Dieciocho.

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Capítulo dieciocho:

Valentín.

Entramos a mi casa casi corriendo, no paraba de sonreír, sentía que en cualquier momento iba a escupir mi corazón y mis pulmones de lo tan feliz que estaba, sostenía la mano de Venus con la mía y escuché su risa cuando la guíe hasta la habitación, no sabía muy bien lo que hacía, pero tenía la necesidad de ver a Venus sin ropa.

Y no entendía de dónde venía ese pensamiento, o bueno tal vez si, pero nunca había sentido algo igual con una chica, Venus me descontrolaba todo el cuerpo, sentía una presión en el pecho al recordar como la besé, que me hacía sonreír.

Entramos a mi pieza, cerré la puerta con llave y me quedé recostado ahí mientras la veía con una sonrisa, bajé mi vista a sus labios, estaba despeinada y me volvía completamente loco, acomode mi pelo y tragué saliva cuando la vi caminar hasta quedar en frente mio.

— ¿Hay alguien en tu casa?—Preguntó pasando sus manos por mi cuello, cerré los ojos cuando sus deditos pasaron por mi nuca y empezó a tocarme, me daba escalofríos.

— Manu, creo.—Avisé llevando yo mis manos a su cintura, la pegué a mi y empecé a besarla, no sé que me pasaba, me quería controlar pero sus labios me llamaban a gritos.

Pasé mis manos por su espalda, llevándola hasta el borde del buzo que le di y jugue un poco mientras metía mi lengua en su boca, sintiendo lo tibia y sabrosa que era, mi cuerpo temblaba, quería sacarle toda la ropa.

— ¿Tenés calor?—Murmure pasando mis labios por el costado de su cuello, empezando a subir el buzo para sacárselo, mordí una parte de su piel y empecé a dar pasitos para guiarla hasta mi cama.—Yo si Venus, ayudame.—No sé de dónde salían esas palabras.

Pero cada una parecía salir con más ganas y calentura, prendí el velador y la miré a los ojos agitado, llevé mis manos a su mejilla y fui haciendo que lentamente se siente arriba mio, mientras yo me acomodaba mejor en el respaldo de la cama, me encantaba esto, sentía mi pecho y entrepierna quemarme, estaba prendido fuego.

Y me asustaba.

— ¿E-en que te ayudo?—Murmuró jadeando mientras yo dejaba besos húmedos por todo su cuello, apreté su cintura contra mi erección y cerré los ojos con fuerza, me encantaba esto, quería más, mucho mas de Venus.

— Sacame la ropa.—Pedí volviendo a sus labios, ponerme a pensar en que sus labios estaban arriba de los mios era un sueño, todo mi cuerpo empezaba a palpitar, me temblaban hasta las piernas.

Nos separamos cuando subió mi remera y ahora ella fue la que se metió en mi cuello, dejándome besos y mordiscos, pasaba su lengua, mi respiración se entrecortaba cuando su cadera se movía arriba mío, mi cuerpo estaba caliente y el de ella también. Agarré su remera y de un tirón se la saqué, cambiando de posición, disfrutaba tanto esto.

Quedé arriba de ella, mirándola a los ojos, apoyé mi nariz con la de ella y empecé a mover mi cadera, mordiendo su labio y largando suspiros en su boca, escuchando los de ella también.

— V-venus.—Gemí despacio, mi voz estaba ronca y tenía tantas ganas de sentir su piel con la mía, llevé mis manos a su pantalón y con cuidado fui bajandolo, no quería que se sienta incómoda, porqué yo lo disfrutaba mucho, empecé a bajar a medida que le iba sacando el pantalón.

Dejé besos en sus pechos, por arriba del corpiño, mi entrepierna me dolía de tanto que tardaba, pero quería hacerlo lento, ver su cuerpo y grabar cada detalle en mi mente. Llegué a su zona, y por fin pude bajarle el pantalón, mirando su ropa interior roja.

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