Capítulo 49 - Venganza (I)

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Raoul podría recorrerse esos pasillos con los ojos cerrados, nada más subir las escaleras al pasillo de la derecha sigues todo recto y llegas al despacho de Nero. Un guardaespaldas es el único impedimento que hay entre el interior del despacho y el propio Raoul.

-Has vuelto -se sorprende el contrario- Agoney dijo que necesitabas asimilar todo lo que había pasado en una noche, debiste pensarlo antes de entrar en la familia, no crees?

La sola mención del que supone que sigue siendo su marido hace que se emocione, pues después de todo ahí estaba él guardándole las espaldas como le había prometido.

-Tienes razón -evita discusiones absurdas el rubio- oye, que me han dicho que necesitan más seguridad en la parte trasera del jardín

-Que vaya otro, yo tengo que quedarme fijo aquí

-Pero no hay más gente -miente Raoul

-Pues lo siento mucho, pero yo tengo ordenes de quedarme aquí hasta que Don Vanneti salga y escoltarlo hasta el banquete -explica el de seguridad arrugando la frente

-Mira, tío, lo siento mucho, yo lo he intentado pero el tiempo es oro -se da por vencido Raoul

-Qué quieres dec...

Antes de terminar la frase, un fuerte olor invade sus fosas nasales haciendo que caiga de rodillas frente al rubio. Lo único que atina a ver antes de desmayarse es el gesto apenado de Raoul mientras tapa la botellita que le ha rociado por encima hace a penas unos segundos.

"Vale, ahora solo debo entrar en el despacho y cargarme a Bruno y Nero" se mentaliza el rubio.

-Dante! -una voz a sus espaldas lo sobresalta- tú... qué le has hecho?

-Bruno... llevas días sin verme y esas son tus primeras palabras? -ironiza Raoul- que maleducado

-Tienes razón, mejor que hable esta -el hombre saca un revólver del interior de su chaleco y apunta al rubio sin vacilar- qué le has hecho a Dante?

-La mitad de lo que te voy a hacer a ti

Con todas las fuerzas que es capaz de reunir, Raoul coge a Dante del suelo y utiliza su cuerpo como escudo.

-Qué te hace pensar que eso me va a detener? -alza una ceja el mafioso

-Que sigue vivo, sólo está dormido de momento. Si le disparas, te lo cargas

La sonrisa se borra lentamente de la cara de Bruno al darse cuenta que Raoul lo tiene bien pillado.

-Por qué haces esto, chico?

-Por qué hacéis vosotros lo que hacéis?

-A qué te refieres? -pregunta desconcertado el miembro de los Vanneti

-Por qué matais a gente inocente? A mujeres y hombres con familias que mantener? A niños? -la rabia empieza a adueñarse del cuerpo de Raoul, quien se obliga a serenarse. Frente a la cara de desconcierto de Bruno, el rubio decide explicarse mejor- mi hermano tenía 15 años cuando lo matastéis, tengo tres años más que mi puto hermano mayor, sabes lo que duele eso? Tenía tanta vida por delante, tantos sueños... y vosotros se los arrebatasteis en menos de veinte minutos que arrasasteis mi casa

-Quién... quién demonios eres? -pregunta con la voz temblorosa el mafioso

-Raoul Vázquez, te suena de algo?

-Vázquez... Vázquez... -hace memoria Bruno. De repente, se le ponen los ojos como platos- tu padre... nos preparaba el licor hace años, hasta que se rajó y quiso dejarlo

-Y vosotros no visteis otra opción mejor que allanar su casa, matarle a él, matar a su esposa y matar a su hijo... uno de sus hijos -puntualiza el rubio- pero os dejasteis un cabo suelto... -Raoul rebusca en su bolsillo y saca una tarjeta echa polvo, el paso de los años se nota en las esquinas dobladas y la pintura pelada- una tarjeta con vuestro nombre y un niño de ocho años desesperado, con nada que perder y con sed de venganza

91 DAYS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora