fuerte hacer amigos.

Porque claramente no era su fuerte hablar.

Volví a subir la mirada cuando escuché pasos en las escaleras y sonreí al verlo con unos anteojos de marco negro, era una onda renovada, y le quedaban muy bien, detras de eso sus ojos azules brillosos lo adornaban.

— Que lindo.—Hablé igual de bajo que él, tratando de imitar su tono, pero no creo que me haya salido porque sus mejillas se volvieron a poner rojas.—Lindos, los lentes.—Aclaré apretando mis labios.

— G-gracias.—Murmuro, los subió con su dedo medio y me miró a los ojos.—No me gustan.—Hizo una mueca y yo reí un poco.

— Pero te quedan re bien, una facha cargas.—Lo animé con una sonrisa, no mentía, no le quedaban para nada mal esos lentes.—El levante que debés tener en la escuela.—Lo jodí cambiandome de silla y sentándome a su lado.

— N-no, en realidad no.—Respondió colorado y empezando a acomodar sus útiles, aunque ya estaban ordenados.

— ¿Tenés amigos Valentín?—Le pregunté un poco curiosa, la verdad era que no podía hacerme la idea de verlo con amigos con lo tímido que era, o capaz que solamente conmigo era así.

Hizo una mueca y negó con la cabeza, y no quería admitirlo pero ya me lo imaginaba, seguro era el pibe nuevo que todos lo molestaban y no tenía amigos, solo los profesores.

— ¿Antes de mudarte tenías?—Pregunté otra vez, apoyandome en la mesa y mirándolo mejor, me interesaba mucho saber algo sobre él porque claramente no era igual que todos.

— Algunos, no muchos, nunca fui muy... sociable que digamos.—Esta última parte lo murmuró, como si le diera vergüenza que yo sepa eso.

Pero desde el momento en que lo vi, supe que no era para nada sociable y casi todos lo intimidaban.

— ¿Sabes qué? Yo tampoco tengo muchos amigos.—Mentí, amigos tenía y para tirar para arriba, pero quería animarlo un poco, no me gustaba verlo así, con la mirada pérdida en algún punto.

Y no yo sabía porqué.

— ¿En serio?—Esta vez me miró, abriendo un poco los ojos, parecía sorprendido y una sonrisita chiquita apareció en sus labios.

— Si, no tengo muchos amigos.—Ladeé mi cabeza para mirarlo mejor, sonrió y asintió con la cabeza.—¿Querés que seamos amigos?—Pregunté subiendo las cejas.

Su cara pareció iluminarse y una sonrisa apareció, una que nunca había visto en todo este rato.

— ¿En serio? ¿Querés ser mi amiga? ¿De mi?—Preguntó algo incrédulo, y por algún motivo me dio un poco de pena.

¿Este chico nunca tuvo una amiga?

— Si Valen, ¿Vos?—Sonreí, asintió rápido con la cabeza y me regaló otra sonrisa acomodando sus lentes un poco nervioso.—Bueno, entonces somos amigos.

— Si, amigos.—Sonrió otra vez, asintiendo con la cabeza y observándome un poco par después largar una risita nervioso.

Entonces ahora era amiga de Valentín.

🌸🌸🌸
se imaginan a Valentín con lentes? ay me muero.

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