Capitulo 15

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Sora se rio por una graciosa y curiosa escena, el hecho de ver a su novio persiguiendo por el pequeño departamento a una de las niñas más pequeñas.

Aunque eso no era todo lo que traía la escena, más bien el hecho de que el supuesto hombre de la casa hace unos momentos estaba dándole un baño a las niñas y poco después de eso, Yun salió corriendo cuando esté la intento secar.

— Yun, ¡espera! — Grito el chico mientras la niña había comenzado a andar por lugares angostos de la casa apea evitar ser pillada.

Sora en eso volteo a ver en dirección al baño, en definitiva Souta había olvidado algo, mejor dicho alguien. Sentada sobre la taza del baño, estaba el otro par de las gemelas, envuelta en una toalla y mirando como si le hiciera gracia lo que estaba haciendo su hermanita.

— Supongo que mejor me encargo yo de ti, Chii

O ese era el plan, supongo que esperaba mucho de su novio y como este se encargaría del embrollo en que se metió.

Sora tomo a la niña pequeña y se alejo del baño, estas dos se quedaron viendo como es que Yun se burlaba de su "papá" y permanecía sentada en un lugar que el muchacho no podía alcanzar, Sora bajo la vista a la niña que estaba cargando y esta también le dirijo la mirada con una sonrisa.

— ¿Te es gracioso lo que esta haciendo tu gemela?

— Je, je ...a.. achuu~

La chica asintió levemente por eso y ya se centro en el muchacho que andaba prácticamente sentado en la alfombra negociando con un bebé, cosa que está rechazaba la mayoría de los tratos propuestos.

—¡Oye Souta! ¿Dónde esta el paquete de pañales?

— Ah.. no se...—Repondio con poco interés el muchacho.

Aunque en esa casa no habían cuatro personas, eran cinco, si bien esa niña pasaba disimuladamente o más bien ella decidió por pasar inadvertida, esta miró a los dos adolescentes.

— Ten

Chifuyu al sentir una infantil voz, vio a la niña de unos diez años con una mirada un tanto apagada.

—gaa~

La niña pequeña comenzó a inclinarse en dirección a Aoi para tomar lo que esta tenía en la mano.

—Emmm... Gracias — Sora algo dudosa tomo lo que le estaba entregando Aoi, su relación no había mejoraron en nada, era extraño que esta le hablara siquiera.

Si bien, la chica mayor volvió a centrar su atención en la bebe que ya había comenzado a aburrirse, esta finalmente persiguió con el proceso de vestirla.

Aunque hasta algo tan simple había que hacerlo agotador, el hecho de estar tanto tiempo esperando, sólo provocó que Chifuyu se molestara y comenzará a moverse para impedir que Sora hiciera su tarea.

Aoi observó eso y prefirio ignorarlo, esta tomo uno de los tantos libros que ha estado releyendo una y otra vez en el último tiempo, para pasar el aburrimiento, si bien solo permanecía sentada, estaba completamente pendiente de lo que sucedía a su alrededor.

—¡Nuu! Jugá ma'

— Al menos déjame ponerte ropa—Exclamó el hombre de la casa mientras estaba sosteniendo lo que debería vestir la bebé profuga.

Por otro lado se encontraba una chica de unos catorce años haciéndole cosquillas a la bebé que estaba recostada boca arriba riendo por el ataque.

"¿Esta bien que yo siga aquí? "

Era cierto eso, no era extraño que la niña se sintiera como un sobrante, el ver como las otras personas de la casa congeniaban de tal manera, era fácil decir que había un intruso o un fantasma.

La misión principal de lo que llevaban de día tanto Souta como Sora, el hecho de hacer algo tan simple como vestir al par de niñas que ahora se encontraba jugando sentada sobre la alfombra con unos bloques.

Si bien los dos adolescentes sabían que cuidar de un niño no era un juego, pero no comprendían como algo tan simple podía agotarlos de tal manera.

El muchacho se levantó del suelo en donde había decidió que sería "la tumba" de ese día y camino había la cocina, o esa era la intención...

Souta se quedo mirando por un momento la mesa, su billetera se hallaba ahí, además de que esta se encontraba abierta y si era aún más riguroso, se oercataba de que le hacía falta dinero.

—Aoi...

El muchacho de inmediato pensó en esa persona, y luego vio a la madre de esta, quien se encontraba "jugando" con el par de niñas, aunque de verdad es que estaba aguantando como las dos pequeñas le tironeaban la ropa, el cabello o simplemente no la dejaban tranquila, se encaramaban sobre Sora y pedían su atención.

Souta volvió a ver la foto y luego apretó los dientes, y camino derechamente hacia la puerta

— ¿Souta?— La novia del chico desvió la vista al sentir los pasos del muchacho y como este abrió la puerta para salir, Sora se levanto dejando a las niñas de lado y se asomo por la puerta

— ¿Donde vas?

— ¡Nos falta una niña!

 Mi Pequeña Hermana Mayor Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora