Capítulo 42

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Yun miro confundida a su "mamá" y luego al chico frente a ella, de manera consevutiva, los "adultos" ante sus ojos no decían nada, solo se miraban de manera extraña y provocaban miedo.

Yun se apego aún más a Sora como para ocultarse del hostil ambiente, y de la mirada del muchacho.

El chico se veía un poco nervioso, podría decir que estaba espiando a su amor, ahora, platónico, sin embargo actuo por inercia y sin pensar en un verdadero plan.

Aunque no podía evitar fijarse en algo.

—¿Y ella? — Tomoya de manera descriminatoria apuntó hacia la bebé que estaba cargando Sora.

La chica por un momento dio un paso atrás, sin embargo, no había notado que la otra bebé gemela estaba detrás de ella apoyada en su pierna, evitando su movimiento.

Ciertamente, una situación difícil.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué no dices nada? — Algo inquietó, Tomoya solo podía fijarse en el rostro de su compañera de clases.

– No pasa nada, pero... Me tengo que ir — Señalando a Chii que se moviera con la mano e intentando dar media vuelta, Sora ya había comenzado su plan de escape.

— ¡Espera! — El muchacho se abalanzó hacia ella y le tomó parte de la ropa por la espalda para detenerla.

—¿Por qué huyes? ¿Es tan malo?

Quizás tenga razón, si ella no hubiera reaccionado así, podría haber sido súper sencillo inventar una excusa cualquiera, pero no fue así.

De cierta forma, fue involuntario, algo la hizo entrar en pánico y la sensación de solo querer huir de allí.

O quizás haya sido el mismo nerviosismo y miedo que imponían las gemelas en su estado anímico.

— Las estoy... Cuidado.

Tomoya asintió, es fácil creer porque lo hace, ya lo sabía. Quizás en su casa falta dinero, pero es cruel.

Lo ha demostrado más de una vez, no salir o traer todos días comida, pensar que es pobre no está fuera de lugar.

Ella debería estar en clubes escolares o salir con sus amigos, no estar "trabajando" la vida era difícil y de cierta manera eso llenaba al muchacho de impotencia.

La torta esta mal repartida en el mundo.

— Lo entiendo... — Ya apenado, Tomoya soltó a Sora y se tocó la nuca para luego hacer una pequeña reverencia en manera de diculpa, el muchacho se sintió peor al ver el rostro asustado de las dos niñas que se a pegaban a Sora.

Había actuado mal, su reacción fue indebida. Y eso provocó que tanto las niñas pequeñas como su compañera de clases se asustaran.

— Lo siento mucho. — Volvió a disculparse.

Sora sabía eso, Tomoya no era un mal chico. Solo estaba preocupado por su amiga, aunque fue una manera ruda de reacción.

Sora en manera de recorfortarlo, le devolvió una sonrisa.

— Mamá...

— Si, ya nos vamos... — Sora después de responder por inercia a ese llamado tímidamente levantó la cabeza.

El adolescente al escuchar la forma en que la niña se dirigió a la chica solo quedó un poco shockeado, y algo molesto. No podía evitar pensar lo peor.

— ¿Quien fue?

— No... Solo las estoy cuidando, no es que sea... — Sora miro a Yun, no podía decir eso, no frente a ella, tragando saliva y mordiendose un poco la lengua, Sora se retracto — Solo las cuido.

— Soa... casa... — En un vago en intento de remediar lo de su hermanita, Chii comenzó a actuar impaciente, al menos para simular un buen motivo de huida.

La chica lo noto de inmediato, no es algo que Chii hiciera, ya hablar era mucho.

— Casa, casa, casa — continuo Chii fingiendo protesta para que las dejarán ir.

Tomoya ante eso comenzó a caer en el juego indirecto de la niñita, y comenzaba a espantarse.

— Tomoya... No pasa nada, pero... — Señalando con la mirada a las dos niñas, el chico solo bajo la cabeza apenado.

Había armado una escena inesesaria, pero aunque se retirará, no quiere decir que no buscaría respuesta.

No Pareciera que Sora le dice al verdad o lo haría, por no decir que las suoeustas niñas que cuidaba la llamaron "mamá"

No era normal.

Y tenía todo el derecho en preocuparse, por no querer pensar lo peor.

– Te veré en la escuela... — Ya avergonzado por su actitud, el muchacho dio la media vuelta para irse. Sin dejar el último mensaje en claro — Ante cualquier cosa, no dudes te decirme, te ayúdare.

Sora movió la mano para despedirse y finalmente se pudo relajar, podría decirse que se evitó, aunque fuera mentira.

— Aun así... Estará vigilandome...

Pronosticando lo que será su nueva vida escolar, la chica se dispuso a volver por sus cosas que estaban debajo del árbol para volver a la casa.

Cuando se encaminó con las dos bebés tomadas de la mano, que ya estaban pasando el susto del mal encuentro, solo para encontrar a otros conocidos.

— Hotaru...—Después de tener una nueva sorpresa, Sora suspiro y se rio — eres como un fantasma, apareces de la nada.

— Que grosera, tengo una vida — Ojeando el cuaderno de estudio de Sora, sin prestarle mucha atención a lo que dijo la dueña.

— Hota miente — La otra pequeña de unos seis años se acerco a Sora y luego señaló hacia la adolescente que la acompañaba.

— Akko... — Murmuró Sora, al notar a la pequeña niña quien luego se alejo corriendo hacia Hotaru.

No sería de extraña la reacción de Sora, mas raro era ver a la niña como a la adolescente frente a ella.

¿Hace cuanto que no las veía?

Desde que fueron al pueblo al acabar las vacaciones, si ya había pasado mucho tiempo ¿eso estaba bien?

— Espera, Hotaru ¿estas bien? — Recordando de repente la condición de Hotaru, Sora se alarmó un poco por el descuido de dejar a esa chica. Esta levantó la vista y noto a Akko como a las bebés que comenzaron a corretear alrededor de Hotaru.

Dando un leve respiro, se fijo en Hotaru, se veía normal...

¿No que tenía alucinaciones? ¿Habrá terminado su maldición?

— No. Hotaru aún tiene su deseo — Akko agregó eso al notar la confusión de Sora al recordar todo lo que conlleva la situación de la extraña chica.

Hotaru al escuchar lo dicho por la pequeña Akko, hizo una señal a la niña mayor haciendo el típico sonido de — Shhh.

Algo era extraño entre ambas. Siempre fue así, una relación peculiar, parecida que solo ellas se comprendían.

Aun asi, verlas era un poco de alivio, hace mucho que no había rastro de ellas, como dijo Sora, eran ver fantasmas.

— ¿Vendrás a cenar? — Sora ignoro lo anterior y tomó el bolso de las bebés, mientras observaba a la chica sentada bajo el árbol.

— Iré. Quiero ver a Souta.

Sora colocó cara indiferencia y frunció el ceño.

— Es mío.

Hotaru solo trato de aguantar la risa, no era una declaración, pero Sora se lo tomó completamente a pecho.

A pesar de todo si quería a ese chico, como para defenderlo así.

 Mi Pequeña Hermana Mayor Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora