16 - ¿DONDE ESTOY?

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Tiff

Abro los ojos muy despacio. Me siento mareada y me cuesta enfocar la vista. Lo que veo a mi alrededor me sorprende. Me encuentro en una sencilla habitación de piedra sobre una cómoda cama. Parece estar excavada en la roca. Miro a mi alrededor y me sorprende la frugal decoración. Una cosa llama mi atención. Por todas partes hay grabado un extraño símbolo. Es una serpiente abrazando a un huevo. ¿Dónde estoy? Lo último que recuerdo es que caí rendida sobre la nieve y una sombra...

—Peter.

Mi cuerpo se endereza como si hubieran activado un resorte y comienzo a ponerme nerviosa. Supongo que alguien me recogió y me trajo hasta aquí para evitar que muriera congelada. No quiero ser desagradecida. Tengo que darle las gracias a quien sea y salir cuanto antes de aquí. Debo buscar a Peter y sólo espero  que ande cerca.

Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta. La abro muy despacio y me asomo. Ante mí se presenta un pasillo con muchas puertas. En todas ellas el mismo símbolo. No sé porqué me suena, pero no consigo recordar.

Avanzo muy despacio intentando captar alguna señal de vida. Un sonido, un olor, cualquier cosa me vale. Concentro mis sentidos y entonces me llega una dulce melodía de violín. Me siento hipnotizada y la sigo. Es realmente sublime. ¿Quién puede tocar el violín de esa forma tan magistral? ¿Será Pet?

Una brizna de esperanza se clava en mi corazón y, con una gran sonrisa en el rostro, corro hacia el lugar del que procede la música.

Sebastián

¿Qué es este lugar? Lo último que recuerdo es estar organizando a los estudiantes rezagados y, entonces, un gran destello de luz me cegó. Observo atentamente a mi alrededor. Es una habitación excavada en la roca. Es muy sencilla y por todas partes se encuentra el mismo símbolo grabado, una serpiente abrazando a un huevo. Enseguida lo reconozco y eso me preocupa. Si es lo que yo sospecho, es que las cosas no van bien. Algo gordo está sucediendo. Si no, no hay otra explicación para que esté en el monte del destino.

Salgo de la estancia y me encuentro en un largo pasillo lleno de puertas. Comienzo a avanzar con mucha prudencia. En ese momento escucho el sonido de un violín. Sonrío. Sólo Pet puede tocar algo así. Espero que sea él y esté vivo.

Sigo el sonido de la música y me encuentro con Tiff. Ésta está parada ante una puerta y parece como hipnotizada. Le pongo una mano en el hombro y ella da un respingo asustada. Eso me hace reír.

—¿Es que quieres matarme? —pregunta con la mano en el pecho intentando controlar su respiración.

—Disculpa —respondo divertido —, pero es que estabas tan ida...

—Sí —reconoce con una sonrisa —. Es que esa música... ¿Podría ser Pet?

Veo en su rostro que espera de todo corazón que así sea y eso me enternece. La verdad es que, después de todo lo que estamos pasando, el saber que Pet continúa con vida es lo mejor que podría ocurrirnos.

—Sólo él es capaz de tocar así —respondo con una sincera sonrisa —, pero será mejor que entremos para averiguarlo. ¿No te parece?

Tiff asiente nerviosa. Coge aire y abre la puerta.

Sara

Mientras espero a que pase la tormenta, comienzo a escuchar una suave melodía de violín. Me doy la vuelta y veo una puerta abierta en mitad de la roca. ¿Qué es eso? No estaba cuando he llegado aquí.

Muerta de curiosidad, me asomo. Hay un largo pasillo y, al final, unas escaleras. ¿Me atreveré a entrar? La verdad es que creo que hoy ya he agotado mi límite de valor.

DC VII: LAS MONTAÑAS DEL DESTINO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora