Treinta y dos.

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Treinta y dos:

Venus.

Sentí los besos de Valentín pasar por mi cuello, me estremecí aun más cuando sus dedos se metieron entre mi ropa y llegaron a mi espalda para pasar con delicadeza y algo de fuerza. Tiré mi cuello para atrás largando algunos jadeos, mi pecho sentía un calor fuerte quemandome por dentro y me mi zona cosquilleba por dentro.

— Dios me encantas Venus... mucho ah.—Largó un jadeo mientras presionaba su dureza contra mi zona.

No podía creerlo, Valentín me presionaba contra el marmol y movía levemente su cadera, se me fue todo el aire cuando su mano fue a mi muslo, lo apretó y se pegó mucho más a mi, respirando fuerte sobre mi piel. No aguantaba, quería que me toque, verlo a él sin ropa.

Lo necesitaba como la primera vez.

— Vamos a la pieza Valen.—Le dije separándome un poco, asintió dejando besos en mis labios, aun así no lo hizo, siguió apretando su cadera contra mí, y aunque me gustaba mucho, quería ir a la pieza.—Valen... tengo los forros en la pieza.—Murmure acariciando su nuca.

Se separó rojo y con los labios hinchados para reírse un poco.

— ¿Y qué vamos a hacer entonces?—Preguntó haciéndose el boludo, se escondió en mi cuello pasando su nariz por toda mi piel y suspiro.

— Ah no sé, ¿Qué estabas haciendo vos?—Pregunté tocando el borde de su boxer, sentí como se tenso y bajé mi mano hasta su miembro, empezando a tocarlo por arriba de la tela.

— Apretaba.—Murmuró despacio, retuve el gemido que se me quiso escapar al escuchar su voz ronca.

— Ah bueno.

Gruño agarrándome de los muslos y subiendome arriba de él, enrede mis piernas en su cintura y entre besos y toqueteos, subió hasta mi pieza, chocando con todo. Me chocó contra la puerta de mi pieza y yo largue un quejido.

— Perdón.—Largó una risita.

Mordí su labio y lo tiroñe para que me lleve de una vez a la cama y me la meta, no aguantaba ni un minuto más.

Me entendió perfectamente, se tiró en la cama conmigo arriba, me besó con fuerza, recorriendo mi boca con su lengua húmeda, dejaba besitos en mi cuello, igual de húmedos, mi cuerpo temblaba y yo cerraba lo ojos para disfrutar más, sus manos fueron a mi pantalón de dormir y en un tirón lo sacó, empezando acariciarme los muslos.

— No aguanto.—Susurró entré apretones, me empecé a mover encima de él, intentando verlos entre tanta oscuridad, su cadera también se movía abajo mio y los movimientos simulando embestidas me sacaba todo el aire.

Apretó mi culo y con una mano le pegó haciéndome gemir.

— V-valentín...—Solté cortada, jadeo cuando salté un poco arriba de su erección y me sacó la remera.

— Dios.—Susurró en voz baja, estaba sin corpiño y cuando lo notó sus manos fueron directos a mis tetas para empezar a apretarlas, me seguí moviendo encima suyo sintiendo lo húmeda que estaba.

Cambió de posición dejándome a mi abajo ahora, comenzó a besarme, bajé mis besos a su cuello para pasar mi lengua y hacerle algunos chupones, él me trepaba un poco mientras jadeaba, tiró su cuello para atrás y con una sonrisa, le mordí las clavículas y los hombros, sacándole gruñidos.

— Venus...—Ahora mi nombre salió de su boca, empezó a bajar sus besos por todo mi cuerpo, deteniéndose en mis pechos, chupo, masajeó y mordió un poco.

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