Veintitrés:
Venus.
Largue un suspiro entrecortado, entonces así se sentía, que te hagan mierda por dentro, perder a una persona tan pura como lo es Valentín, que te duela tanto que no podes ni respirar de la angustia, sentir ese nudo en la garganta que te recuerda constantemente que todo lo haces mal, entonces así se siente.
Se siente como si la persona más importante en tu vida se haya muerto, o peor, que vos hayas muerto para él sin haberlo hecho de verdad.
Me paré de la piedra, acomode la campera de Valentín, la olí una última vez y me la saqué, dejándola en sus piernas, limpié mis lágrimas con la manga de mi remera y me agache a su altura para darle un beso en la frente, lento y sintiendo que mis labios picaban, me quemaba todo el corazón.
— Manu se preocupa por vos... él te quiere ¿Sabes?, y y-yo también.—Le dije bajando los ojos, suspire cuando no me dijo nada y empecé a caminar, abrazandome a mi misma por el frío.
Sintiendo esa descarga a tierra, mi cuerpo seguía ahí, pero mi mente no, todo mi interior se había partido en pedazos, me dolía todo, no literalmente, pero dolía, dolía tanto que no podía parar de llorar, se me iba a el aire, y cuando me aleje lo suficiente de ese lugar, comencé a llorar como si me estuvieran matando.
Tal vez me lo merecía, o tal vez no, no sé, solo sabía que tenía que alejarme de Valentín, no por mi, por él, lo había lastimado por ser una miedosa, lo había hecho sufrir
Llevé mis manos a mi pecho y lo apreté, sintiendo mi corazón estrujarse y mi pecho comprimirse, subir y bajar, como si fuera lo peor que me había pasado en la vida, y es que capaz si lo era. Había perdido a una persona tan hermosa como Valentín, tan pura de sentimientos, y probablemente nunca más lo vuelva a tener conmigo.
Dejé de respirar cuando sentí una campera en mis hombros, otra vez, el olor a su perfume me hizo llorar un poco más, y bajé la mirada a mis pies para que no me vea.
— Eu Venus ¿E-estás bien?—Me preguntó despacio, en voz baja, mi cuerpo tembló, sentí la necesidad de decirle que no, que nada estaba bien conmigo misma ahora, que todo lo que hacía estaba mal.
Sólo asentí con la cabeza, limpié mis lágrimas y levanté la mirada al frente, respirando con dificultad, tragué el nudo que tenía en mi garganta y lo intenté bajar, pero era cada vez más grande.
— Yo te acompaño.—Me habló, y sin mirarlo sabía que estaba con su cara neutra.
— N-no hace falta... yo puedo.—Dije tratando de que mi voz no sonará rota, pero no se podía, cada vez que hablaba mi labio temblaba y sentía mis ojos mojarse otra vez.
— Te puede pasar algo Venus, no quiero eso.
Suspire, y sentí esa sensación en el pecho de decir algo.
— ¿Eso importa ahora?—Hablé corriendo mi vista para otro costado, mordí mi labio y oculte un sollozo, el problema era yo, mis acciones y todo lo que salía de mi, ¿Quien podría quererme? Si ni yo me quise ya.
— No empieces, si, importa, me importa y mucho.—Soltó, y cerré los ojos, con fuerza, empezando a caminar mas rápido, intentando llegar mas rápido a mi casa así no tenía que seguirme.

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Fiksi Penggemar❝¿Sabías que podes tener ocho tipos de orgasmos?❞ · Queda totalmente prohibida la copia completa o parcial de esta novela, todos los derechos reservados.