Capítulo 20

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—¿Podrías ya soltar a Chifuyu? - Souta dio un suspiro, mientras se colocaba un pedazo de pan sobre su boca y se limitaba a ver como la chica abrazaba firmemente.

—Ella es la que quiere...estar conmigo — Como si fuera un puchero, Sora apoyo su mentón sobre la mollera de la persona que está estaba abrazando. Souta fijo su vista en la pequeña bebé quien parecía que se estaba aguantando sus emociones o mas bien, ya se había rendido en luchar contra la adolescente.

—Oww ..ba — Chifuyu movio sus brazos al ver a su hermano, con la leve esperanza de que este la salvara,  aún así no parecía que eso se fuera a hacer realidad, el muchacho solo volvió a darle una masticada al pan.

— ...Chii — La otra pequeña menciono eso mientras se apegaba a la pierna de su guardián, no seria extraño, le habían quitado a su compañera de juegos.

— Papá...Chii

El chico solo pudo sentir cierta empatía por Yun, después de todo generalmente se la pasan juntas, se podría decir que asustaba un poco ese lazo "gemelar"

—¿Jueguemos nosotros dos? —

Yun ante eso se quedó pensando esa posibilidad, aun así no se veía del todo confundida y luego volvió a fijar su vista en su hermana cautiva — No.

— Mamá, Chii es de Yun.

Sora solo levantó la vista ligeramente, ahí estaba la niña que tenía sus manos sobre sus caderas y se mostraba firme ante su posición dominante.

Sora en eso desvió la mirada y dejó salir un "mph" como forma de burla e ignorar a la bebé.

— ¿Añuu? — Estando ya de una forma un tanto aislada, la "razon" alzo la vista al sentir como era apegada aún más al cuerpo de la chica mayor.

— Ahora es mía.

— De Yun.

Una discusión un tanto cómica, aunque si se veía el contexto de esa posición o más bien lo que había derivado a todo no era algo chistoso.

De alguna forma, esa pequeña niña, era un cierto apoyo emocional ¿será que puede empatizar con ambas?

Por un lado, si comparte cierta cosas en común con Sora, es el hecho de la maldición y esa debe ser la razón de que fue capturada en primer lugar.

Con Yun, es el sencillo hecho de que eran la misma persona, y que esa infante ya sea por su nueva edad o el lazo misteriosos que las une.

Chifuyu miro como luchaban y dejó salir un suspiro, aunque eso no duró mucho, rápidamente la pelea verbal se había convertido en un tironeo por ella .

El hombre de la casa se quedó viendo esa escena, no había nada de malo en eso, es más esa pequeña pelea parecía ser una buena manera de cambiar el ambiente deprimente que se había centrado en la casa principal de la familia Kabuchi por lo ultimo ocurrido.

Lo de estar en el pueblo, donde se crió el muchacho había sido producto de una estrategia para Aoi, aunque la presencia de ciertas personas habían estropeado el plan.

— ¡So..uta! ¡Souta!

El chico al oír su nombre, se detuvo de golpe y miró a su hermana que estaba haciendo lo imposible para librarse de eso, no era de extrañar que el chico se sorprendiera.

Este solo continuo es escuchado su nombre de la bebé que acostumbraba a balbucear.

— ¡Quielo jugar con Chii!

— No.

— Ya basta — Souta de golpe tomo a Chifuyu de los brazos de Sora, la bebé en eso solo se apoyo en el hombro del muchacho y se quedo viendo por la espalda de este, Chifuyu observo su mano y lo abrazó.

— Baba..bu

El chico en si suspiro un tanto desilusionado por eso, el hecho de que la niña había dicho su nombre pensó que sería algo de esperanza de que por fin pudiera hablar de algo con su "verdadera" hermana.

Un error.

Las dos personas que estaban discutiendo solo se miraron y luego al muchacho de manera confusa.

— ¿Souta? — Con cierto temor a su novio y como este actúo de manera precipitada, Sora sentía como su voz se encontraba temblorosa.

— Papá ¿enojado? — Por otro lado Yun, sintió como sus ojos se volvían cristalinos y ante la vista severa del chico , prefirió acercarse a Sora para abrazarla y "ocultarse" en su pecho.

Aunque las dos estaban equivocadas, el muchacho no estaba para nada enojado, este mencio a la bebé que estaba cargando y la separó de su cuerpo. Chifuyu se movió disgustada y trataba estirando sus brazos delante del chico para que este la volviera abrazar.

— ¿Tu no me odias?

La niña se detuvo y bajo la cabeza, no lo odiaba, pero el abrir su corazón a él era difícil, esa es la sencilla razón de porque ella sigue fingiendo que solo puede hablar con un dialecto infantil.

 Mi Pequeña Hermana Mayor Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora