Capítulo 22 - Primeros Auxilios

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Se le acelera el pulso tremendamente tras el ruido ensordecedor del disparo. En cuanto recupera la visión y el oído por completo, oye sus gritos. Y no sabe qué le duele más, si la pierna por el tiro o el corazón al ver el rostro asustado de Raoul.

- Ago! Ago, joder -lo acuna entre sus brazos- cómo estás?

- Me duele un poco la pierna -hace una mueca- el tipo ese...

- Le he dado con esto -explica enseñándole una de sus latas de conserva manchadas de sangre- no te preocupes por él

- Raoul, te acuerdas de mi cicatriz de la espalda? -el rubio asiente- pues no te confíes

- Pero qué dices si yo...

PUM!

Otro disparo.

- Aaaah! -Agoney está seguro que el grito desgarrador de Raoul se ha oído hasta en Lawless

- Creías que iba a ser tan fácil, rubito? -maldice el hombre llevándose la mano a la cabeza para limpiarse la sangre que le ha hecho Raoul

- Serás... -se indigna el rubio intentando ponerse de pie tras encajar la bala en la espalda

- Raoul, agáchate -le susurra Agoney, aunque el rubio no parece oírle- Raoul, agáchate -el rubio empieza a caminar hacia el intruso mientras saca su revolver de la chaqueta- Raoul, hostiaputa, agáchate!

El rubio le hace caso dejando a Agoney un acceso casi perfecto al hombre, a quien dispara a quemarropa sin dudarlo. El hombre cae al suelo retorciéndose de dolor.

- Dispara, Raoul! -le ordena Agoney

El menor apunta con su revólver al hombre que yace en el suelo y coloca el dedo índice sobre el gatillo. Los nervios le juegan una mala pasada y el pulso se le acelera haciendo que su mano quede poseída por un tembleque nervioso. Nunca ha matado a nadie... Ha golpeado y ha disparado a varios mafiosos, pero matarlos... Raoul no sabe si es capaz, lo cual supone un gran problema, pues si no es capaz de matar a este hombre por salvar el pellejo, cómo se supone que va a matar a los Vanneti?

- Raoul, hazlo! -insiste Agoney

Pero el rubio solo oye los latidos acelerados de su corazón bombeándole los oídos. "Joder, Raoul, tienes su cabeza a dos palmos de distancia, es súper fácil" se anima el menor. Raoul se dispone a disparar, de verdad que lo hace, pero el agudo dolor de su espalda desangrándose le hace perder las pocas fuerzas que le quedan y acaba bajando el brazo.

Y otro disparo.

Agoney acaba de volarle la cabeza al capullo que les ha atacado hace unos minutos.

- Dios mío, lo siento -se echa a llorar Raoul

Agoney se arrastra por el suelo hasta llegar al cuerpo de Raoul y envolverlo con los brazos.

- Por qué lo sientes? -pregunta el moreno

- No he podido hacerlo -se cubre la cara con las manos- vengo contigo para defenderte y no me puedo cargar ni a un tipo que me está apuntando con una pistola

- Raoul, por Dios... -interviene Agoney apartando las palmas de Raoul de su cara para secarle las lágrimas- no me pidas perdón por no ser un asesino

- Nos ha disparado a los dos -afirma Raoul- nos ha disparado a los dos y aún así no he podido matarlo

Y Agoney siente verdadera lástima por Raoul. Él que lleva toda su vida arrepintiéndose de ser un asesino y ahora llega un chico tan puro como Raoul y se pone a llorar por no poder hacerlo... Qué injusta la vida, no?

91 DAYS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora