Capítulo 21

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La adolescencia, la etapa de la vida donde  no se es ni un niño ni un adulto, comúnmente se dice que uno puede cometer errores, es el momento de hacerlo, salirse del camino esta bien.

Una etapa fundamental.

Aún viendo todo esas hermosa palabrería,  hermosas, se es difícil de creer cuando eres el que vive tal etapa. 

Con sonido enfermante y desagradable de las cigarras, un chico soltó un suspiro, era lo último que pensaría en donde pasar esos supuestos años de oro.

Con el calor infernal del verano y sintiendo una gota de sudor cayendo por su frente, mientras permanecía sentado en bajo la sombra escasa de un árbol.

—Matenme ... — Con una delgada voz y casi inaudible, Souta menciono eso, en si era una forma de desahogo mínimo, aunque no había malas intenciones en eso, aun así no es como si me gustara que las otras tres personas que estaba a unos metros de él, lo escucharán.

Este fijo su vista hacia donde se encontraba su pareja, acompañada de dos  pequeñas niñas que correteanban a su alrededor.

El chico permaneció inexpresivo admirando esa escena, esas dos niñas cumplen bien la labor dentro de su inocencia.

Mantener distraída a Sora.

El muchacho sonrió ante eso y se apoyó en el árbol mientras sentía como sus párpados se volvían pesados, últimamente la falta de sueño se había convertido en su fiel amigo.

Despertar durante las noches, ya era parte de su rutina, aún así no era algo que lo molestara particularmente.

Este finalmente se dejó estar y aprovecho ese instante para poder dormir un momento. 

Yun al notar eso, sonrio y se alejó de las personas con las que estaban jugando, finalmente solo corrió en dirección al muchacho con cierta alegría, una vez frente a él, esta trato de despertarlo moviéndolo.

— Papá, papá, papá...

Aún así, al parecer el muchacho había caído en un sueño profundo, donde los leves movimientos de la pequeña eran completamente inútiles.

Yun se alejó de Souta un tanto asustada.

La imagen borrosa, de una persona tumbada en el suelo, a su lado la conmoción de una varias personas acompañada con el sonido de un sollozo.

Yun sintió como su cuerpo se debilitaba, entre esos sus ojos se ponían vidriosos.

Chifuyu en ese instante, de manera sorpresiva se detuvo y rápidamente se tocó la cabeza y se agachó como si eso fuera a disminuir su dolor.

Sora al notar eso, se acercó a la infante y le tocó la espalda, eventualmente solo escucho el sonido de un desgarrador llanto.

Souta, asustado se incorporó, solo para ver a una de las niñas con una expresión de sorpresa mientras su rostro estaba rojo por el llanto, mientras que una y otra lagrima seguía corriendo por sus mejillas.

—¡Papá!

Chifuyu por su parte, comenzó a sollozar, mientras ese agudo pensamiento que ni siquiera era suyo.  Aunque no era desconocido, sería cruel, era parte de un oscuro pasado, o más bien traumático.

Sora tomó a Chifuyu quien había detenido completamente su acto de juego y colocaba cierta expresión de melancolía, esta miro en dirección a Yun y la señaló con el dedo.

Que esas dos se comunicaran por "telepatia" ya era otro hecho, pero aún poseer recuerdos de la horrosa vida anterior...a la "verdadera"

Souta abrazo a Yun y la dejo llorar por un rato, era claro que no comprendía el verdadero problema, pero el hecho de ver que la otra del par se veía igual de desanimada, solo provocaba la predecible hora de tener que irse y fin a la agradable tarde.

— Entonces...nos vemos...

Con esa sencilla palabra, ambos grupos acordaron lo que sucedería después y se separaron, Sora con Chifuyu, y Souta con Yun, en manera de consolar a la pequeña niña, quien ya se negaba dejar al chico.

Souta junto con Yun, iban a volver a la casa mientras que las otras dos compraban algo simple para poder comer en la tarde.

En la caminata de regreso, donde ya parecía que todo se había calmado, solo fue el inicio de una nueva tormenta en la vida de todos.

Sora se quedó viendo a la niña, esta no dijo nada y sujeto con fuerza la mano de su familiar, no había culpa en eso, Aoi estaba mejor con verdadera gente que la cuide y más si son su familia real, entre eso, Sora trago saliva y lentamente desvió su vista a la anciana.

No parecía que fuera necesario explicar, la mujer se veía sorprendida en todos los aspectos, esta dejo caer la bolsa de compras y cubrió su boca com sus manos mientras unas lagrimas comenzaban a brotar.

Chifuyu comenzó a tirar de la ropa de Sora para señalizar su supuesta impaciencia, aún así fue inútil, no cabía duda de que la mujer de edad la reconocía, de cierto modo.

— ¿Yozora?

 Mi Pequeña Hermana Mayor Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora