Capítulo 35 - Error

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Raoul parece estar listo cuando la puerta de su habitación se abre de golpe causándole un sobresalto que le hace colocar sus puños en guardia frente a su pecho.

- Ah, coño, eres tú... -parece tranquilizarse el rubio al reconocer esos ojos verdes 

- Sí... -ríe Roi a carcajada limpia sacándole los colores a Raoul- y por cierto, si alguien te ataca y te limitas a poner las manitas así -lo imita poniendo una cara de susto que el menor no va a dejar de negar que es la suya- lo único que puedes conseguir es matar a tu enemigo de la risa

- Te odio -se pone de morros el rubio

- Estás preparado? -cambia de tema Roi dejando un tierno beso a modo de disculpa en la mejilla de su amigo

Raoul se limita a asentir antes de cambiar de tema otra vez.

- Roi...

- Dime -le pide su amigo mientras es su turno para prepararse

- Le quiero -confiesa jugueteando con la tela sobrante de la manga de su abrigo

- Cómo dices? -arquea las cejas sorprendido el castaño, no tanto por su confesión ya que era más que obvia, sino porque su amigo acaba de abrirse después de años con el corazón encerrado bajo llave

- A Agoney, le quiero -repite ahora alzando la vista y dirigiéndola a las dos esmeraldas brillantes que lo observan con atención- bueno, estoy enamorado de él -suelta rápido y en un susurro antes de sonrojarse y sonreír como un idiota porque JODER qué bien sienta decirlo

Roi, leyendo las palabras ocultas tras esa confesión aparentemente inocente, se acerca a él y envuelve el pequeño cuerpo de su mejor amigo con sus brazos.

- Y qué quieres hacer, hermanito? -le pregunta Roi

- Cargarme a toda la familia Vanneti menos a él -Raoul nota cómo Roi empieza a presionar más fuerte de lo normal, algo tenso quizás- oh, ni a Glenda, obviamente

- Eres idiota, no me preocupa eso! -miente Roi poniéndose casi tan rojo como suele hacer Raoul- Cómo piensas matarlos sin que tu novio se enfade?

- Convenciéndole de que es lo mejor -sentencia el menor

- Vale, definitivamente te has vuelto loco

- Tú dame tiempo y verás, de verdad, creo que no es tan difícil -Raoul le dedica una sonrisa segura y cálida que Roi solo puede aceptar de forma escéptica

Tras la pequeña charla, los dos chicos reciben a Glenda y Agoney en la habitación. La que van a realizar es una misión aparentemente sencilla pero nunca hay que pecar de exceso de confianza, así que han decidido pasar un rato juntos antes de salir por si las moscas.

- Tened mucho cuidado -prácticamente ordena Glenda nada más adentrarse en la habitación

- Que sí, pesada -se queja Agoney alargando excesivamente la última a

- Quedarse aquí mientras espero a que volváis es un puto infierno -se defiende Glenda haciendo un puchero- me siento tan impotente...

- Lo peor de todo es que encima si vinieras nos servirías de gran ayuda -dice sin pensar el rubio- eres muy astuta y tienes una gran habilidad para la estrate...

Un pisotón por parte de Roi le hace darse cuenta de que está hablando de más y decide callarse a medida que vuelve a enrojecer.

- Cómo sabes todo eso? A penas llevas un mes aquí... y pasaste dos semanas fuera -se sorprende Glenda

Los dos amigos se miran al instante, no pueden limitarse a decirle la verdad. "Lo sé prácticamente todo de tu familia porque vine dispuesto a aniquilarla antes de enamorarme de tu hermano...". No, desde luego es algo que no se puede decir así como así.

- Estudié bien la familia antes de intentar entrar -miente Raoul hábilmente. El rubio casi puede oír cómo el aire vuelve a entrar en los pulmones de Roi. Que no le importa Glenda... já y él es moreno...- pensé que sería útil

- A mí no me tenías tan estudiadito, rubio -decide picarlo Agoney entre risas pese a estar tremendamente alucinado con la astucia de Raoul

"Mi gran error" piensa irónicamente Raoul, aunque pronto se arrepiente y rectifica. Tiene muchas palabras para definir a Agoney pero error no es una de ellas.

- Tú eres como las matemáticas, es mejor aprenderlas desde la práctica en vez de la teoría -esquiva la pregunta Raoul como buen torero

- Bueno, antes de que os arranquéis la ropa y empecéis a follar -interrumpe el de ojos verdes haciendo reír a los dos hermanos y avergonzando a Raoul- aprovecho para decir que nunca pensé que encajaría tan bien con dos mafiosos -bromea el de ojos verdes sacándoles una sonrisa a Glenda y Agoney- y que por si pasa algo me alegro mucho de haberos conocido

- Ohhh, que lindo -se emociona Agoney mientras que Glenda se limita a sonreírle con los ojos llorosos

- Y bueno, tú ya lo sabes todo -se dirige ahora a Raoul

- Sí -Raoul se aferra al cuerpo de su amigo en un abrazo tan reconfortante que le hace sonreír- y tú deja de despedirte que no va a pasar nada

- Ya lo sé, pero por si acaso

Los cuatro se dan un abrazo en grupo a modo de despedida a pesar de que tres de ellos van a seguir juntos un tiempo más.

- Ago, cuida de Fango que ya sabes que es un temerario -le dedica media sonrisa Glenda

- Descuida -le acaricia el brazo su hermano

- Y tú no vayas de héroe ni hagas cosas innecesarias -riñe Glenda a Raoul antes de darle un cálido abrazo

El rubio se deja mimar por los brazos de la que supone que es o será su cuñada.

- Cómo me has calado tan rápido? -pregunta sorprendido el menor

- No eres el único que observa, rubio -le guiña el ojo Glenda- y en cuanto a ti, tienes que hacerles ganar tiempo pero no te la juegues si lo ves muy negro, vale? -la chica posa sus manos en los hombros de Roi y empieza a masajearlos- y si algo sale mal, no dispares, corre y ponte a salvo, ya sabes que las armas no son tu fuerte

Roi asiente conteniendo las lágrimas y es en ese mismo momento que la realidad recae sobre la espalda de Raoul. Las armas no son tu fuerte... Roi ha intentado usar un arma en su ausencia? Raoul ha vivido muchas cosas junto a Agoney estas últimas semanas, pero parece ser que ha olvidado que no ha sido el único. La pérdida de la noción del tiempo junto al moreno le ha hecho evitar pensar que Roi seguía existiendo durante el tiempo que no estaban juntos y que su único apoyo ha sido Glenda. Mirándolo desde esta perspectiva, Raoul logra entender mejor la complicidad de ambos. En fin, él mejor que nadie sabe lo mucho que pueden hacer un par de semanas sin despegarte de una persona...

Quizás la empatía y la comprensión le hacen soltar sin pensar mucho las palabras que se muere por decir.

- Podéis comeros la boca tranquilamente, que no engañáis a nadie -los mayores parecen escandalizados ante su propuesta pero por otra parte a Agoney parece que no le ha resultado tan mala idea pues su amplia sonrisa le delata

- Si os es más cómodo, podemos salir -se ofrece el moreno

Los chicos no esperan la respuesta de la pareja, pues Agoney abre inmediatamente la puerta de la habitación y Raoul no duda un segundo en salir.

Ninguno de ellos dos sabrá jamás con exactitud qué pasó en esa habitación, pero el silencio interrumpido por el aparente sonido de unos labios chocando -según Agoney tras estar más de diez minutos con la oreja pegada a la puerta- y la cara de idiota del castaño al salir de la sala les confesaría mucho más que el propio Roi en su interrogatorio personal.

91 DAYS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora