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—¡Nooooo! ¡No quiero!

Los gritos de Shōto habían llamado la atención de toda la clase haciendo que algunos rieran al ver a el símbolo de la paz jalarlo de los pies, con cuidado de no lastimarlo, para separarlo de Aizawa.

—¡All Might suéltemeeeee! —Volvió a gritar mientras se removía intentando librarse del agarre del rubio.

Mientras tanto Izuku veía la divertida escena con una sonrisa sobre su rostro, sin duda le contaría mil veces aquello a el heterocromático cuando este volviera a la normalidad.

—¡Midoriyaaaaa! —Exclamó cuando su mirada se topó con él obligándolo a acercarse.

—Es suficiente, déjalo ya

Habló el pelinegro haciendo que el más alto lo dejara en paz, cuando Todoroki vio a el pecoso ahí rápidamente estiró sus brazos hacia él, quien rápidamente aceptó atraerlo a él en un abrazo mientras acariciaba su espalda intentando calmarlo.

Cuando su profesor indicó que volvieran a su entrenamiento soltó un suspiro antes de murmurar algunas cosas en el oído de Todoroki viéndolo asentir. Sonrió para luego devolver a el mitad albino a los brazos de su profesor y seguidamente volver con su equipo.

Shōto volvió a recargarse en el hombro de Aizawa mientras soltaba pequeños hipidos, sintió como la mano del adulto se pasaba por su espalda en un intento de calmarlo.

—Todoroki, deja de llorar

Se acercó a el presidente de la clase y le indicó que volvería en unos minutos y que el se quedaba a cargo. Salió de ahí con Shōto en brazos para dirigirse a él baño, donde lo sentó a un lado de los lavabos para poder limpiar el rostro del menor con una toalla de papel húmeda.

—Cálmate, sino te dolerá la cabeza después

¿¡Shōto!? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora