Capítulo 105: Pasión

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He asentido ante la orden de Eweleïn.

— De acuerdo, estaré en mi habitación descansando. —Pronuncié con una sonrisa.

— Me alegra que lo entiendas. Si te sucede algo, no dudes en venir a avisarme.

— Lo haré, gracias Ewe.

Terminé saliendo de la enfermería mientras veía un poco las heridas que tenia en mis brazos, al ser superficiales, no tenía razones para preocuparme. Ezarel debe estar Miiko, así que me iré directamente a mi habitación.

Me dirigía con calma hasta a mi habitación, cuando he visto a Leiftan que parecía perdido en sus pensamientos. Sin más, me he acercado a él para saludarle.

— Leiftan, ¡Hola!. —Sonreí.

— Oh, ______, siento que no hemos hablado en siglos, ¿Como te encuentras? Me enteré sobre lo que sucedió en el bosque. —Me devolvió la sonrisa.

— Muy bien, solo tengo unos pocos rasguños. Pero dime tu, ¿Te encuentras mejor después de lo que sucedió?. —Pregunté sobre el incidente de la cueva y de la trampa del hombre enmascarado.

— Si, solo recuerdo haber descendido a la cueva para hacer un informe sobre los reclusos y alguien me atacó por la espalda, luego desperté en la playa. Sentí que me habían arrebatado toda mi energía, ni siquiera lograba ponerme de pie.

— Debió ser muy duro, sigo sin poder creer todas las crueldades que ha hecho el hombre enmascarado. —Suspiré.— Pero me alegra que te encuentres mejor.

— Gracias, lo mismo digo de ti.

— Bueno, debo irme a descansar, ordenes de Ewelïn.

— Por supuesto, no te quito más tiempo. Descansa.

— Gracias.

Luego, llegué a mi habitación. Apenas entré, cerré la puerta y me lancé a la cama, debo admitir que fueron muchas emociones en un día, así que la comodidad de mi cama era más que suficiente. Me envolví en las sábanas y sentí que mis ojos estaban tan cansados que se cerraron rápidamente.

Cuando abrí los ojos, la luz de mi ventana mostraba un cielo nocturno. Fue en ese momento en que la puerta de mi habitación se abrió y me senté sobre la cama. Era Ezarel y tenía un plato con frutas picadas.

— ¿Te desperté?. —Preguntó al mismo tiempo que se sentaba junto a mi.

— No, no te preocupes. —Bostecé.— ¿Que hora es?.

— Muy tarde, 3am sino mal recuerdo.

— ¡¿Eh?! ¿Tan tarde?. Espera, ¿Por qué estas despierto a esta hora?.

— Tenía trabajo pendiente, hasta adelanté un poco para tener algo de libertad. Pero dormiste mucho y no has comido nada, así que te traje algo de fruta.

Me ha mostrado el plato pero al hacerlo, noté que tenia bendado alguno de sus dedos.

— Ez.. ¿Te cortaste?. —Ignoré por un momento las frutas mientras ponía mis dedos sobre las heridas.

— Bueno, puedo tener un talento unico sobre alquimia, belleza y todas las bendiciones de los dioses .. excepto cuando se trata de la cocina.

He ahogado una risa. Creo que tenía entendido que Ezarel no se lleva con la cocina. Pero que haya intentado cortar fruta para mi, lo hace ver muy dulce.

— Si no quieres comerlo, pues los comeré yo. —Volvió a decir Ezarel como un niño pero antes de que los tomara, le quité el plato de las manos.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora