36 - DESEOS OCULTOS

90 15 18
                                    

Aviso: Capítulo hot.

Pam

Despierto un poco desorientada. ¿Dónde estoy? Miro a mi alrededor y veo que estoy sobre una cómoda cama en una amplia habitación. La decoración es algo antigua, pero se ve de calidad. ¿Será éste uno de los dormitorios de la mansión? Y de ser así, ¿cómo he llegado aquí?

Enseguida obtengo respuesta cuando se abre la puerta y veo el dulce rostro de Ana. Me levanto y corro a abrazarle.

—Ana. Por fin. No sabes lo preocupada que me tenías.

—Todo está bien, Pam —responde acariciando mi cabello —. No te preocupes por nada.

Ana me coge de la mano y me lleva hasta la cama donde las dos nos sentamos.

—¿Qué ha sucedido? —pregunto intrigada.

—Nada que te deba preocupar —contesta acariciando mi mejilla —. Lo importante es que estamos juntas de nuevo.

Voy a protestar, pero no me da tiempo, ya que une sus labios con los míos. Me dejo llevar. Nunca he podido resistirme a ella ni a su sensualidad.

Poco a poco nos vamos dejando caer en la cama. Nuestros besos son cada vez más profundos, más apasionados. Mientras nuestras lenguas juguetean entre ellas, nuestras manos se ocupan de deshacerse de toda la ropa que llevamos puesta hasta quedar completamente desnudas.

Nuestros labios se separan lentamente mientras nos miramos a los ojos.

—¿Qué pasa? —pregunto divertida —. ¿El demonio no te da marcha?

Ella se ríe.

—Sabes de sobra que nadie puede igualar lo que hay entre nosotras.

Comienza a besarme el cuello y no puedo evitar soltar un gemido de satisfacción. Ana sabe de sobras cuales son mis puntos débiles y los exprime al máximo. Me sorprende mucho esta actitud por parte de ella. Normalmente soy yo la que toma la iniciativa, pero hoy...

Poco a poco va descendiendo hacia mis pechos mientras sus manos acarician mis curvas con delicadeza. Su lengua juguetea con mis pezones mientras me va dando pequeños mordisquitos. Me siento en el cielo. Cuando su mano se introduce en mi entrepierna, pierdo ya todo el control de la situación. Sus suaves dedos saben donde tocar para proporcionarme el máximo placer.

—¿Habéis empezado sin mí?

Me doy la vuelta para encontrarme con Sara en la puerta. Ana le hace una señal con la mano y ésta se acerca a la cama mientras que va quitándose la ropa. ¡Yo alucino! ¿Es que acaso vamos a hacer un trío?

—No sabes cuantas ganas te tenía —susurra Sara mientras se tumba en la cama y comienza a besarme el cuello.

Mientras Sara acaricia mis pechos con mucha delicadeza, Ana va bajando dejando un reguero de besos hasta colocarse en mi entrepierna. Estoy tan excitada que me siento incapaz de reaccionar.

Mi cuerpo se arquea al sentir la lengua de Ana moverse en mi punto más delicado. Mientras tanto, Sara deja de besarme el cuello para bajar a mis pechos. Los aprieta y los chupa con pasión y deseo. Yo me dejo hacer. 

Ana, sin dejar de mover la lengua, levanta mi pierna y coge el brazo de Sara pasándolo por debajo de esta. Antes de que me de cuenta, ha introducido sus dedos en mi vagina. Las dos comienzan a jugar a la vez en mi intimidad haciendo que un montón de emociones me llenen. 

Una oleada de placer me invade haciendo que todo mi cuerpo se relaje. Nunca hubiera imaginado tener una experiencia sexual tan brutal.

—Gra... cias... chi... cas... —balbuceo intentando controlar mi respiración. Las dos sueltan una risa ahogada.

DC VII: LAS MONTAÑAS DEL DESTINO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora