32 - REFUERZOS

75 16 4
                                    

Sebastián

No tardo nada en llegar al poblado. Me voy directo a la cabaña de Jack quien se sorprende al verme tan alterado.

—Supongo que ya te has enterado, ¿no? —pregunta.

Yo le miro intrigado. ¿A qué se refiere? Entonces caigo. Seguramente lo dice por la fuga de Vincen.

—Fue una gran cagada, pero eso es ahora lo que menos importa, Jack —respondo poniendo mi mano sobre su hombro —. Necesito que reúnas a la manada y toda la ayuda que sea posible.

—¿Qué es lo que ocurre? —me indica intrigado.

—Hemos localizado a las hadas. Están dentro de la montaña y, por lo que hemos escuchado, mañana tienen intención de devorarlas.

Jack abre los ojos como platos al escuchar esa noticia.

—Tenemos que evitarlo como sea —dice alterado —. Voy a ponerme en ello ahora mismo. Dime, ¿cuál es el plan?

—Nos reuniremos en la cabaña que hay junto a las pistas de esquí en una hora. Desde allí podremos acceder a los túneles sin llamar la atención. Es donde las tienen retenidas. Si puedes, prepara también un equipo médico. Por lo que he podido ver, no están en muy buenas condiciones.

—Allí estaremos.

Jack sale disparado y yo me dirijo de nuevo al Hotel. Nada más salir del poblado, me encuentro con una mujer rubia. Enseguida la reconozco. Es Alba, la reina de las hadas, y, por lo que veo, me estaba esperando.

—Nosotras también queremos ayudar. Es de nuestras hermanas de quienes estamos hablando —me indica con sinceridad.

Sonrío. No es que no le esté agradecido, pero son hadas.

—¿Cómo lo has sabido? —pregunto intrigado. Ella sonríe.

—Siempre estoy por aquí por si hay noticias. El verte a estas horas no dejaba lugar a dudas.

—Aún así —le advierto —. Es muy peligroso y vosotras no estáis preparadas para la batalla.

—No nos menosprecies, Sebastián —me recrimina —. No olvides que poseemos un canto especial que nos garantiza el poder mental. Vosotros ocuparos de los seres sobrenaturales y dejadnos a nosotras a los humanos. No queremos que haya una masacre de inocentes, ¿no?

Tengo que reconocer que en eso tiene razón. Ahí dentro hay muchas personas engañadas que creen que, en realidad, están luchando contra el mundo sobrenatural sin saber que les están ayudando a crear un mundo de terror. Tal vez nos sea útil que las hadas los saquen de allí.

—¿Podréis actuar desde las sombras? —pregunto. Ella sonríe.

—Es nuestra especialidad.

—¿Sabes que llevan aparatos electrónicos que evitan el control mental?

—Lo sé. Y he descubierto un repetidor al norte de aquí. Destruidlo y no habrá problema.

La previsión y la valentía de esta mujer me dejan gratamente impresionado. Además, necesitamos toda la ayuda posible y no queremos que haya heridos.

—Acudid a la cabaña de las pistas en una hora —le indico convencido.

—Allí estaremos.

Asiento y de nuevo me pongo en camino. La verdad es que el poder de las hadas nos va a ser de mucha utilidad, aunque no puedo dejar de pensar que ésta va a ser una noche muy larga.

Drogo

—¿Qué es lo que pasa? —pregunto mientras me dirijo a servirme una copa —. Espero que sea importante. No puedo dejar a Cris sola mucho rato.

DC VII: LAS MONTAÑAS DEL DESTINO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora