Capítulo 75: Retorno

2.4K 255 238
                                    

— ¿Por qué no dices nada?. —Pregunté un tanto curiosa por su silencio.

— Ustedes los humanos, tienen casas muy .. exasperantes.

— ¿Como?.

— Eh bien, se limitan a construir casas, más grandes, elegantes o incluso "bonitas" para ustedes, más sin embargo, la mayoría son fáciles de destruir.

— ¿Destruir? Pues supongo que si, todavía no hemos creado casas a base de metales resistentes, si es a lo que te refieres.

— Dejame ser más claro. —Ha sonreído.— ¿Cuantas casas se han salvado de sus incendios?. —Acercó su mirada hacia mi, esperando que le dijera alguna cifra, pero mis intentos de responder fueron inútiles, pues hasta donde yo sé, si una casa que se incendia, consume todo a su paso.— ¿Ves?, en Eldarya tenemos un ungüento que puede ser mezclado con cemento, antes de construir una casa.

— ¿Y eso hace que sea inmune a un incendio?.

— Exactamente.

No puedo imaginarme una casa que no sea incendiada fácilmente, pero supongo que todo puede ser posible allá. Diablos, me ha abierto más mi curiosidad, aunque no sé como es que llegamos a este tema.

— Suena interesante pero no sé a donde quieres llegar.

— Por nada especial. —Se ha acercado a tomarme la mano y hemos continuado caminando.— Ya entremos a esa pequeña choza tuya.

— Bien .. —Dejé escapar un suspiro, pues las bromas de Ezarel nunca se detenían.

Mi casa no era pequeña pero tampoco una mansión, supongo que era mediana y cómoda. Nos hemos acercado más a mi casa e instintivamente levanté mi dedo para señalar la ventana que tenía un pequeño balcón, justo al frente de un frondoso árbol que tenía colgado un columpio hecho a base de cuerdas y una llanta de auto. 

— Esa de ahí es mi habitación.

— Ah, dejame adivinar. —Ha mostrado una gran sonrisa, algo que me hizo sonreír, pues ya estaba imaginando que iba a decir algo descabellado.— Cuando tus padres no te daban permiso para salir, bajabas por ese árbol y te escapabas.

— Ojalá pero no, no lo hice. No quería traicionar la confianza de mis padres.

— No me hagas llorar.

He dado un último suspiro y antes de acercarnos más a mi casa y le he indicado que espere afuera, pues no podía dejar que mis padres vieran a Ezarel, mucho menos si lo iba a dejar en mi habitación. He intentado arreglar un poco mis ropas y traté de ocultar mi ombligo lo más que pude. Podía mentirle a mis padres diciéndoles que me quedé en casa de una amiga y ella me prestó ropa luego de que la ensuciara con alguna bebida. Aunque desaparecí por algunos meses, realmente no sé como excusarme de eso.

Ya, basta. Pensaré en algo cuando los vea a la cara.

Ezarel se quedó oculto detrás del árbol mientras yo me acercaba a la puerta de mi casa. Con algo de pesar, levante la mano hasta la perilla para girarla y luego entrar. Apenas he abierto la puerta, comencé a buscar con la mirada a mis padres pero no los he visto, entré con algo de pena y cerré la puerta, observando mi casa, los muebles, las decoraciones, todo seguía igual.

Camine unos cuantos pasos y antes de entrar a la cocina, he visto a mi mamá asomar la cabeza y me ha visto completamente inexpresiva.

He sonreído tanto que ansiaba correr a sus brazos, no había visto en tanto tiempo a mis padres que quería abrazarlos con fuerza.

— _____, ¿Todavía no haz comprado lo que te encargué?. —Mi mamá salió de la cocina mientras secaba sus manos en su delantal.— ¿Que haces con esas ropas?, bueno da igual, el dinero sigue en la mesa, apresurate.

— Eh .. —Me quedé atónita, ¿Acaso no estaba preocupada por mi?.

Fue entonces que me puse a pensar un momento. Antes de llegar a Eldarya, había tenido una discusión con mis padres acerca de mis responsabilidades y todas las obligaciones que debía cumplir como si fuera un robot, había salido de casa muy molesta, hasta dar con aquel bosque donde encontré el circulo de champiñones.

Mamá me había dicho que debía ir a comprar algo pero nunca regresé. Vaya, hasta suena cliché. Comencé a creer que el tiempo aquí en la tierra no ha transcurrido para nada.

— ¿_____? ¿Me estas escuchando?. —Mi mamá se cruzó de brazos, muy molesta.— Siempre en las nubes, nunca haces nada de lo que te digo. Haz algo útil y sube a tu habitación a cambiarte esas ropas inmundas, luego baja a comprar. Y no molestes a tu padre, está en su estudio.

— Si ..

Me he girado sobre mis talones y comencé a dirigirme hasta las escaleras, estaba un tanto atónita por lo que había ocurrido pero luego de tener la dulce conversación con mi madre, me ha dejado un amargo sabor. Pensé que no verme por unos meses la harían ser más comprensiva.

Cuando había llegado hasta mi habitación, abrí la puerta, sintiendo un tanto de alegría por ver mis cosas otra vez. Mi computadora, mi reproductor, las luces que colgaban sobre mi cama, todo era tan nostálgico. Apenas he dado tres pasos  a mi habitación, noté que alguien ya se encontraba en mi balcón.

— Tienes una buena vista. —Murmuró Ezarel, teniendo una vista perdida hacia la calle.

— ¿C-Como es que subiste?. —Pregunté.

— Por el árbol. —Esta vez Ezarel me miró mientras su pulgar señaló hacia atrás. Así que trepó.— Que amable de tu madre en darte esa bienvenida.

— No, no fue así. —Dejé mis botas a un lado mientras me sentaba en mi cama para quitarme los calcetines, un tanto triste.— Es como si el tiempo que estuve en Eldarya, no fuera nada aquí. Mi mamá sigue creyendo que me fui a comprar y eso, hasta donde tengo entendido, ocurrió hace algunos meses.

— Bueno, el tiempo que transcurre en Eldarya es distinto al de tu mundo pero no de esta manera, así que si, es extraño.

— Si, de hecho .. —Me había levantado, perdida en mis pensamientos y me volteé hacia Ezarel.

Madre mía, siento una ráfaga de viento en mi pecho.

Antes de darme cuenta, no me percaté que me había quitado la blusa y mis manos sostenían el sujetador, estaba tan concentrada en este tema que no me di cuenta que me estaba desnudando por inercia. Mi rostro se puso completamente rojo mientras Ezarel tenía su mirada en la ventana otra vez y antes de que me volteara a ver, le lancé el sujetador.

— ¡No te voltees!. —Grité avergonzada y cubrí mis pechos con mis brazos.

— ¿Ah? .. ¿De qué hablas?. —Para desgracia mía, el sujetador ahora colgaba de una de sus orejas.

¡ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO!

Ezarel pronto se quitó el sujetador que colgaba de su oreja y lo miró por unos segundos.

— Aquí no hay nada ..

— ¡Idiota!. —Esta vez tomé una almohada y se la lancé al rostro.— ¡No te voltees, elfo pecador!.

Ezarel se dió vuelta sin más pero estoy segura que estaba intentando evitar reírse en voz alta.

He tratado de vestirme rápidamente, tomando algunas prendas de mi armario y luego fui por unos zapatos suficientemente cómodos para caminar. Mi rostro seguía rojo, era la primera vez que estaba desnuda en frente de él pero por primera vez, me sentí aliviada que fuera con Ezarel, la situación hubiera sido distinta si se tratara de Dake.

Una vez lista, suspiré y volví a mirar a Ezarel, que todavía seguía mirando por la ventana.

Escojan
A) Tienes una mirada muy perdida.

B) Estoy lista.

C) ¿Qué te parece la tierra?.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora