Capítulo 121: Lados opuestos

535 55 33
                                    

— Gracias. —Respondí.— Sólo ayudame a ava.. Ah.

Antes de que pudiera darme cuenta, Leiftan me había levantado en sus brazos. Afortunadamente la chaqueta de Leiftan era muy grande, por lo que no temía que mis pechos estuvieran a la vista. Él avanzó mientras yo suspiraba de manera profunda, necesitaba relajarme un momento, había sucedido tantas cosas, necesitaba bajar la guardia unos momentos.

— ¿No tuviste problemas para venir hasta acá?. —Pregunté.— Estuviste inconsciente cuando me fui del Cuartel.

— Estoy bien, solo recibí un fuerte golpe en la cabeza pero Eweleïn supo como tratarlo. —Respondió.

— Entiendo.

El bosque parecía ser menos grande de lo que esperé, por lo que no tardamos en encontrarnos con el pueblo pero Leiftan se aseguró de rodearlo, pues recordaba perfectamente que las personas que habitaban ahí, tenían una gran admiración hacia Nikolas y si creen que nosotros fuimos la causa de su muerte, todos ellos estarían en nuestra contra. Leiftan no me soltó en ningún momento, por lo que estaba un tanto curiosa sobre como íbamos a regresar. Fue en ese momento cuando Leiftan me bajó, justo en frente del barco. Aquel barco que fuimos traídos aquí Ezarel y yo.

— ¿Donde se encuentran los aliados de Nikolas?. —Pregunté.— Algunos se habían quedado en el barco.

— No habían muchos aquí, pero los dejé inconscientes y los dejé encerrados en los camarotes, incluso los miembros que participaron en el circo. Con este barco es la única manera de regresar. —Leiftan avanzó y yo lo seguí.

— ¿Pero como llegaste?.

— Volando.

— ¿Vo .. Volando? ¿Con las alas de ángel? ¿No sería más rápido irnos así?.

— Por supuesto pero volar a largas distancias consume demasiada energía y al menos, es necesario haber tenido un entrenamiento previo. De lo contrario, caerías al mar. Estoy seguro que no haz de haber despertado todos tus poderes todavía.

— Tienes razón, además, si nos llevamos el barco junto a los compañeros de Nikolas, podremos encerrarlos en el Cuartel

— Exactamente.

Leiftan pronto tomó el mando del barco y zarpamos. Me di cuenta que los aliados de Nikolas, estaban atados de manos y pies mientras estaban inconsistentes. Esperaba que no despertaran, al menos, hasta que llegáramos al Cuartel. Me quedé sentada un rato, contemplando el cielo y pensando todo lo que había sucedido, sin embargo, tenia muchas dudas con respecto a Dagon, sobre su origen y porqué esperó tener un cuerpo para atacar a Nikolas. Pensando que aquel era nuestro enemigo, nos encontramos con alguien mucho peor. Así que me levanté y me acerqué a Leiftan mientras este dirigía el barco.

— Algo me dice .. que ya sabes mi pasado. —Dijo Leiftan, que evitaba mi mirada.

— Si, Nikolas me lo contó todo.

— Lo siento. —Dijo.— Hasta mis 14 años, creía que era un humano cualquiera pero luego, unos ángeles que tambien habían huido a la tierra, se encargaban de asesinar a otros de su misma especie, nunca entendí el motivo, pero esa noche habían asesinado a los padres que me habían adoptado. Todo se oscureció y cuando me di cuenta, había asesinado a esos ángeles. En ese momento pensé que era un demonio pero no era más que un ángel que se había corrompido por el dolor de perder a sus padres. 

Coloqué mi mano sobre su brazo para mostrarle apoyo y él sonrió.

— Como lo siento ..

— Esta bien. En el tiempo que conocí a Nikolas, me creía superior a los humanos pero supe que no era asi, porque me enamoré de Annalia. El aire que emana de la Tierra y Eldarya es muy distinto. Mientras que en la tierra es mas contaminante, en Eldarya es mas puro y fuerte. Por lo que mi esencia de demonio, la corrompió con un simple beso. Eso no sucede en Eldarya, la energía no corrompe por ser justamente más pura.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora