25 - ESA INOCENCIA

81 14 12
                                    

Minidrogo

Camino del salón no puedo dejar de pensar en todo lo que me ha dicho mi yo mayor. ¿De verdad le perturbo tanto? Me duele que sea así, pero yo todo lo hago con buena intención.

Al cruzar la puerta, nos quedamos mirando a mis amigos. Los dos están sentados en el regazo de sus mayores y los dos parecen muy divertidos. Sobre todo Pet.

—Pero mira que era mono de pequeño —comenta Justin divertido.

—Sí, pero yo era más mono —le responde Pet.

—Os equivocáis todos —interviene mi yo mayor —. El más mono era yo.

Todos se ríen con la ocurrencia, sobre todo yo. No puedo negarlo. Tiene razón.

—¿Estás bien, Drogo?

Mi madre se acerca corriendo a él con una gran cara de preocupación. Mi yo mayor se pasa la mano por el pelo y asiente.

—Estoy bien. De verdad —le contesta en tono sincero —. Ahora, por favor, cuidad de estos tres monstruitos. Yo iré a ver cómo está Cris.

Se da la vuelta y se dirige a la puerta cuando mi abuela le llama la atención.

—¿Por qué no nos dices lo que pasa?

Él suspira y agacha la cabeza derrotado.

—Es... demasiado fuerte —responde en tono triste —. Por favor, tened paciencia. Os lo contaré todo cuando Cris se haya recuperado.

Yo le miro intrigado. ¿Qué es lo que ha ocurrido? ¿Y por qué no quiere que nadie lo sepa?

—Drogo —digo acercándome a él —. ¿Puedo ir contigo?

Él me sonríe con ternura.

—No, pequeño —contesta en tono suave —. No quiero que le veas así.

—Pero... 

Intento protestar, pero enseguida me corta poniendo el dedo en mi boca.

—Es mejor así. Recuerda lo que hemos hablado.

Agacho la cabeza entristecido. Sé que le he dicho que no me entrometería, pero estoy muy preocupado por Cris. Sólo espero que esté bien.

—¿Qué es lo que has hecho que no quieres que lo sepamos?

Los dos nos volvemos y vemos al pequeño Justin que se encara a mi yo mayor. Éste sonríe levemente y se vuelve hacia el mayor.

—¿Podrías recordarme por qué somos amigos?

Justin se ríe.

—Porque somos los dos igual de cabezotas. Obvio.

Mi yo mayor suelta una pequeña risa ahogada y continúa hasta abandonar la estancia. En ese momento me vuelvo a minijustin.

—¿Por qué le has dicho eso? ¿Sabes lo mal que lo está pasando?

Todos me miran alucinados. Hasta yo me sorprendo de lo que acabo de hacer, pero tenía que defenderle. Bueno, más bien, defenderme a mí mismo.

—Pero si siempre estás diciendo que es un inútil que no sabe cuidar de ella —se defiende minijustin alucinado.

—Tienes razón —respondo agachando la cabeza —, pero me he dado cuenta de que no es verdad. Hace todo lo que puede y yo sólo le estorbo.

—¿Por qué dices eso? —pregunta minijustin acercándose a mí.

—Porque es verdad —respondo con sinceridad —. Bastantes problemas tiene ya para que encima venga yo a complicarle más. ¿Sabes que estamos en una guerra? ¿Sabes lo que les pasará a ellos si nos ocurre algo a nosotros?

DC VII: LAS MONTAÑAS DEL DESTINO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora