Gravity Falls: aventura inolvidable

Hechizos de muerte

Los fuertes vientos que golpeaban sin parar a las ramas de los árboles, la fuerte lluvia que empezaba a caer del cielo, el frío penetrante a la piel cada vez más intenso, así se podía describir el escenario donde empezó todo esto.

En resumen, una feria que antes se pensaba para entretener a los visitantes de la misma, se convirtió en un lugar, ya ahora destrozado, dónde las personas se convirtieron en títeres de su mismo tamaño, aunque todos eran iguales, y a pesar de varios ataque que se les dio su cuerpo de madera volvía a la normalidad, recuperando la parte pérdida. El causante fue el dueño de esta atracción, un señor con bigotes largos, que usando un libro de hechizos se convirtió en un monstruo con unos dos metros de altura, un cabello blanco, y su único obstáculo eran dos chicos que eran inmunes al hechizo que tenia que convertirlos en títeres a su disposición, pero ahora manda a su ejército para destruirlo. Es Hasta aquí, donde por la ayuda de los tíos Pines, lograron salvar a su sobrino de una trágica muerte, al tiempo liberando de una prisión hecha con los trozos y pedazos de las atracciones, a Mabel y a Pacifica, quienes corrian en direccion a la cabaña, sin saber que eran perseguidos por el ser horripilante verde. Mientras que Dipper, Stan, y Ford aún quedaban atrapados y encerrados por un montón de  títeres que salían del gigante, un monstruo hecho de metal y del resto de los pedazos de la feria, y con movimientos lentos, era casi fácil esquivar sus ataques.

Stan y Ford protegían a Dipper para que él buscará una solución en el libro de hechizos que se uso para convertir a la gente en títeres.

  - ¿Algun resultado, Dipper? -pregunto Ford mientras disparaba junto a su hermano el gran ejército que los rodeaba y se acercaba poco a poco.
  - Aún no, pero creo que me tomará otro minuto. -respondió Dipper buscando preocupado en el libro algún hechizo que los salvará de esa situación.
  - Sera mejor que te apures -dijo Stan siguiendo disparando- estas armas empiezan a fallar.
  - Odio decirlo -continuo Ford- pero Stan tiene razón.
  - Sólo unos segundos más -busco la página desesperado hasta al fin encontrarla- lo encontré -grito emocionado.
  - ¿Y qué esperas? -dijo Stan
  - Creo que me convertiré en un susurrador -leyó un hechizo inentendible en voz baja hasta cierta parte -Indeminium, expensium, libere hechim ercos -levantó su mano en alto- ¡HART!

Des pronto una aura celeste salió del centro del libro, expandiéndose a todo lugar, golpeando a los títeres haciendo que se quedaran petrificados.

Cuando está aura desapareció por el bosque, los títeres, sin moverse, estaban poco a poco destrozados, como una piel seca, esta madera que los rodeaba caía a pedazos, rompiéndose al suelo.

Todas las personas convertidas en títeres volvían a la normalidad, otros caian del gigante de metal cayendo al suelo,, aunque sus ojos blancos quedaban al principio, sus pupilas aparecían de repente. La gente volvió a la normalidad, incluso personas que ni siquiera estaban aquel evento.

Las personas al recobrar la conciencia, solo miraron a los alrededores, quedando confundidos por unos segundos, y asustados de repente, gritando y corriendo hacia el bosque desapareciendo en esta.

  - Bueno, creo que lo volvimos a la normalidad -dijo Dipper suspirando y viendo como las personas corrian por sus vidas.
  - Espera, ¿Eran personas? -dijo Ford algo confundido.
  - Bueno, estamos a salvo al menos -dijo Stan confiado.
  - Eh, tío Stan, creo que aun hay un problema -decía Dipper señalando dicho problema, un gigante de metal quedaba quieto mirándolos, sin hacer ningún movimiento.
  - Genial, y las armas no sirven -dijo Ford mostrando su arma sin energía.
  - Eh, una pregunta, ¿Por que no se mueve? -pregunto Stan notando la extrañeza del gigante inmóvil.
  - Según este libro -hojeo las páginas- cuando algo es hecho mediante hechizos, si el autor se aleja demasiado es más posible que el hechizo pierda efecto. Creo que no se moverá más -dijo Dipper cerrando el libro y guardandola en su saco.
  - Tenemos que irnos, puede que esa cosa -dijo Stan  sin saber la palabra correcta- este persiguiendo a Mabel y su amiga rubia.
  - Tienes razón, corramos de inmediato -dijo Dipper empezado a correr lo más rápido posible, seguido de sus tíos..