El silencio se instala en la habitación en cuanto los gemidos se disipan. Agoney apoya su pecho en la espalda de Raoul y lo aprisiona con sus brazos, en una señal más para indicarle que no se vaya, que lo quiere a su lado. Tras dejar un beso en su hombro, apoya la cabeza en el huequecito que deja entre el mismo y la cabeza contraria. Y qué demonios? Por intentarlo que no quede.
-Quédate por favor -le ruega el moreno en un susurro desesperado
-La decisión ya está tomada, amor -responde casi sin fuerzas el rubio a la par que acaricia los brazos de Agoney
-Pero yo te quiero
-Y yo a ti
-Entonces? Si sabes que te sigo queriendo aquí, por qué no te quedas?
-Por egoísmo
Y Agoney, que esperaba cualquier respuesta excepto esa precisamente, se queda paralizado deseando que Raoul se explique un poco más.
-Por egoísmo y por cobardía -continúa el rubio aún mirando a la ventana mientras siente la respiración de Agoney en la nuca- porque sé que tú eres tan fuerte podrías soportar verme todos los días aún sabiendo mis planes... pero yo no podría mirarte a la cara sabiendo que estás sufriendo por mi culpa, no podría verte llorar si consigo mi propósito, ya me cuesta ser consciente de que te voy a dañar como para encima tener pruebas viéndote todos los días... y mucho menos podría seguir contigo, besarte, abrazarte, hacer el amor contigo, tú te mereces a alguien que te quiera bien no a un cabrón como yo que va a joderte por asegurarse de que no ha perdido toda su vida persiguiendo un fantasma
-A quién merezco y a quién no es algo que debo decidir yo, no crees? -afirma Agoney dejando un beso en el cuello de Raoul que le hace estremecerse
-Pero si no puedes verlo, mi deber como marido es ayudarte y créeme que no te mereces a alguien tan podrido por dentro como yo -afirma Raoul volteandose para verle a la cara- quizás si nos hubiéramos encontrado antes... si me hubieras rescatado de mí mismo a tiempo, hubiéramos podido acabar bien, pero me conociste corrupto por la venganza y el odio y ya no había nada que pudieras hacer... aún así conseguiste llegar mucho más lejos que cualquier persona, enhorabuena -sonríe con sinceridad el rubio antes de dejar un beso en la nariz contraria- tú si que eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no al revés
-Piensa lo que quieras, pero siempre voy a decir que eres lo mejor de la mía -sentencia Agoney aguantadose las lágrimas- recuerdas lo que dijiste antes de que me podría enamorar otra vez?
-Sí y sigo pensándolo
-Yo también lo creo -afirma el moreno trazando dibujos sin sentido en el hombro descubierto del menor- pero nunca voy a querer a nadie como a ti, de hecho, no quiero querer a nadie más
-Gracias por enseñarme a sentir -solloza Raoul sin poder aguantar más las lágrimas- tal vez cuando esto acabe, yo también pueda volver a hacer una vida normal
-Si sales vivo de esta, harás una vida normal junto a mí, está claro?
-Eso lo dices ahora, en cuanto empiece a cargarme a tu árbol genealógico y asocies mi presencia con dolor, cambiarás de opinión -afirma Raoul encogiéndose en la cama física y emocionalmente
-Dame el beneficio de la duda, no? -pide Agoney abrazándolo más fuerte- como mafioso me he acostumbrado a separar delitos de sentimientos, en fin, mi padre se aprovechó políticamente de la muerte de mi madre y de la virginidad de su hija y yo sigo queriéndole
-No me cuentes más cosas de tu padre que ya le tengo suficiente asco -bromea el menor para quitarle hierro al asunto y porque no sabe muy bien qué responder a la confesión de Agoney
-Está bien -ríe el moreno
Los dos chicos se besan ignorando el dolor que les provoca saber que puede que sea la última vez que lo hagan. Así que no desperdician la ocasión y las siguientes horas se las pasan así, en silencio y marcando al otro con sus labios. Besos en la boca, en el cuello, en el punto de detrás de la oreja que tanto gustan al moreno, en el pecho, en el mentón que hacen cosquillas a Raoul, en los párpados, besos en la nariz, en la frente, en la cabeza... Besos de amor y de despedida, besos alegres, besos tristes, besos con promesas... Besos que revuelven el estómago, que aceleran el corazón, besos que hinchan los labios y hacen olvidar... Simplemente besos.
-Está amaneciendo... -apunta con pena Raoul ganándose un mordisco en el labio inferior por parte de Agoney por inoportuno
-Me da igual -vuelve a besarle
-Tengo que irme ya o será imposible salir sin que me vean...
-Te voy a echar tanto de menos
-Seguramente me verás pronto -hace una mueca el menor
-Que sepas que si se da la ocasión, no te voy a disparar -le asegura Agoney pasándole la ropa que hace unas horas han desperdigado por toda la habitación
-Que sepas que si se da la ocasión, yo a ti tampoco -promete el rubio empezando a vestirse y recogiendo todo lo necesario para sobrevivir, incluido un pequeño revólver, en una pequeña maleta
Los dos quedan frente a frente, Raoul preparado físicamente para irse aunque no mentalmente y Agoney echo polvo delante suya. El rubio, sin poder sostenerle más la mirada, la baja chocando con el colgante que había olvidado que llevaba.
-Oh, mierda! El anillo de tu madre, toma -lleva sus manos a la nuca para desabrochar la cadena y devolverle el anillo al moreno, quien posa sus manos en las contrarias para detenerlo- qué haces?
-Es tuyo, eres mi marido -sentencia Agoney
-Y si algo sale mal?
-Si te matan, será aquí, así que lo podré recuperar -afirma Agoney ignorando el pinchazo que ha sufrido su corazón con esa simple suposición- si los matas tú, volverás junto a mí y si se te pasa por la cabeza marcharte sin decir nada, tu conciencia te obligará a volver para darme ese anillo y podré hacerte entrar en razón
-Yo siempre voy a volver a ti, pero y si eres tú el que cambia de opinión y no quiere verme a mí?
-Pues si eso ocurre, cuando tú vuelvas con ese anillo en tu cuello, me harás entrar en razón a mí -sentencia completamente convencido el moreno- este anillo es una promesa que nos hicimos
-Que estaríamos juntos para siempre... -recuerda con una sonrisa nostálgica Raoul
-Y yo mis promesas las cumplo, Raoul
-Yo también cumplo las mías
-Pues entonces esto no es un adiós -razona Agoney
-Es un hasta pronto -asiente Raoul al fin con una sonrisa sincera
-Es un hasta pronto -le da la razón Agoney imitando su expresión
Y tras un abrazo, varios besos y unos intercambios de "te quiero", Agoney ve su tesoro personal, el oro de los ojos de Raoul y su cabellera dorada, salir a través de la ventana y alejarse por un gran tiempo... aunque bueno, quizás no tanto...
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91 DAYS (Ragoney)
FanfictionAños 30, Lawless (EEUU), época de la Ley Seca... Raoul era un niño feliz, muy casero, inocente, amable, lleno de vida... Raoul era todo eso hasta que una mafia de origen italiano dedicada a la venta de alcohol clandestino le arrebató a su familia. A...