🌷39🌷

7.2K 955 392
                                    

—¿Me compras un dulce? —Se volvió a escuchar su vocecita después de unos minutos.

—No

—¿Un chocolate?

—No

—¿Un helado?

—No

—¿Leche de fresa?

—He dicho que no, Shōto

Ante la nueva negativa por parte de su viejo su ceño se frunció y no tardó mucho tiempo en soltarse del agarre del contrario para tirarse al piso.

—¿Pero qué rayos estás haciendo? —Preguntó el de ojos azules siendo ignorado —Levántate del piso

—No

—Shōto levántate de ahí

—No

—Es en serio, arriba —Tampoco se tardó mucho en darse cuenta de que se trataba de un berrinche.

—No

—El piso está sucio, levántate

—Que no, viejo, que no

Soltando un suspiro mientras rodaba los ojos se acercó a su hijo para tomarlo de la parte trasera de su playera y comenzar a caminar llevándoselo colgando boca abajo.

—¡No quiero, viejooo! ¡Suéltame! ¡No quiero! —Y sus gritos no se demoraron en hacer presencia mientras se removía intentando soltarse.

Ahora sí estaba enojado, el tipo nadaba en dinero y se había negado a comprarle un mísero dulce.

Al ver que su berrinche no daba resultado dejó de moverse y hacer lo mismo que con Katsuki. El adulto al escuchar un lloriqueo por parte de su hijo se detuvo para levantarlo y confirmar que efectivamente habían pequeñas gotitas de agua salada saliendo de los ojitos heterocromáticos.

Y él no sabía que mierdas hacer.

Ya tenía mucho tiempo que no lidiaba con cosas así, hace unos años hubiera bastado con un simple regaño y un castigo, pero ahora no podía. Por lo que volviendo a suspirar llevó a su hijo a su pecho para acomodarlo contra este, y Shōto sólo aumentó sus sollozos recargando su carita sobre uno de los hombros de su padre sin preocuparse por manchar su camisa con sus lágrimas y mocos.

¿¡Shōto!? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora