La boda de Soos y Melody

263 14 4
                                    

Un lugar tan hermoso y extraño, tan magnífico como misterioso, Gravity Falls era un lugar con esas características. No había quien podía decir lo contrario.
Ese día era muy especial, esa era alguna razón por la que en una parte del bosque, cerca de la cabaña, asientos blancos eran acomodados ante un altar construido con postes de madera, decorados con ramos de rosas que enredaban cubriendo su madera. Un telón blanco semitransparente cubriendo encima de ella.
La cabaña estaba lleno de decoraciones aún por poner y decorar lo que falta el patio de la cabaña.
En alguna de las habitaciones, dónde el sol llegaba a tocar el suelo de madera por la ventana; se encontraba un hombre de cuerpo ancho y robusto, frente a un espejo se arreglaba una corbata de moño, su rostro mostraba nerviosismo, como si lo que estaba por venir era algo importante, algo que posiblemente cambiará su vida.
El tiempo transcurría sin parar, sus pensamientos estaban envueltos en un intervalo de emociones y sentimientos.
Fue cuando en ese momento, como de milagro, entraba a la habitación un joven de cabello castaño, con una sonrisa amable y sincera, pasando a saludar.

  - Hola, Soos. Veo que ya estas listo.
  - Hola, amigo. Podrías ayudarme con mi corbata, no se como hacerlo de moño -señaló su corbata de moño mal amarrada.
  - Claro, Soos. Tienes suerte de que sepa amarrarlo -se acerca para dar un nudo a su corbata-. ¿Estas nervioso?
  - Talvez un poco.
  - ¿Un poco?
  - Hoy es el día de mi boda, y pensar que estoy apunto de casarme con Melody me pone algo... nervioso. Ya sabes, cosas del amor.
  - Si, lo se. Me ocurre lo mismo, no es que quiera decir que me este por casar con Pacifica ni nada por el estilo -mueve sus ojos de un lado a otro-. Pensándolo mejor, talvez no lo se. Solo soy un chico de unos dieciséis años, pero si algo del amor, es que llega a ser doloroso, como mi ruptura temporal, a la vez que maravilloso. Tan sólo imaginar a Pacifica, ese cabello, esos ojos, esos labios... -aunque era poco de notar, estaba a punto de babear. Se sacudió la cabeza para entrar de nuevo al tema-. Creo que soy un chico con suerte. Al igual que tu Soos, Melody te ama y tu a ella, y si tomo la psicología de Mabel, el amor es lo que importa, y el estar juntos para siempre según los cuentos.
  - No se que decir, solo quiero que todo salga bien.
  - Y se que lo hará, si no funciona tu boda tendré que vender hasta mis órganos si la boda no es suficiente.
  - ¿Lo prometes?
  - Promesa de amigos.

Ambos chocan miradas de confianza, uno al otro, su amistad en donde ocurría diversión y estupideces seguía en los recuerdos de ambos, en el hilo de tiempo infinito.

  - Yo creo que aún hay tiempo para que se empiece la boda, y también para que llegue los invitados. Iré a ver que pasa. Tú no te preocupes, todo estará bien
  - Confío en ti, amigo.

Después de una corta despedida con una sacudida de manos, el joven castaño baja las escaleras, camina por la sala hasta llegar a la maquina expendedora, donde ingresa los códigos para entrar en ella.
Una vez abajo, en el sotano  de la cabaña, al frente se encontraba en un cuatro paredes invisibles, en estado de prisionero a la parte de Dipper de otra dimensión, como se mencionó, viniendo del pueblo Reverse Falls.
Lo veía tranquilo, tomando su taza de café de forma elegante.

  - ¿Que? -pregunto este al darse cuenta de su presencia- ¿no puedo tomar café mientras leo un libro?
  - ¿Cual libro?
  - El mio, el que estoy escribiendo en mi mente -puso su taza en la mesa que tenia a lado, prosiguió a levantarse y acercarse a Dipper.
  - Debe ser deprimente para ir estar encerrado en este tipo de cuarto-prisión -comentó Dipper.
  - Si quieres cambiamos de lugar, a ver si a ti te parece divertido.
  - No me parece divertido, sinceramente quisiera que vuelvas a tu dimensión.
  - Huy, si, el niño bueno quiere devolver a su contraparte a su dimensión original. Que patético de vos. -Respondió de forma burlona, apoyándose en la pared con los brazos cruzados.
  - Oye, solo quiero ayudarte.
  - Entonces sacame de aquí, ¿Eh? -alteró su voz- ¿No que querías ayudarme?
  - Ese no es el caso, ni siquiera se quien eres.
  - Entonces supongo que no te conoces a ti mismo.

Gravity Falls: aventura inolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora