Capitulo 35

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— Gracias por venir todos los días por Akko — De una manera amable, una mujer de edad vestida con un típico delantal de guardería — Al menos ahora esta de mejor animo, y no se escapa tanto... — Sintiendo cierto golpe, la mujer suspiró y se toco la mejilla.

En si, debe ser duro tener que vigilar a varios niños a la vez.  Hotaru en si no conocía la realidad de un orfanato, quizas no sea tan malo, o es que al menos el de donde vive Akko no lo es.

De cierta manera es reconfortante.

¿Pero que pasara cuando adopten a Akko?

Hotaru sonrio levemente, nada es eterno, y ella tampoco sabe cuando durara viviendo de ese modo, no es como si pudiera seguir ignorando, además por más que su maldición de manera entraña disminuya por la presencia de la niña, no quita el hecho de que esta y hay alguien más involucrado en esta.

La muchacha al ver que la niña no estaba tomando atención y aún hablaba con los demás niños dentro de la casa, tomo un respiro, era la hora de preguntar lo fundamental.

— Disculpe ¿por qué ...Akko ...?

— No puedo decir mucho, algunos están aquí para cuidarlos porque sus familia sufren problemas, Akko no es la excepción,  ella se quedó observando como sus padres se iban.

Hotaru bajó la mirada con cierta pena, es sabido que esa niña es excepcional, y un misterio...pero sigue siendo una niña — ¿Entonces ...ella se escapa...?

— Para ir a buscarlos, aunque nunca ha dicho que la dejaron— La mujer se volteó y le sonrió a la pequeña de seis años que cargaba una mochila y narraba sus aventuras en el "mundo exterior"  — Pero, en un momento dijo que los encontró.

Hotaru inclino la cabeza, la mujer hablaba de manera suave y llena de gozo — Gracias, por hacerla feliz.

Hotaru en si miro a Akko, tienen ellas una relación extraña, no sabia que ella había hecho feliz a esa peculiar niña, solo que ella fue la que le dio energía...que alivio si dolor como su maldicion, que estaba loca ni sola.

Que no fuera egoísta.

— Akko, vamos— Hotaru movió su mano, llamando a la infante que la acompaña en su día a día. 

La niña sonrió y se acomodó la mochila, le prometió a sus amigos llegar con nuevas historias y se despidió para acercarse a Hotaru y despedirse también de su cuidadora.

Hotaru miro de reojo a la pequeña que caminaba a su tarareando una melodía, Akko al percatarse de que esta centrando su atención en ella, se detuvo para el desconcierto de la mayor.

— Hota, prometió ver a Akemi — Confeso la infante con seriedad, no pareciera que estaba dando una sugerencia, sino una orden. Hotaru en cambio no podía decir que no lo dijo.

— Pero, es algo... tarde ... — Con la mirada perdida , la chica se quedo observando al frente en un momento sintió un leve escalofrío como un sonido extraño, de seguro era parte de su cabeza, era algo común, ella no tiene deficiencia psicológica, solo que por una maldición ridícula su percepción de la realidad suele ser confusa.

Akko miro adelante confundida, no había nada, aunque sea algo recurrente si la chica estaba sola, esa niña era una cierta medicina, aunque en ese momento no pareciera que lo fuera. 

—¿Hotaru?

La chica en si se comenzó a mover la uña de una manera nerviosa, y tomo la mano de Akko de forma repentina, en si no pareciera que si fuese una alucinación seria de las típicas que daban miedo, después de todo eran sueños como pesadillas de su mejor amiga.

Akko en si no menciono nada mientras esta arrastrada, aunque no era el mejor momento pero era el único en que podrían hacer esa "inflitrarcion" cuando el sol se esconde y es la luna quien ilumina el cielo.

Lo que iba a ser una "pijamada" y el motivo de porque la dejaron salir de noche con la misma persona que la venia a devolver todos los días que se salía del orfanato, quizás una medida descuidada por parte de los guardianes de allí, pero lo hicieron y depositaron su confianza.

De una forma un tanto precavida, y que se notaba a lo lejos de que era algo que solía hacer a diario.

El turno nocturno de un hospital, suele haber menos gente como menos personal rondando de manera consecutiva, un momento perfecto y más si se actuaba natural.

Caminado relajadamente por los pasillos del hospital y por cada encargado o medico que  se cruzacen solo decían que buscan el baño, que su abuelo estaba internado.

Una adolescente y una niña, no levantaban mucha sospecha con esa inocente mentira, lo sorprendente era que la verdadera niña, que Akko permaneciera callada por su cuenta propia y no sacaba a la luz la verdad.

Ambas entraron a una habitación privada, lo único que fue capaz de leer la infante fue los caracteres para " Akemi"

Extraño seria no sentir como si su corazón se escogiera de apoco, ya el hecho de estar dentro de un hospital podía remover un poco el estómago a más de una persona, pero aunque la dueña de aquella habitación no se viera rodeadas completamente de maquinas, más allá de una por el suero y los ritmos cardiacos, se pensaría que solo esta durmiendo.

Hotaru se colocó aun lado de la camilla y suspiró, mientras simplemente le toca la frente y el cabello a su inconsciente amiga

— Si que te ha crecido el cabello — Como si le contara el chiste a una amiga. Era obvio que esta no respondería, era a la larga una mala broma.

Hotaru se toco la cabeza al sentir cierto dolor, se arrodilló en el mismo lugar y se apoyó en la camilla. Para ver como la expresión de Akemi cambiaba un poco, se veía un tanto aterrada, de dolor en definitiva, no era de alguien que estaba en un momento agradable.

— Esta bien, Akemi, no pasa nada — Hotaru de manera agradable repetía esas palabras, para ver como tanto las "voces" o "imagenes" de su cabeza se apaciguaban.

— Por favor ... sueña.

— ¿Hota? — Akko de forma tímida se acercó por la espalda a Hotaru para abrazarla y murmurar algo que solo dejo al oído un "lo siento"

Hotaru al percatarse de la niña, le sonrió levemente, en verdad pareciera que la pequeña se culpara a si misma por algo que no cometió.

— Si yo ...no estuviera ¿Akemi despertaría? — Mirando hacia la ventana, como la luna iluminaba su cuarto, la chica suspiro, era inevitable no pensar en eso.

Ella pidió el deseo aquella noche...era su culpa que su amiga estuviera en ese estado

—¿Quizás si ella no estuviera...?

Hotaru al percatarse de su sombrío pensamiento, movió la cabeza lentamente en manera de negación — Vámonos Akko

 Mi Pequeña Hermana Mayor Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora