¿¡Shōto!?

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Mientras todos se encontraban entrenando con Aizawa corrigiéndolos y gritándole a Katsuki que no fuera tan salvaje, Shōto se encontraba sentado sobre el piso mientras intentaba entretenerse jugando con una varita que se había caído de un arbusto.

Cuando se aburrió se levantó de donde se encontraba y caminó hasta su profesor, quien al notar su presencia bajó su mirada hasta el menor, notando que este lo miraba mientras su colita se movía de un lado a otro.

Sin poder evitarlo llevó una de sus manos hasta las orejas peluditas de Todoroki y las acarició, viendo como segundos después extendía sus brazos hacia él y daba pequeños saltos. El adulto suspiró antes de colocar sus manos debajo de los brazos de Shōto para poder cargarlo.

La noche anterior el heterocromático no había conseguido dormir temprano y ese día le había costado bastante poder despegarse de la comodidad que los brazos de Izuku le daban. Un bostezo salió de sus labios antes de acurrucarse en los brazos de su maestro mientras miraba con cansancio como entrenaban sus compañeros.

La reconocida risa del símbolo de la paz de escuchó por el lugar antes de verlo aterrizar en el piso después de dar un par de vueltas en el aire llamando la atención de los alumnos.

—¿Qué haces aquí? ¿No se supone que tienes clase? —Preguntó Aizawa mientras se acercaba a él.

—¡Estoy aquí para llevarme a el joven Todoroki y buscar una solución a su problema! —Exclamó con una sonrisa

—No quiero, tengo sueño —Se escuchó la voz del menor mientras se aferraba más a la ropa de su profesor.

El héroe número uno comenzó a explicar por qué era importante llevarlo con él mientras hacía poses heroicas, ocasionando que el heterocromático frunciera el ceño.

—Que no

Ante su respuesta Aizawa intentó separarlo de él después de soltar un suspiro viendo como un puchero se formaba en el rostro de Todoroki antes de que comenzara a quejarse.