Capítulo 3: Esos Medallones

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Ezarel y yo nos detuvimos en frente de un bar y entramos, el lugar estaba lleno de muchas personas y criaturas que estaban rodeando a alguien. Nos abrimos paso entre la multitud hasta llegar al centro de una mesa.

- ¡Si, y es de verdad!. -Un hombre con algo de sobrepeso estaba comiendo demasiada comida en un plato.

Mostraba un medallón de oro ante la mirada de todos.

- ¿Se puede saber que nombre dice ahí?. -Gritó Ezarel, consiguiendo la mirada de todos.

El hombre miró detenidamente el medallón antes de volver a decir algo más.

- Gula. -Dicho esto, volvió a dar otro bocado a su comida.

Todo tenía sentido.

- Ha aparecido una, busquemos la siguiente. -Ezarel dió media vuelta mientras yo lo seguía y salimos.

Volvimos a caminar entre las personas, algunos iban armados como Valkyon y otros sólo compraban algunas cosas de alquimia. No sé como podríamos encontrar a la siguiente pero no quería quedarme atrás en la misión.

Miré a los lados, buscando alguna pista pero sólo me sorprendió a una mujer tirada en medio de un callejón.

- ¡Ezarel, espera!. -Dicho esto, corrí rápidamente hasta donde se encontraba la mujer y la ayudé a levantarse.

No parecía herida.

Ezarel se acercó a nosotras y también ayudó a la mujer aunque conociéndolo, de mala gana. No podía permitir que alguien estuviera así, si podía hacer algo, no sé si esto lo molestará.

- Oh gracias. -Era una mujer joven y bostezó algunas veces.

- ¿Necesita ayuda?. -Pregunté cortezmente.

- Si pudieran ayudarme con algunas compras, se lo agradecería. -Ella me entregó una lista y se sentó en unas cajas, cubriéndose del sol.

Ezarel me miró.

- Te recuerdo que estamos en una misión. -Creo que tenía razón pero dudo que nos tome toda la tarde.

No nos irá mal por ayudar a una mujer.

- Vamos, será rápido. -Sonreí y ambos buscamos en el mercado.

Comenzamos a buscar las cosas de cada tienda y aunque parecía difícil, era realmente fácil encontrarlas. Ezarel me ayudó a encontrar las cosas que yo no conocía y mientras lo hacíamos, él no dejaba sus bromas a un lado, al menos pasamos bien la tarde.

Regresamos con la mujer, que seguía sentada en el mismo lugar pero ahora dormía. La desperté con cuidado y antes de decir algo, ella gritó de alegría.

- ¡Lo habéis hecho muy rápido!.

- No fue difícil. -Parece que no se da cuenta que durmió unas largas horas.

Le entregué la bolsa con todos los objetos y ella comenzó a buscar en sus bolsillos, como si quisiera darnos alguna paga por el favor que le hicimos.

Ella metió su mano en su bolsillo y sacó algo que nos sorprendió a Ezarel y a mi.

- ¿Esto les puede servir?. -Dijo ella, sosteniendo uno de los medallones.

Este decía "pereza".

Ezarel parecía muy sorprendido, aunque ella, al dejar sus encargos a nosotros, era claro que es algo que haría con alguien con mucha pereza.

Pude haberlo deducido pero había olvidado completamente los medallones.

- Le recomiendo, que no le entregue a nadie ese medallón, le pertenece a usted. -Respondió Ezarel.

- ¿Esto? .. hmm de acuerdo. -La mujer se levantó lentamente y sosteniendo la bolsa que le habíamos dado, se alejó de nosotros.

Toda la situación me parecía muy cómica, tanto que no podía evitar reír.

- ¿De qué te ries?. -Preguntó Ezarel.

- "Te recuerdo que estamos en una misión". -Imité su voz.- La misión estaba en frente de nosotros y vestida de mujer.

- No cantes victoria, aún falta encontrar a Ira y Soberbia.

Es cierto que aún faltaba por encontrar a los dos últimos medallones y hemos perdido horas valiosas en el mercado.

- Bien, hay que darnos prisa.

Antes de pisar un pie al frente, una ráfaga de polvo envolvió a todo el lugar, pensé que algo peligroso se acercaba a nosotros pero no. Alguien había sido lanzado hacia una pared, haciendo que se levantara una nube de polvo.

Una mujer que sostenía una espada en su mano, se acercó hasta esa persona que se encontraba arrinconada y lo amenazó.

- ¡No vuelvas a ponerme una mano encima!. -Gritó ella, luego levantó un collar que llevaba puesto y se lo mostró.- Mi familia viene de la ira, así que no esperes que esté corriendo en un campo de rosas.

Ellos continuaban discutiendo mientras las personas a nuestro alrededor miraban la escena estupefactos.

La buena noticia es que apareció el medallon de la Ira.

Ezarel me tomó de los hombros y nos alejamos del lugar. Me sentía un poco incómoda que él me tomara de esa manera y más si no le gustaba que lo tocasen. Nunca me ha dicho el motivo y sé que si se lo pregunto, lo hará molestarse, así que preferí quedarme callada.

Nos alejamos lo suficiente y Ezarel sacó la lista para marcar los medallones que ya habíamos encontrado.

- El único que falta, es el de Soberbia. -No sé si escuché bien pero creo haber oído un suspiro de Ezarel.

- ¿Sabes dónde podría estar?. -Pregunté.

- La ciudad es muy grande y tuvimos suerte de encontrar tres medallones.

Tiene razón, hemos encontrado a Gula en un bar, a Pereza en el suelo y a Ira gritando por las calles. Si se tuviera que buscar a Soberbia, ¿Donde se encontraría?.

Volvimos a caminar mientras mirábamos por los alrededores, sin embargo, sentí que algo se quemaba dentro de mi bolsillo. Rápidamente metí mi mano para sacarlo pero cuando lo hice, el ardor se detuvo.

Ezarel se detuvo a mi lado sin poder creerlo.

- ¿Pero qué?

Cuando la saqué, tenía un medallón en mi mano con el nombre de "Soberbia".

Escojan:
a) Debe ser otra broma, Eldarya siempre con sus bromas ja ja ..

b) ¿Es una broma?

c) ... (me he quedado petrificada)..

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora