47 - NOTICIA BOMBA

104 16 8
                                    

—¿Pero quieres soltarme de una vez?

Drogo me agarra con fuerza cargándome como a una princesa mientras que yo intento poner los pies en el suelo. Me encanta que sea protector conmigo, pero a veces se pasa. Discutiendo, entramos al salón mientras que todos se nos quedan mirando.

—De eso nada. ¿Acaso olvidas la manía que te tienen las escaleras?

—Hace rato que las hemos pasado y no soy ninguna inválida. ¿Sabes?

—Me da igual. No pienso soltarte hasta que lleguemos al sillón.

Suspiro resignada. No puedo con él.

—Veo que tu hijo sigue tan protector como siempre.

Me vuelvo a ver quién ha dicho eso para encontrarme con una hermosa morena que no había visto antes.

—¿Ágata? —pregunta Drogo sorprendido. Ella sonríe. —¡Menuda sorpresa! Mira Cris. Ella es Ágata, la madre de Justin.

—¿En serio? —respondo alucinada —. ¡Vaya! Es muy guapa.

—¿De dónde crees que ha salido mi belleza natural? —comenta Justin haciéndonos reír a todos.

Drogo me deposita en el sofá e, inmediatamente, tengo a todos los pequeños encima de mí.

—¿Estáis locos? —les riñe Drogo mientras intenta apartarlos —. ¿Es que queréis hacer daño a los bartholitos?

Me río.

—Por favor, Drogo. Si Anqué no pudo, van a poder ellos...

Todos se quedan mirándonos con los ojos abiertos como platos.

—¿Si... siguen ahí? —pregunta Rose con miedo.

—Así es —responde Drogo rascándose la nuca —. No veas como se defendieron y empieza a darme miedo que tengan ya tanto poder. ¿Qué será cuando crezcan?

—Eso lo iremos viendo conforme vayan creciendo —contesta Camile —. Me alegra mucho saber que siguen ahí, pero ahora, por favor, cuéntanos qué pasó.

—Está bien —acepta sentándose a mi lado y abrazándome mientras minidrogo se acomoda en mi regazo —. Ananké nos tenía contra las cuerdas. Había secuestrado a nuestros amigos y no nos daba opción. Cris estaba muy nerviosa, por lo que tuve que dormirla. Ana se puso manos a la obra y empezaron a ocurrir cosas extrañas. El instrumental se derretía y se doblaba justo antes de poder introducirlo en ella. 

—¿Los bebés...? —pregunta Camile con miedo. Drogo asiente.

—Ana me comentó que se lo veía venir. Cuando vio los colmillos de los fetos agarrados a la carne de Cris, empezó a sospechar que sería casi imposible realizar un aborto. Es como si los bebés, desde el principio, tuvieran capacidad de decisión, y más en este caso. Su rápido crecimiento hizo que se aferraran a la vida con más fuerza todavía.

Al escuchar eso, por instinto, llevo mi mano a mi tripita y la acaricio. Entonces siento algo que me hace sonreír.

—Drogo. Creo que me han dado una patadita.

En un segundo tengo un montón de manos sobre mi barriguita. Me entra la risa.

—Fuera todos de ahí —protesta Drogo —. Si alguna mano tiene que estar ahí, es la mía.

—¿Y la mía? —pregunta minidrogo con cara de pena. Drogo le sonríe.

—La tuya es la mía —contesta con un guiño.

Minidrogo coloca su mano en mi tripa y Drogo hace lo mismo. Suspiro divertida. No puedo con ellos.

—Entonces, ¿dices que Ana ya lo sospechaba? —pregunta Nicolae intrigado. Drogo asiente. —¿Y eso de que tienen los colmillos clavados en su carne?

DC VII: LAS MONTAÑAS DEL DESTINO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora