91 DAYS (Ragoney)

Capítulo 20 - Desquicie

Los primeros rayos de sol del día despiertan a los dos chicos que, sin vacilar y siendo conscientes de que tienen un largo camino que hacer a pata, se visten y empiezan su viaje. Deciden aprovechar este momento de soledad para entrelazar sus manos y caminar juntos, sintiendo que se sostienen el uno al otro.

- Tengo calor -se queja Raoul cuando ya llevan una hora andando

- Y yo

- Y hambre -protesta cogiendose el estómago

- Y yo

- Y sueño...

Sin previo aviso, Agoney deja un rápido beso en sus labios que le deja algo atónito.

- Y eso? -pregunta escondiendo una sonrisa con sus dientes

- Quería que te callaras la boca y no sabía una forma mejor de pedírtelo -ríe el moreno

- No no, si las formas han sido lo mejor -ríe el rubio

Agoney suelta una carcajada y afianza el agarre a la mano de Raoul.

Bien entrada la noche, llegan a la ciudad, donde entran en la primera tienda que pillan y compran suministros. Raoul está ya en la caja cuando Agoney se decide a llamar por teléfono.

- Ago, qué tal? Dios mío, hace mucho que no llamabais -dice Glenda algo preocupada

- Son ellos? Diles que son unos mamones, que no den estos sustos -se oye a lo lejos la voz de Roi

- Cállate -ríe Glenda

- Dile a Roi que lo sentimos -ríe algo más relajado Agoney- estamos bien, solo que se nos ha averiado el coche, así que hemos ido andando desde la otra ciudad

- Madre mía... y eso? -se preocupa su hermana

- El motor... pero bueno, qué tal por ahí?

- Bien, os siguen buscando pero Don Galassia ha accedido a hablar con papá, así que a lo mejor pueden llegar a un acuerdo -explica la chica

- Qué bien -se anima el moreno- oye... si te cuento algo, me prometes que no te vas a reír?

- Claro...

Aún no ha dicho nada y ya oye las carcajadas de Glenda al otro lado de la línea. Pero que le den al mundo, le da igual que se rían de él, él está feliz y es un idiota enamorado, así que se lo va a contar igualmente.

- Buah... que le gusto, hermanita -se muerde la sonrisa para no carcajearse en medio de la tienda- le gusto y nos hemos besado

- Qué dices? -pregunta incrédula Glenda

- Qué pasa? -oye a Roi

- Que se han besado -le aclara Glenda

- Qué? En serio? Dios, que fuerte -se emociona el de ojos verdes

- Sí sí -responde su hermana

- Chicos, que sigo aquí -ríe Agoney visiblemente emocionado

- Y cómo fue? Quién dio el paso? Detalles, detalles -le pide Glenda

- Ya te lo contaré todo cuando volvamos -ríe algo sonrojado Agoney

El moreno oye unos ruidos inconexos al otro lado del teléfono y teme por que la llamada se haya cortado. En cuanto oye los jadeos de ambos al otro lado de la línea es consciente que está oyendo un forcejeo. Un forcejeo del que parece resultar vencedor Roi.

- Está Raoul por ahí? Puede ponerse? -pregunta emocionado

- Claro -ríe Agoney

El moreno alza la vista del teléfono y se encuentra al rubio, con la compra ya en las manos, ojeando varios productos de la tienda aleatoriamente.

- Raoul, puedes venir? -pregunta Agoney con una sonrisa resplandeciente

Y claro, Raoul no es de piedra, ya no.

- Dime

- Toma -le pasa el teléfono sin decirle nada más y ayudándole con las bolsas

- Sí?

-Cómoquehasbesadoalmorenoquieroexplicacionesya? -pregunta el castaño casi sin respirar

- Joder, Roi -suelta una tímida risa a la par que empieza a sonrojarse

- O sea que sí? -grita emocionado

- Quieres no gritar? Solo falta que se entere la familia... -se indigna Raoul

- Que le den a la familia, mi amigo acaba de dar su primer beso! -celebra el castaño

- Qué ha sido su primer beso?!? -se oye a Glenda

- Ha sido tu primer beso? -pregunta Agoney con los ojos como platos

- Os queréis callar todos? -se cabrea Raoul poniéndose más rojo que un tomate

- No te avergüences, si lo has hecho súper bien -le tranquiliza el moreno

Las carcajadas y los gritos al otro lado del teléfono acaban con su poca paciencia.

- Que os follen con vuestro desquicie -sentencia antes de colgar el teléfono- vámonos

Agoney recoge las bolsas que le ha dejado Raoul y le sigue al exterior del establecimiento.

- No estás enfadado, no? -pregunta Agoney- que a mí me da igual que fuera el primero

- No estoy enfadado -sentencia Raoul con una seriedad que a Agoney le recuerda a las primeras veces que hablaban- es solo que me cuesta abrirme y cuando lo hago os reís de mí...

- Ha sido sin querer, jo -Agoney mira a ambos lados de la calle observando que tienen vía libre y deja un beso en su mejilla- Roi te quiere un montón, ya sabes que no lo hace con maldad

- Ya lo sé -pone una mueca triste el rubio

Los chicos llegan a una especie de establo abandonado en la que piensan pasar la noche hasta que tengan luz verde para seguir con su huida. Una vez instalados, Agoney sigue la conversación como si no hubiera pasado casi media hora.

- Están muy contentos por nosotros, Raoul -exterioriza el moreno- creo que deberíamos quedarnos con eso

"Es que me molesta que Roi se lo tome tan a la ligera cuando sabe lo complicado que es para mí, ya sabes, por el tema de que quiero exterminar a tu familia y me esté enamorando de ti..."

- Pero aún así me sigue pareciendo muy poco empático por parte de Roi... en fin, él sabe lo duro que es esto para mí -se encoge de hombros aún a la defensiva Raoul

- Y no crees que en vez de tomárselo a la ligera, se ha reído tanto porque está alegre de que al fin hayas roto tus muros y estés siendo más humano? -le hace reflexionar Agoney- sé que ni de coña buscabas algo así cuando viniste a la familia, pero por qué no aprovecharlo?

- Joder, Ago, claro que lo pienso aprovechar -explica Raoul- pero debes comprender que esto es complicado para mí

- Hostia, Raoul, y para mí también -interviene Agoney- y obviamente no vamos a poder estar oficialmente juntos nunca si no queremos que nos maten, pero voy a guardar los momentos en los que estemos juntos como el tesoro que son y quiero que sepas que no hay nada de lo que debas avergonzarte, vale? Y que iremos a tu ritmo

- Lo sé, gracias -hace una mueca Raoul que muere al entrar en contacto con los labios de Agoney- ahora me sabe fatal haberles hablado así...

- Bueno, ya lo arreglarás mañana cuando les llamemos -le tranquiliza el moreno

Una pena que esa promesa sea la primera que no puedan cumplir.