Capítulo 80: El despertar

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Abrí lentamente mis ojos cuando sentí que un pequeño rayo de sol se asomó por mi ventana. Una fresca brisa hizo mover un poco las cortinas y el día se veía más que esplendido a través de los cristales. Mis intentos de moverme fueron inútiles, unos brazos me tenían atrapada entre las sabanas y apenas giré la cabeza, me encontré con el rostro durmiente de Ezarel. Algunos mechones caían por su rostro y me fue imposible no sonreír. Me giré e hice lo posible para quedar frente a él, no me aparté, sólo levanté mi mano y acaricié su mejilla.

Sus ojos no tardaron en abrirse, y le sonreí.

— ¿Es un sueño?. —Preguntó mientras parpadeaba unas cuantas veces.

— No .. —Me acerqué aún más y lo besé en sus labios.— No es un sueño, buenos días.

Era tan perfecto levantarme junto a él y no podía pensar en otra cosa que no fuera sobre la noche anterior. Pronto, Ezarel se levantó para tomar sus ropas y colocárselas pero por mi lado, me quedé acostada mientras veía todo su formado cuerpo. El roce de su piel con la mía, es algo que nunca olvidaré. Mordí lentamente mi labio pero dejé de hacerlo cuando mi mirada se situó en su cabeza, específicamente en sus "orejas".

— Ez ... —Lo llamé una vez que se había puesto su camisa y sus pantalones, teniendo en mano todavía su chaqueta.

Ezarel se giró y me miró, esperando que dijera lo que tenía que decir.

— ¿Qué sucede?

— Tus orejas.

El por su parte, sonrió un poco de manera orgullosa, como si tratara de decirme que era lo mejor que podía tener.

— ¿Sucede algo con mis magníficas ore...?. —En el momento que llevó una de sus manos a su oreja, su rostro palideció. Inmediatamente miró alrededor de mi habitación, hasta que encontró y caminó hasta el pequeño espejo que colgaba detrás de mi puerta.— No puede ser ...

Era un hecho, las orejas de elfo de Ezarel habían desaparecido, ahora tenía unas orejas más humanas.

— ¡No me lo puedo creer!

— Shh, Ez, baja la voz. —Me levanté de mi cama y tomé el camisón que estaba en el suelo, me lo he colocado lo más rápido que pude mientras me acercaba a él y hacia un gesto de silencio con mi mano, no sabía en qué momento mis padres iban a tocar la puerta de mi habitación.— No .. no es tan malo ..

— ¿No tan malo? Me veo ridículamente como los humanos.

— Eres imposible. —Rodé los ojos ante su comentario, pues me alegraba tener una parte faery en mis venas.— A todo esto ..

— ¿Qué? ¿Que podría ser peor que ser un humano?.

Ser un duende bromista, tal vez.

— No, me refiero a qué hay mucho silencio. —Hice una pausa por unos segundos, incluso me atreví a mirar de reojo la ventana.— Todo está muy ... silencioso.

Ezarel me acompañó en mi silencio y luego de unos largos segundos, señaló la pequeña mesita de noche que se encontraba a lado de mi cama.

— El reloj también se detuvo.

Me di cuenta que el reloj marcaba las 04:55AM y no se estaba moviendo las manecillas. Giré la cabeza para ver mi reloj de pared y era exactamente lo mismo. Una hoja fija y parecía no querer continuar.

— Dudo que los relojes se hayan detenido al mismo tiempo. —Murmuró Ezarel, ahora con un tono más serio y si, tenía razón, tampoco creí que los relojes se detuvieran de manera sincrónica.— Solo es un presentimiento pero deberías buscar a tus padres.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora