Gravity Falls: aventura inolvidable

La ultima piedra

Dipper y Pacifica van en un carrito de minigolf por todo el bosque rumbo a la montaña de Gravity Falls más cercana a ellos para buscar la ultima pieza que les falta. La piedra mágica, un objeto dimensional muy poderoso y peligroso.

El ambiente se volvía cada vez más espeso, pero aun así, la mañana de ese día aún conservaba ese color mañanero de muchos días en el pueblo, y el mediodía se acercaba, puesto a que pasaron horas desde el inicio del sol.

Ambos jóvenes enamorados dejaron a un lado su romance para ponerse serio a un problema, encontrar una piedra mágica.

El carrito de minigolf subía el camino que llevaba a lo más alto de las montañas y sus cuevas. Curiosamente el lugar donde se dirigían era el mismo en donde Dipper fue llevado por los minotauros para ser entrenado y volverse un hombre.

El camino era cada vez más angosto, tanto, que tuvieron que dejar el carrito a un lado e ir a pie hasta las cuevas.

Dipper y Pacifica caminaron a paso rápido, ninguno de los demás se fijaba a los ojos, puesto que ambos estaban centrados a encontrar la piedra mágica, y si algo hacia que ambos coincidían en ese momento, es que ambos presentan que algo malo los esperaba.

Mientras que en el pueblo, tres chicas caminaban por las calles de Gravity Falls, se notaba que las tres estaban felices, la pasaban bien, hablando entre las tres riendo de chistes entre ellas mientras se dirigían al supermercado para buscar chicos.

  - Mabel, ¿Aun quieres buscar chicos? -dijo Candy  que estaba en el medio de ambas chicas.
  - No, Grenda y yo tenemos un mejor plan, será buscarte un chico -dijo Mabel con una risa pícara -te buscaremos un chico.
  - ¿Qué? -dijo nerviosa- no...no creo que funcione
  - Hay por favor, hace unos veranos sentiste algo por mi hermano -dijo la castaña- Grenda ya tiene a su príncipe, yo conocí a alguien hace días, es tu turno, es por eso que iremos al supermercado y buscaremos a alguien que te acompañe.
  - Bien, pero solo digo que si no funciona no lo volveremos intentar.
  - Bien, pero solo déjame intentar -dijo en una sonrisa insistente

Mabel, Grenda, y Candy entraron al supermercado, vieron con sus ojos que por primera vez por mucho tiempo el supermercado estaba lleno, las personas iban de un lugar a otro.
En ese momento las tres chicas recordaron el próximo evento que llegaba al pueblo, la temporada de pesca, y a la vez el concurso de pesca.

  - Ah, ya me acuerdo, mañana será la temporada de pesca y a la vez el concurso de pesca -dijo Candy haciendo recordar sobre los eventos.
  - Si, pero vamos a lo primero, tenemos que encontrarte un novio, y como hay muchas personas en el supermercado, sacaremos ventaja de eso. Grenda, Candy, vamos a buscar chicos -dijo Mabel señalando a ningún lado con su dedo indice, indicando que era momento de actuar.

Las tres cortina y visitaban diferentes tiendas del supermercado, buscando algún chico que hiciera compañía a Candy, siendo ella la única de las tres que aun no estuvo hablando con ninguno a excepción de algunos.

  - Ya te lo dije Mabel, no creo que funcione -insistía Candy.
  - Oh, vamos todos encuentran su media naranja.
  - ¿Tu ya la encontraste? -pregunto.

En ese momento las palabras dejaron de ser escuchadas puesto a que Mabel no sabia que responder. Después de unos momentos incómodos de silencio, hablo.

  - No, pero eso no importa porque seguiré buscando -Mabel, de inmediato agarro la muñeca de Candy, y la llevo corriendo hasta el lugar donde se realizaban las fiestas infantiles, pero no había duda de que ningún chico pasará por ahí, debido a que la pizza era mas barata, y más deliciosa, suponiendo que algún chico compraría pizza de ese lugar.

Las tres amigas llegaron a paso rápido al lugar dicho anteriormente. Mabel con su típica sonrisa emocionada, Grenda buscando a chicos a lo lejos, y Candy algo preocupada, y nerviosa.