Capítulo 37: Hojas doradas

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— ¿Conoces algún buen lugar?. —Le pregunté mientras ella seguía ordenando los libros.

— Hay muchos lugares que podrían ir, como las cascadas de fuego o el valle floreal, hay tantos lugares que aún no han sido explorados y encontrarlos nos vendría de maravilla, aunque .. Oh disculpa, creo que me salí del tema.

Negué con la cabeza.

— No te preocupes, parece que hay muchos lugares bonitos y me gustaría poder visitarlos todos con Ezarel, gracias Ykhar.

— Cuando quieras.

En ese momento, Kero entró a la biblioteca con algunos libros en sus brazos, los dejó en la mesa y nos saludó. 

— Kero, llegas en un buen momento. —Dijo Ykhar y bajó unos cuantos escalones.— Pasame esos libros de allá.

— ¿Estos?. —Preguntó Kero y los tomó.

— Si, esos .. vamos _____, ¿No tenías algo que hacer?. —Ella me guiñó un ojo.

Al principio no entendía lo que dijo pero luego me indicó que me fuera, le agradecí en voz baja mientras me libraba del trabajo que tenía, salí en puntillas de la biblioteca y luego reí. No lo podía creer de Ykhar, quería que me fuera para buscar a Ezarel y preguntarle por la cita, me sentía un poco nerviosa pero también feliz.

Bajé por las escaleras para buscar a Ezarel y para suerte mía, lo había encontrado. Estaba entrando a la forja, caminé a paso acelerado hasta allí y entré.

Él estaba de espaldas, apilando algunas cajas, así que con euforia, me acerqué a él y lo abracé de espaldas, pareció asombrarse por mi acto. Ezarel me miró de reojo y soltó una pequeña sonrisa.

— ¡Te encontré!.

— Tienes suerte, ya me estaba preparando para gritarle a quien sea que me estaba tocando.

Lo he soltado y él se volteó.

— ¿Aún no quieres que te toquen?.

— No me malinterpretes, ya me he acostumbrado al contacto físico contigo pero preferiría que los demás se mantengan lejos de mi.

— Oh .. ¿Debo sentirme especial?. —Pasé mis brazos por su cuello y Ezarel me tomó de la cintura.

— Tal vez ..

Nos acercamos y nos hemos dado un apasionante beso, me encantaba estar con él, nada podría ir mejor. Una vez que nos separamos, tenía que hablarle sobre un asunto de nuestra relación.

— Sabes .. tal vez podríamos ir a una cita. —Le he mostrado una buena sonrisa.

— ¿Una cita?.

— Si, ir a un lugar y charlar por horas.

— ¿Como lo que estamos haciendo ahora?. —Ezarel rió.

— ¡Así no!.

Me agradaba pasar tiempo con Ezarel, a pesar de que estamos saliendo juntos, podemos seguir bromeando entre nosotros, creo que de esta manera, la relación va por buen camino.

— Entiendo lo que dices. —Ezarel se separó de mi y volvió a tomar algunas cajas.— Esperame en la gran puerta, dejaré estas cajas con Purroko y luego te alcanzo.

— ¿Estan pesadas? Puedo ayudarte.

— Tranquila, puedo con ellas.

— ¿Estas seguro?.

Sé que estoy insistiendo mucho pero me gustaría ayudarle en todo lo que pueda.

— Que amable pero no, esperame afuera.

— De acuerdo. —Terminé aceptando su decisión.

Me despedí de Ezarel y decidí dirigirme a las grandes puertas que daban a la salida del cuartel. Mientras esperaba, me di cuenta que no habíamos fijado un lugar en específico, ¿Acaso él conoce algún lugar?, me parece sorprendente. Por otro lado, me gustó que Ezarel dijera que sólo podía tocarlo yo pero sólo espero que pueda superar ese trauma algún día.

— Siento la demora. —Ezarel se acercó a mi.

— Esta bien. —Le sonreí.

Ambos empezamos a caminar, saliendo del cuartel y también atravesando el bosque.

— ¿A donde vamos?.

— A un lugar.

He soltado un suspiro, parece que no tenía intención de decirme nada. Nuestra charla trascurrió con normalidad, hablamos de cosas simples como que habíamos hecho en todo el día. Luego de caminar algunos metros, Ezarel me cubrió los ojos con un pañuelo.

— ¿Y esto?.

— Estoy tratando de ser un buen novio, _____, deja de arruinar mis planes.

— Pero ya eres un buen novio. —Dije casi en un puchero.

Ezarel me sostuvo de los hombros mientras caminábamos hacia el frente. No sabía a donde íbamos pero iba a confiar a él, no creo que me haya traído al bosque para dejarme botada .. aunque antes eso podía darlo por hecho.

Después de unos minutos, Ezarel me quitó el pañuelo que ocultaba mi vista y lo que observé, me dejó sin aliento.

Estábamos en un bosque completamente diferente, podía ver la madera de los arboles y las hojas doradas que caían, como estaba soplando una fresca brisa, las hojas caían de manera continua junto a otros brillos dorados.

Era como un sueño, di unos cuantos pasos mientras veía las hojas caer, todo era bello y mágico.

— ¿Te gusta?. —Escuché la voz de Ezarel.

— Es hermoso. —Tomé una de las hojas doradas, desprendía un brillo deslumbrante.

— Este es el bosque de la riqueza, siempre encontrarás hojas doradas en todo el año.

Definitivamente, Ezarel me llevó a un precioso lugar, todo se veía tan radiante y dorado, me hubiera gustado tener una cámara y poder captar este momento. No pude evitar caminar y dar vueltas por debajo de los árboles con los brazos abiertos, sentía que esto era un sueño, uno donde no me gustaría despertar jamás.

No sé porqué pensé que estaba actuando como una niña, fue entonces que decidí mirar hacia la dirección de Ezarel para esperar alguna de sus burlas pero él se encontraba mirándome con una sonrisa, así que me sonroje.

— ¿Q-Que sucede?.

— Nada, solo que de verdad estoy enamorado de ti.

Él sabe escoger las palabras exactas para ponerme roja como un tomate, realmente estaba muy feliz de que estuviéramos juntos.

Escojan
A) (Acercarse y tomar su mano)

B) (Seguir dando vueltas)

C) (Acercarse y besarlo)

D) (Devolverle la sonrisa)





S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora