7 - SENTIMIENTO DE CULPA

105 18 6
                                    

Tiff

¿Cómo he podido ser tan idiota? ¿Cómo he permitido que ese imbécil me manejara así? Todavía no me puedo creer lo que he hecho. No sólo le he hecho daño a Peter, sino que además he ofendido a mi prima y a Drogo. ¡Y para colmo he tenido que aguantar las burlas de Samantha! Esto no se lo pienso perdonar en la vida. Hablaré con Camile para que le aplique el castigo más horrible que haya.

Sebastián ya se ha marchado y es hora de volver a nuestras habitaciones a descansar. Hay que madrugar para rescatar a Pet.

Con la cabeza agachada me dirijo hacia la puerta cuando alguien me sujeta del brazo. No necesito mirar para saber quién es. La verdad es que ni me atrevo a mirarle a la cara. Sólo tengo ganas de llorar.

Escucho como se cierra la puerta. Parece que nos han dejado solos. ¡Menuda encerrona! ¿Y ahora cómo me libro? Me siento culpable y no quiero que Peter me vea en este estado.

Intento soltarme el brazo, pero es misión imposible. Me sujeta con firmeza, pero con cuidado para no hacerme daño. Peter siempre tan delicado.

—No es culpa tuya —susurra. Eso me descompone haciendo que me entren ganas de llorar, pero debo ser fuerte.

—¿Ah, no? —pregunto intentando parecer serena —. ¿Y de quién es entonces? He sido yo quien se ha dejado manipular por ese cretino.

—No digas eso —contesta cogiéndome la barbilla y obligándome a mirarle. Al ver su sonrisa me siento todavía peor.

—Por favor, Peter, déjalo —le pido apartando su mano y volviendo a agachar la cabeza —. Te he hecho daño y he ofendido a mi prima y a Drogo. Os he fallado a todos y eso es algo que nunca me voy a perdonar.

Le escucho suspirar. Está claro que mi respuesta no le ha gustado, pero es lo que hay. Ahora mismo me siento como una mierda que no se merece la confianza del resto de sus compañeros.

—No te reconozco, Tiff.

Escuchar eso me sorprende. ¿Qué ha querido decir?

—¿Por qué dices eso? —pregunto intrigada.

—Porque tú no eres así. Eres fuerte y valiente, siempre estás decidida a hacer lo correcto y no te rindes ante nada. Verte ahora así es algo que no me cuadra. ¿Crees que me creí todo lo que me contaste? ¿Acaso te crees que Drogo y Cris no son conscientes de que no eras tú quien hablaba?

Le observo alucinada. ¿En serio piensa eso de mí?

—Tú no lo entiendes —contesto resignada.

—¿Qué es lo que no entiendo, Tiff —pregunta molesto —. Creo que eres tú la que no lo entiende. Dime. ¿Te pusiste tú la pulsera?

—No —respondo negando con la cabeza —. Me negué e intenté resistirme, pero me la puso a la fuerza.

—¿Y aún así te sientes culpable por lo que has hecho? ¡Estabas siendo manipulada! Tú no hiciste nada de eso. Fue Vincen quien lo provocó.

—Pero yo no hice nada para evitarlo. ¿Y si la que hablaba era mi yo real? ¿Si esas palabras salieron del fondo de mi corazón? Empiezo a pensar que dentro de mí hay una persona horrible y eso no me gusta nada.

Me doy la vuelta y rompo a llorar desconsoladamente. Agradezco el que Peter me quiera animar, pero no puedo dejar de pensar que todo es culpa mía.

Siento como unos brazos se aferran a mí por detrás. Intento soltarme, pero es imposible. Aunque no hace fuerza, su abrazo es firme.

—No pienses eso. Esa no eras tú —me indica con voz tranquila —. Eras la persona en la que Vincen quería transformarte. Nada más que eso.

DC VII: LAS MONTAÑAS DEL DESTINO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora