Capítulo 19 - Tiempo

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El tiempo no espera a nadie, eso es un hecho. Pero hay algo más relativo que el tiempo? El mismo periodo de tiempo en situaciones distintas puede resultarte tanto un solo segundo como toda una eternidad. El tiempo no espera a nadie y se nos escapa de las manos. O sino que se lo digan a Raoul, que en brazos de Agoney ha perdido completamente la noción del tiempo.

- Raoul... -le llama entre beso y beso el moreno

- Qué? -pregunta el rubio apresando el labio inferior del mayor entre los suyos

- Se nos está haciendo de noche -consigue decir Agoney- además nos estamos empezando a arrugar

- Pues yo estoy muy a gusto aquí... -sentencia Raoul dejando un leve mordisco en la mejilla del moreno

- Madre mía...

Agoney coge las manos de Raoul y las une detrás de su nuca. Bajo la atenta mirada del rubio, coge sus muslos y le anima a unir los pies en su baja espalda.

- Cógete fuerte -le advierte

- Pero qué... AH! -tras el susto inicial, el rubio le hace caso y se agarra bien al cuerpo contrario

Agoney usa todas sus fuerzas para salir del lago con Raoul a cuestas. Nada más salir del agua, nota el cuerpecillo del rubio temblando y estremeciéndose por el frío.

- Míralo, el que estaba a gusto -le pica Agoney

- Ca...cállate -tirita el menor- y bájame que ya puedo ir andando

El moreno deja un pico en los labios contrarios y lo deja en el suelo. Cuando llegan donde están sus pertenencias, Agoney coge una manta y envuelve a Raoul.

- Tú no te secas? -pregunta el rubio

- Solo tenemos dos mantas, si nos secamos con las dos ya me dirás con qué nos tapamos por la noche -explica Agoney sentándose en el suelo

- Te vas a enfriar

- Nah

Raoul se levanta y se acerca donde está el moreno. Se quita la manta y se la pone a Agoney sobre los hombros.

- No, Raoul... -hace el ademán de quitarse la manta de encima

- Quieres estarte quieto? -le riñe el rubio volviéndole a poner la manta

- No, ven

Raoul hace caso al moreno y se acerca a él. Agoney abre los brazos y las piernas y le hace un hueco invitándole a sentarse, invitación que el rubio no duda en aceptar. Una vez sentado, el mafioso lo envuelve con su propio cuerpo y a ambos con la manta.

- Ves como había solución? -sentencia Agoney apoyando la barbilla en la cabeza del contrario después de dejar un pequeño beso en su pelo dorado

Los dos chicos permanecen así varios minutos, horas incluso, hablando de todo y de nada, permitiéndose ser algo más que un par de fugitivos por un día.

Por primera vez en mucho tiempo, Raoul se siente bien. No tiene presión en el pecho, no le cuesta respirar, no le duele el corazón. Simplemente está contento. Parece absurdo incluso, cómo encuentras la paz en brazos de alguien que te ha hecho tanto daño? Aunque siendo justos, Agoney a penas tenía diez años cuando sucedió todo... Mierda, qué se supone que debería hacer? Si quiere cargarse a los Vanneti no puede dejar vivo a su heredero... pero por otro lado...

Raoul echa la cabeza hacia atrás para observar el rostro de Agoney. Sin tener la más remota idea de lo que pasa por su mente, el moreno le dedica su más sincera sonrisa.

No, no puede cargarse a Agoney.

- En qué piensas? -pregunta repentinamente el mayor

- En ti

91 DAYS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora