Capítulo 43.5

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— Pues, yo creo que marcha bien — Moviendo una flor al compás de la luz de la luna, la chica mientras estaba sentada apoyada bajo un árbol, suspiro y dejo volar a esa flor junto a la pequeña brisa nocturna, para voltear a ver sobre su hombro.

— Je, je, je. Lamento que tengas hacer esto — Una voz masculina y un tanto juvenil se asomo para cruzar miradas con la chica melancólica.

— Esta bien — Dijo esta de manera seca, mientras observaba al joven quien le sonreía pero no se veía nada convencido.

— Keita ¿es verdad?

El chico en su se veía joven, unos veinte, un poco más, de igual modo desprendida cierto aire jovial y un cabello castaño que se acercaba más al rubio y cobrizo.
Sus características, Hotaru las conocía, mas bien hay una niña a su lado que es como la imagen de ello.

— Pues, creo que a ellos le resultó para mejor lo que mi hija hizo — Rirndose un poco Keita también observo al cielo y a la luna, sonrió al ver preciosa escena, y a su amada...

— Yo debería preguntarte eso, ¿estas decidida a abandonar todo? ¿Quizás si sea para mejor como a ellos? — El joven revelado como Keita, puso una pregunta un tanto capsiosa para la adolescente.

— ¿No hiciste lo mismo? — De manera extrañada, Hotaru inclino la cabeza y subió ligeramente los hombros.

— El amor es otro cuento... — Tratando de defenderse, Keita se rasco la mejilla avergonzado y vio a la pequeña niña.

— Aunque, lamento que sea culpa de Atsuko que tengas que decidir eso...— Keita tomo a la niña y la abrazo de manera fraternal.  Atsuko, el nombre real de la pequeña "huérfana" con la que Hotaru pasa todos los días.

— Pronto vendrá mamá, espera un poco más Atsuko — El chico susurrandole eso a la pequeña niña, la soltó y se volvió hacia la adolescente.

Hotaru solo pensó porque se la pasa con la extraña niña, quien es la única que parece anular la maldición de las estrellas, algo peculiar.

Algo egoísta, ese es el motivo principal de que Hotaru se haya metido en esto.

— Aunque, no es una buena forma... Quizás te arrepientas y no hay vuelta atrás.

Hotaru no respondió a eso, no estaba segura de ello, mas bien ¿En que momento se involucró tanto?

— ¿Tu te arrepientes Keita?.

Ella solo le hacía compañia a una extraña niña supuestamente huérfana, de un momento a otro, se pasó la línea.

El joven se quedó callado por un momento, quizás si respondió a eso, pero no mostraba estar triste de eso — Quizás si, quizás no, ¿aún no puedo ver las líneas futuras?

En forma de broma, este respondió y movió su mano para despedirse mientras se disponía a retirarse del lugar.

Akko quien se habia mantenido al margen, se quedó viendo como su padre desaparecía en el camino, nuevamente la dejó otra vez no vio a su mamá , el motivo era simple a la vista aunque cruel, ella debía arreglar su error, por eso estaba allí, pero metió a gente inocente en un embrollo que había sido olvidado.

—Hotaru, lo siento — Se disculpo Akko. Para sentir como su mollera era acariciada en manera de consuelo.

— Las luciérnagas son las estrellas de la tierra.

Con toda la confianza del mundo, Hotaru declaró eso para tranquilizar a su compañera.

Akko se quedó confundída, pero ver a Hotaru sonreír así solo dejó salir una pequeña risa y se acomodo en el regazo de la chica para continuar viendo al cielo.

Hacia una hermosa e iluminada luna.

 Mi Pequeña Hermana Mayor Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora