Capítulo 40 - Entierro

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Agoney no da crédito a lo que ven sus ojos, la camisa blanca de su tío completamente empapada de sangre. Su tío que siempre ha sido cauto y astuto, su tío que nunca deja cabos sueltos, su tío que le enseñó casi todo lo que sabe se está muriendo en sus brazos. Cuando era pequeño, Agoney llegó a creer que era inmortal, que nada podía con él, y ahora su vida se escapa entre sus propios dedos.

- Eh, te vas a poner bien -el moreno se pone a llorar mientras espabila al hombre dándole un par de palmadas en la mejilla- llegaremos a casa y Sebastian te curará como es debido

- No sé si llegaré a casa, Agoney -se sincera su tío dedicándole una sonrisa sincera

Raoul no ha tratado mucho a ese hombre en lo que lleva de tiempo en la familia, pero no hay que ser un genio para ver el cariño y la admiración que le tiene su marido y viceversa. Por ello no puede evitar sentirse la peor persona del universo por alegrarse. La muerte de ese hombre no le da ninguna lástima, él -entre otros- hallanó su casa hace diez años y mató a su familia, puede que incluso violara a su madre.

La muerte de ese hombre solo le trae satisfacción. "Uno menos" piensa. Pero entonces, por qué no se siente como debería? Su plan se está cumpliendo y no puede evitar sentir un pinchazo de dolor en el pecho.

Pero alza la vista y lo entiende todo. Es él. Sus ojos tristes, su respiración agitada, sus labios temblorosos, sus lágrimas, los gritos de desesperación. Lo que le duele a Agoney le duele a él y eso es inevitable.

- No voy a poder aguantar mucho más, Ago -la voz débil del tío del moreno interrumpe los pensamientos de Raoul. El hombre lleva su mano a la mejilla de Agoney y la acaricia a medida que seca sus lágrimas- ya sabes lo que pienso de ti, te has hecho un hombre muy fuerte pero sigues siendo humilde y honesto... bueno... vas a ser el mejor jefe que la familia puede tener, no se lo digas a tu padre -susurra entre bromas el mafioso haciendo reír al moreno- y controla a tu hermano que no se le vaya mucho la pinza

- Lo haré -Agoney asiente repetidamente mientras se seca las lágrimas en vano, pues no tienen pensado cesar en un buen rato

- Te quiero mucho -afirma el más mayor observando los oscuros orbes de su sobrino

- Y yo a ti -Agoney se abraza al cuerpo moribundo del mafioso - es que sigo sin creerme esto, cómo te han podido dar a ti? A quién le has salvado el culo?

- Agoney... -le riñe el hombre

- Venga ya, a ti no te darían así como así, yo...

- A tu padre -confiesa casi con sus últimas fuerzas- a tu padre y al chico que iba con él, el niño del licor -afirma el hombre sin darse cuenta de que Roi está precisamente en ese coche- iban a dispararles y Bruno y yo actuamos a tiempo

- Pero...

- Somos familia, no? -sonríe el hombre

- Somos familia -asiente entre lágrimas el moreno dejando un beso en el dorso de la mano de su tío

Unos segundos después, Vano Vanneti fallece entre los brazos y los sollozos de su sobrino.

A Agoney se le cae el alma al suelo. A Raoul también. Ese hombre al que tanto odiaba y tantas ganas tenía de ver muerto, ha fallecido por salvarle la vida a Roi. A su amigo, a su hermano. No sabe muy bien cómo sentirse al respecto. Por muchas cosas buenas que haga, siempre será uno de los asesinos de su familia. Y eso es algo que no se perdona. Pero si no fuera por él...

- Lo siento mucho, Agoney -los ojos de Roi se clavan con verdadero arrepentimiento en la mirada de Agoney, quien niega con la cabeza restándole importancia

"Y nosotros dos queríamos cargarnos a media mafia? Si se nos parte el alma con el cadáver de un cabrón como este..." piensa irónicamente Raoul.

- No ha sido tu culpa, Roi, él simplemente ha hecho lo que debía que era protegerlos a ustedes -se encoge de hombros el moreno aún llorando- así funcionan las cosas aquí, mediante una jerarquía, y ahora que eres nuestro puente con los Galassia y la persona más importante en nuestro negocio de alcohol, tu vida va primero

- Eso es horrible -sentencia Roi

- Lo es, pero es lo que hay -Agoney se cubre los ojos con las manos y empieza a llorar desconsoladamente- odio este mundo, odio la mafia, odio las armas... yo solo quiero vivir tranquilo sin tener que curarme heridas cada dos por tres ni tener que despedir a mis seres queridos por tonterías como el dinero de mierda, yo quiero tener una familia normal y vivir en el campo alejado de todo... pero es imposible

"La tendremos, mi amor, cuando todo esto acabe nos vamos al campo y seremos una familia. Aunque solo seamos Glenda, Roi, tú y yo" le promete mentalmente Raoul.

- Te quiero -dice Raoul sin venir a cuento y envolviendole entre sus brazos donde Agoney se permite llorar todo lo que necesita- pase lo que pase me tienes a mí y te quiero mucho -repite

- Lo sé -se permite sonreír algo apenado por la situación el moreno agarrándose más fuerte al cuerpo contrario- yo también te quiero

Raoul alza la mirada y se encuentra los ojos curiosos de Roi mirándole con sorpresa. Son muchos años a su lado como para no saber lo que le quiere decir.

"Por qué le has dicho eso? Por qué no le has dado el pésame?"

"No voy a decirle que siento la muerte de su tío, porque no es así. Y no puedo mentirle. Ya no más."

El resto del trayecto es presidido por el silencio, nadie tiene ganas ni fuerzas para adivinar las palabras adecuadas. Lo único que quieren es llegar a casa e intentar olvidarse de todo. Aunque sin saberlo les esperaría una noche muy larga. Pues, tras enterrar a Vano, Glenda y Agoney se refugiarían en la habitación de Roi y Raoul en una velada llena de confesiones desafortunadas.

91 DAYS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora