Los rayos de sol se cuelan por los tablones rotos que cubren el establo consiguiendo despertar a Raoul. La intensidad de la noche anterior y el dolor de espalda que se le ha despertado durante el reposo le hacen no remolonear demasiado. Pero el espacio vacío a su lado le alarma causándole un sobresalto.
- Agoney? -pregunta preocupado levantándose
No está. No está. No está. "Dónde cojones se ha ido si a penas puede andar?" maldice Raoul. Es imposible.
- Agoney! -empieza a agobiarse el rubio
Raoul se recorre todo el establo en busca de alguna señal, pero nada. Ni siquiera ve las bolsas con la ropa, la comida, la medicina... No puede ser...
- Ago... -suelta más en un susurro que como grito
Empieza a agobiarse. El pulso se le acelera, los oídos de le taponan, las lágrimas amenazan con salir... No está...
- No llores, rubito, que estoy aquí -interviene Agoney entrando por la puerta del establo a la pata coja
- Dios, dónde estabas? -pregunta Raoul mientras se dirige hacia él- casi me da algo, pensé que...
- Que me había ido? -le encara Agoney- no, soy un rencoroso pero no un traidor
Raoul decide pasar por alto la pulla de Agoney para centrarse en lo realmente importante.
- Y dónde has ido? Dónde está todo?
- El gilipollas ese que está ahí en el suelo, vino con un carro -le informa el moreno- esta mañana me desperté y empecé a transportar nuestras cosas, nos vamos antes de que nos descubran o algo
- Dijiste que necesitabamos reposo -le contradice el menor
- Porque teníamos que andar, pero ahora con que nos subamos al carro, el caballo andará por nosotros -explica Agoney
- Vale -asiente Raoul
El menor ayuda a Agoney a llevar las pocas pertenencias que les quedan en el establo al carro. Cuando sale, un precioso caballo negro les espera a ambos.
- Pero y esta monada? -pregunta Raoul dirigiéndose al caballo- hola, amiguito -empieza a acariciarlo
- Amiguito? -pregunta Agoney alzando una ceja- pero si te pisa y te aplasta como a un bicho, es mucho más grande que tú
- Muy gracioso -dice irónicamente Raoul algo más alegre al ver a Agoney bromear con él de nuevo
- A ver, nos revisamos la herida y nos vamos
- Está bien
Y así lo hacen, tras limpiarse bien las marcas hechas por los disparos de la noche anterior y comprobar que no hay ningún riesgo, se disponen a volver a su trayecto.
- Mierda... -maldice en voz baja Agoney cuando intenta subir y un agudo dolor en su muslo se lo impide
- Puedo ayudarte... -se ofrece Raoul
- No, puedo hacerlo yo solo -sentencia el moreno
- No, Agoney, no puedes -le contradice el menor- déjame ayudarte
Raoul posa sus manos en la cintura de Agoney, quien se estremece bajo su tacto y se separa a toda velocidad.
- No me toques! Te dije que lo iba a hacer yo solo -afirma el mayor
- Bueno, basta -interviene Raoul- estoy harto, no podemos seguir así
Y por mucho que se resista, Agoney sabe que tiene razón. No pueden salir vivos de esta si se están matando mutuamente.
- Supongo que sí...
- No quería hacerte daño, Ago -se excusa Raoul- es que todo esto es muy nuevo para mí y no estoy preparado, vale? Lo siento mucho porque te lo dije de una forma muy brusca pero no puedo salir contigo sin más, no me veo capaz
- Yo... también lo siento, es que me había hecho ilusiones y al decirme que no me volví loco y te traté fatal -cede Agoney
- No importa -le hace una mueca el rubio
- Me...me ayudas? -pregunta Agoney algo avergonzado
- Claro que sí
Raoul, ignorando el tirón de su espalda, coge a Agoney por la cintura y le ayuda a subir en el sitio del conductor, mientras él se refugia entre las bolsas con sus pertenencias. Con una simple orden del moreno, el caballo empieza a andar alejándolos de este sitio que solo les ha traído amargura y dolor.
- Sabes ir a caballo también? -pregunta sorprendido Raoul
- La duda ofende
Raoul ríe ante la pose altanera que ha adoptado Agoney, a quien se le acaba contagiando la risa.
- Oye, estamos bien, no? -insiste Raoul cuando las risas cesan
- Sí, Raoul -le sonríe con sinceridad Agoney
- Amigos?
- Amigos -asiente con la cabeza el moreno sin deshacer su sonrisa
Raoul le dedica la mayor de sus sonrisas antes de acercarse a él e intentar besarlo. Intentarlo, pues el moreno le gira la cara haciendo que los labios del contrario se estrellen en su mejilla.
- Qué haces? -se extraña Raoul
- Eso te pregunto yo a ti, somos amigos, no? -contraataca el mayor
- Sí...
- Pues eso, los amigos no se besan, Raoul -se encoge de hombros con condescendencia Agoney
- Estarás de broma, no?
- No, tú besas a Roi? -Raoul niega con la cabeza- pues a mí tampoco
- Venga ya -hace un puchero el rubio
- Lo siento, amigo -imita de forma sarcástica el puchero del contrario antes de dejarle un pequeño beso en la mejilla- descansa, anda, que tienes cara de sueño
Raoul, a sabiendas de la cabezoneria del mayor, decide hacerle caso y echarse un rato a dormir durante el trayecto. En menos de media hora, el rubio ha caído rendido en el carruaje y Agoney no puede evitar quedarse anonadado con la imagen del pequeño cuerpo del chico rubio dormido como un tronco. Se le ve tan inocente, tan bonito, tan frágil... "Y por mucho que intentes no pensar en ello, sigues hasta las trancas de él" se maldice mentalmente.
- Los amigos se miran mientras uno duerme? -pregunta Raoul abriendo un poco el ojo derecho
- Porque tengo la pierna mal, que sino te metía una patada -le amenaza Agoney
- Tienes dos piernas -razona el rubio
- Y muy mala hostia, no me tientes
Ambos ríen a carcajadas. Raoul aprovecha para ponerse de pie, acercarse a Agoney y darle un fuerte y cálido abrazo que dura más de lo socialmente aceptado.
- Me alegro de estar bien, aunque los amigos no se den besos -confiesa Raoul
- Y yo -sonríe con sinceridad el moreno- quizás esto sea lo mejor, no? Intentar por primera vez desde que nos conocemos ser amigos
- Yo intenté ser tu amigo cuando nos conocimos
- Venga ya, me odiabas y yo a ti -ríe Agoney
- De eso nada, si te pasabas el día tirándome fichas -contraataca Raoul
- Ya y tú no te catabas, eso era lo que más odio me producía -ríe el de ojos oscuros
- Quiero que seas consciente de lo mucho que me cuesta decir esto... -informa Raoul- pero me alegro un montón de haberte conocido, me estás volviendo loco pero me has traído cosas muy positivas con las que hacía años que no contaba... así que gracias, de corazón
- Oooh, de nada, pollito -le abraza
Y ese abrazo les une más que nunca, sus almas vuelven a conectar como si de una sola se tratase. Quizás la clave de su relación sea intentar permanecer como amigos... Aunque por otro lado, cómo pretende Raoul que Agoney solo quiera ser su amigo si le dice esas cosas? Así es la vida, una de cal y otra de arena y así lo descubrirán los dos chicos al llegar a su próximo destino...
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91 DAYS (Ragoney)
FanfictionAños 30, Lawless (EEUU), época de la Ley Seca... Raoul era un niño feliz, muy casero, inocente, amable, lleno de vida... Raoul era todo eso hasta que una mafia de origen italiano dedicada a la venta de alcohol clandestino le arrebató a su familia. A...