Las cinco de la mañana, ha llegado el momento. Raoul, con unas ojeras que le llegan hasta el suelo, despierta a Roi quien duerme profundamente en la cama de al lado.
- Tío, me voy -le avisa
El de ojos verdes tarda unos segundos en espabilarse, pero en cuanto lo hace no vacila en aferrarse al cuerpo de su amigo.
- Siento lo que te dije ayer, si te incomodé en algún momento o lo que sea... no era mi intención -se disculpa Roi- y cuidate mucho, por favor
- Yo también lo siento -afirma sinceramente Raoul- y no te preocupes, que voy a estar genial, prométeme que tú también vas a estar bien
- Te lo juro -sentencia sin titubear el castaño- nos vemos?
- Nos vemos -le asegura Raoul dejando un beso en la cabeza del contrario
El rubio coge su maleta y va a la entrada de la mansión de los Vanneti, donde encuentra a Nero, Glenda y Agoney esperándole.
- Ya estoy
- Chico -le llama la atención el jefe de la familia- toma
El padre de Agoney le tiende un pequeño revólver muy parecido al del otro chico. Raoul lo observa detenidamente, no sabe usarlo pero parece bastante sencillo.
- Recordad, el contacto es muy importante, siempre que tengáis ocasión, llamad -les recuerda Nero seriamente
- Sí -asiente Agoney en un tono que va más dirigido al Nero jefe que al Nero padre
- Y cuidaos mucho, por favor -pide Glenda
- No lo dudes, hermanita -le asegura el moreno envolviéndola con los brazos
- Y aprovecha -le susurra al tener el oído del moreno tan cerca
Agoney simplemente le guiña un ojo a modo de respuesta. El moreno se pone frente a su padre.
- Adiós...
Y sin esperárselo, el hombre se abalanza sobre él y lo rodea con los brazos creando un abrazo que jamás pensaría que recibiría por parte de su padre.
- Ten mucho cuidado -le pide Nero
- Se lo dices al heredero o al hijo? -alza una ceja Agoney
- A los dos, pero primero de todo a ti, Agoney -asegura su padre
- Te quiero mucho, papá -se emociona el moreno mientras abraza a su padre
- Y yo a ti, hijo -afirma con total sinceridad el hombre acariciándole la nuca
Raoul traga saliva y se obliga a apartar la mirada.
- Tenemos que irnos -carraspea
- Es verdad -asiente Nero separándose de Agoney- suerte
- No la necesitamos -afirma con altanería el moreno arrancando una carcajada a su padre y su hermana
- Adiós -se despide Raoul
Los dos chicos se adentran en el coche, Agoney de piloto y Raoul de copiloto y arrancan dejando atrás a la familia Vanneti y todo lo que eso conlleva.
- No tienes buena cara -apunta Agoney cuando empieza a amanecer y las ojeras de Raoul destacan más
- Me costó pillar el sueño anoche -explica sin darle mucha importancia
- Me hubiese gustado despedirme de Roi -interviene el moreno
- Si casi no pude ni despedirme yo -y estas palabras le hacen recordar algo- mierda, se me olvidó decirtelo!
- El qué?
- Aitana me pidió que te diera las gracias por haber sido valiente por los dos
- Oh... me hubiese gustado que nuestras familias hicieran la alianza y poder llevarme bien con ella -confiesa el de ojos oscuros- parece buena chica
- Estoy seguro de que lo es -corrobora Raoul
Siguen el trayecto en silencio. Raoul descubre que hay algo que a Agoney le queda mejor que examinar armas: conducir. La concentración, la seriedad en su rostro, sus manos rodeando el volante con fuerza pero con cuidado... le tranquiliza, le gusta ver a Agoney conduciendo.
- No me mires así, rubio, que me pones nervioso -admite entre risas Agoney
- No lo parece -contraataca Raoul
- Cuando nos estampemos, ya verás -alza una ceja el moreno- además tú duerme que tienes que conducir por la tarde y con las ojeras que me llevas...
- Dónde vamos? -pregunta con curiosidad Raoul
- A una especie de camping que hay a unos cuantos kilómetros de aquí, ahí pasaremos nuestra primera noche -le explica el mafioso- pero está un poco lejos así que pararemos en una cafetería que hay a mitad del trayecto y después de comer seguiremos
- Madre mía, qué estudiadito todo -se sorprende Raoul
- No íbamos a huir a ciegas, no crees? -pregunta Agoney con un tono burlesco- y tú a dormir, coño, que tienes que descansar
- Vale vale -alza las manos en son de paz haciendo reír al moreno
Raoul se recuesta en el asiento y cierra los ojos. Al cabo de unos minutos, abre el ojo izquierdo muy lentamente y se encuentra con la mirada de reojo del contrario. Y de repente tiene ganas de reír, pero no lo exterioriza, claro.
- Ahora te da igual que nos estrellemos? -pregunta con chulería el de ojos dorados volviendo a cerrarlos
- Por qué nos íbamos a estrellar? -contraataca Agoney
- Porque no mirabas la carretera
- Qué dices? -se hace el loco
- Pues la verdad, me estabas mirando a mí -el rubio no se da por vencido
- Anda, duérmete que ya alucinas... -se aguanta la risa el moreno
- Lo que tú digas... -se recuesta en el asiento
- Pues sí -se muerde la sonrisa el moreno
Raoul cierra los ojos y se dispone a dormir. Ya está casi en el quinto sueño cuando de repente nota los labios del moreno en la mejilla, hecho que le obliga a volver a abrir los ojos y girar la cabeza en dirección del conductor.
- Era broma, eh? -le aclara Agoney- no te enfades que sí que te estaba mirando
- Lo sé, no te preocupes -le responde despreocupado Raoul volviéndose a dormir
El resto del trayecto lo pasa durmiendo y no sabe si es porque no ha dormido en toda la noche o por la presencia de Agoney que parece hacerlo todo más fácil, pero hacía tiempo que Raoul no dormía tan bien. Por eso cuando el moreno pretende despertarlo, le cuesta más de lo previsto.
- Despierta, Raoul
El chico se revuelve en el asiento sin tener mucha intención de levantarse. Agoney le llama un par de veces más hasta que da con la palabra clave.
- Raouuul -le zarandea el brazo- arriba, pelapatatas, que tenemos que comer
- Comer? -pregunta Raoul despertandose de golpe
- Eres de lo que no hay -ríe negando con la cabeza- va, vamos pa dentro
Los dos chicos se aseguran de llevar cargados sus revólveres, por si a caso, y se adentran en la cafetería. Raoul se sienta en la primera mesa que pilla y empieza a pedir. Agoney se dirige sin vacilar hacia el teléfono.
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91 DAYS (Ragoney)
FanficAños 30, Lawless (EEUU), época de la Ley Seca... Raoul era un niño feliz, muy casero, inocente, amable, lleno de vida... Raoul era todo eso hasta que una mafia de origen italiano dedicada a la venta de alcohol clandestino le arrebató a su familia. A...