Capítulo 18 - Monstruo

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Raoul se mete poco a poco en el agua, pese a ser verano, está tremendamente fría. "Me cago en Agoney, en el agua del lago y en mi poca fuerza de voluntad" maldice el rubio cuanto más se adentra en el lago. Pero sus pensamientos se disipan de golpe cuando su cuerpo queda sumergido por completo en el agua.

- Qué demonios haces? -sale como un resorte del agua

- Perdona perdona -ríe a carcajada limpia el moreno- es que me lo has dejado a huevo

- Capullo...

- Pensaba que no querías venir -le reta con chulería el mayor

- Es que si se hace tarde luego tendré frío y...

- Era broma, Raoul -le corta- me parece genial que hayas venido

El rubio pone media sonrisa y asiente. El mayor posa la mano en el hombro contrario y acaricia la zona.

- Ha cicatrizado muy bien -atina a decir Agoney

- Es lo que tiene tener al mejor enfermero del mundo las 24h del día solo para mí -contraataca el rubio

- Vaya, desde cuando eres tan directo? -ríe algo avergonzado el moreno

"Desde que sonrío, desde que lloro, desde que siento... desde ti" Raoul carraspea sacándose de sus propios pensamientos.

- Cómo te la hiciste? -cambia de tema pasando el pulgar sobre la herida del pecho del moreno

- Fue en la boda de mi hermana -confiesa el moreno

- En serio?

- La familia con la que nos unimos era una puta mierda y yo no soportaba al tipo con el que la casaron -explica el moreno- así que en un momento en el que se pasó de la raya, digamos que le disparé un poquito en la pierna

- Ago! -le riñe Raoul

- Le estaba metiendo mano en medio del banquete! Y ella estaba súper incómoda -se defiende el mayor

- Y qué pasó? -pregunta horrorizado el rubio

- Empezó el tiroteo entre ambas familias y bueno, te puedes imaginar el resto -concluye el moreno

- Cómo restaurasteis la paz entre las dos familias? -inquiere con curiosidad

- Lo dejamos en tablas, ellos habían disparado, nosotros habíamos disparado y... él tenía una herida en la pierna y yo en el torso

Raoul, como buen observador que es, descubre una mueca en el rostro de Agoney. Algo falta.

- Qué más pasó?

- Qué?

- Pasó algo más -insiste Raoul

- Hubo dos muertes, una en cada familia, así que... -se encoge de hombros

- Fue ella? La muerte de tu familia... fue tu madre? -pregunta algo temeroso el menor

- Sí -asiente algo apenado Agoney

- Lo siento mucho, no quería...

- No, da igual -afirma con sinceridad el de ojos oscuros- supongo que está bien hablar de esto con alguien

- Tu padre no hizo nada? -sigue Raoul ya que tiene vía libre

- Mi padre no ha querido a mi madre en su puta vida -ríe irónicamente Agoney- y una vez muerta era una tontería rechazar la tregua

- Debió ser horrible...

- Pues coge a Glenda que tenía que consumar la noche de bodas con el tipo que mató a su madre -apunta el mafioso

- Qué asco -hace una mueca de disgusto el rubio

- Totalmente... ves? Por eso odio este mundo, todo se mueve en base a las treguas, los tratos y los negocios... -maldice Agoney- no sabes lo que hubiese dado yo por haber nacido en una familia como la tuya, que me hubiese pasado toda la vida trabajando como un cabrón para no tener nada que llevarme a la boca, pero sería honrado... no... no sería un puto monstruo

- Tú no eres un monstruo -niega Raoul con los ojos empapados- me oyes? Tú no eres un monstruo

- Raoul, que me he cargado a un montón de gente, he crecido rodeado de armas en vez de juguetes, yo... yo soy una maquina de matar -confiesa Agoney dejándose llevar y llorando también

- Pero no lo escogiste tú! Mírate, estás lleno de remordimiento y arrepentimiento -razona el rubio con total convicción- una mala persona no se sentiría como te sientes tú -Raoul le coge la barbilla y le obliga a clavar su mirada en la propia- Agoney, oyeme bien, tú no eres un monstruo

Y con la mirada fija en el más puro carbón cristalizado, Raoul descubre que él solito acaba de desmontar los argumentos de su propia venganza.

- De verdad lo crees? -pregunta Agoney sin apartar la mirada

- No he estado más seguro de nada en toda mi vida -sentencia Raoul- no eres un monstruo

El moreno observa los ojos dorados del contrario buscando alguna contradicción en su discurso, pero solo encuentra verdad y puede que incluso admiración. Así que no puede hacer otra cosa que posar la mano en la nuca de Raoul y matar la distancia entre ambos uniendo sus labios. Es un beso corto y casto, no es nada del otro mundo y al mismo tiempo es como si tuvieran el propio mundo entre sus labios.

Es el primer beso de Raoul.

- Lo...lo siento, yo... -se intenta justificar el moreno

Pero Raoul, que nunca había sentido una sensación tan mágica en su vida, se vuelve a lanzar a los labios de Agoney. El moreno, tras la sorpresa inicial, posa las manos en las mejillas de Raoul y le sigue el beso. Cuando se da cuenta de la inexperiencia del contrario y nota que no sabe donde poner sus manos, las coge y las lleva a su propia cintura. En ese momento, siente sobre sus labios la sonrisa de agradecimiento de Raoul, que le hace esbozar una a él, provocando así que choquen sus dientes. Agoney se dispone a profundizar el beso cuando Raoul lo detiene.

- Ago... -suelta casi en un suspiro apoyando su frente en la contraria

- Qué pasa? -pregunta en el mismo tono

- Te acuerdas de la charla que tuvimos el día de tu no boda? -sigue susurrando

- Claro

Sin previo aviso, Raoul vuelve a dejar un tímido beso en los labios ajenos.

- Pues creo que yo también soy gay -suelta en una mueca mirándole a los ojos

- Idiota, me habías asustado -ríe a carcajadas el moreno

- Perdón -ríe Raoul antes de volver a besar a Agoney

Y esas carcajadas a Agoney le saben a gloria, el moreno está seguro de que esa es la melodía que se oye en el cielo cuando te reciben.

- Te acabas de reír? -pregunta Agoney esbozando la sonrisa más grande que es capaz de dibujar

- Sí -admite el rubio volviendo a reír

- Estás más guapo cuando te ríes -confiesa apartandole uno de los mechones mojados que le cae en la cara- cuando achinas los ojitos, así -lo imita

- Tú estás más guapo cuando me besas -contraataca Raoul mordiendose la sonrisa

- Joder, y parecía tonto cuando llegó...

Una nueva carcajada sale de la garganta del rubio pero acaba siendo asesinada por los labios del moreno, quien concede los deseos de Raoul y vuelve a unir sus labios aún sin creerse lo que está pasando.

91 DAYS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora