Gravity Falls: aventura inolvidable

Camino a la catarata Trembley

- ¿Geoditos? -pregunto al ver el título del dibujo.

Parecía ser una roca redonda donde tenía incrustados varias piedras preciosas que daban forma su rostro, además de que tenia un par de gemas en la parte de abajo que daba forma de unos pies.

  - Así es -dijo Dipper-, iremos la  curva detrás de la catarata, según lo que recuerdo del diario de mi tío Ford, debe Javier algunos cuantos en esa cueva.
  - ¿Y necesitas mi ayuda? Por lo que yo se, tu puedes hacer esto solo con las manos.
  - Pacifica, estamos a mitad del verano, y yo quiero aprovechar esa mitad del verano contigo.
  - Entonces seré de gran ayuda.

Dipper y Pacifica partieron del lugar, adentrándose al bosque, con su dirección al lago de Gravity Falls, donde Dipper recuerda donde esta la cueva de la cascada.

Mientras que, en otro lugar, Stan y Ford, los únicos que estaban a cargo en la cabaña del misterio, vigilaban sin alejar el ojo de aquel chico  que estaba recostado en el sofá.

No paso más de unos cinco minutos, Stan ya preparaba su bate para golpear el perfecto rostro del que se parecía a su sobrino, mientras que Ford lo revisa de arriba hacia abajo sin explicar  porque el de sus características tan similares al de su sobrino.

  - Esto es raro, pero me fascina haber encontrado otro Dipper ¿malvado? -comentó Ford.
  - Si, si, lo que tu digas hermanito de otra dimensión...

Fue interrumpido por su hermano al instante en que dijo la palabra "dimension"

  - ¿Que fue lo que dijiste? -pregunto Ford.
  - ¿hermanito de otra dimensión?
  - Exacto, el no es un impostor de Dipper, es un Dipper de otra dimensión
  - Se que tus teorias conspirativas son un fraude pero, después de acordarnos que una vez hubo una Mabel malvada que quiso hacer algo con nuestra Mabel.
  - ¿Estas diciendo que él pueda hacer lo mismo?
  - Posiblemente, después de todo, es un desconocido de otra dimensión y no sabemos cuales son sus intenciones en esta dimensión.
  - Tendré que hablar con Ghyl sobre esta situación.
  - Pensé que ustedes dos no se entendían.
  - Lo se, pero él es el único que sabe lo que está pasando en realidad.
  - ¿Pensé que te lo había contado? -cruzó sus brazos arqueo su ceja.
  - Me lo dijo todo lo que se, pero aun siento que no me dijo lo que necesito saber.
  - ¿Y como piensas llamarlo, genio? -dijo sarcástico- Debe estar en alguna parte del universo, y ni si quiera sabemos si tiene teléfono.

Ford lo pensó mejor, ¿que tal si Ghyl no tiene algún método de comunicación? ¿como saberlo?

  - No se porque tengo la sensación de que se me olvida algo -camino hacia atrás, solo para tropezarse con el cuerpo aún desmayado de Soos-. No importa, ya me acorde.

Ford seguía pensando como comunicarse con Ghyl, pero viendo que era casi imposible, decidió por vigilar a aquel chico que tenia un gran parecido a Dipper, no le veía tantas diferencias en sus aspectos, aparte de que estaba desnutrido, delgado, con los brazos débiles, inmóvil.

En algún lugar del bosque, Pacifica y Dipper conversaban de cosas que tenían mucho que ver con el tiempo en que ninguno de los dos se vieron.

  - Y ¿como te fue en el colegio? -tocó el tema el joven de cabellos castaños.
  - No tan bien -respondió Pacifica-. Desde que mis padres perdieron gran fortuna, también perdieron privilegios, lo que les costó vender su mansión para conservar una parte de su fortuna.
  - ¿Y en el colegio?
  - A eso voy. Mis padres tienen una escuela en Gravity Falls que nadie conoce, a excepción de ellos, fue ahí doble conocí a mis "ex-amigas"
  - ¿Hay un colegio en Gravity Falls aparte de...? -señaló dando obvio que en el pueblo había un colegio para los pobladores.
  - Sip. Mis padres sacan provecho de eso. Solo la gente rica manda a sus hijos a estudiar ahí. Mis padres todo el tiempo me decían que debía estudiar para no quedar mal con la gente, y era la más popular porque mi padre fundó la escuela. De ahí tuve amigas, porque si eran mis amigas sus notas subían.
  - Entiendo, ¿Y luego de que llegarán a la quiebra tu familia?
  - Vendieron todo lo que tenían al alcance para conservar su fortuna, sin pensar que luego iba a ser peor. Estoy seguro que sabes lo que paso, ¿No?