Capítulo 92: El pueblo fantasma

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He querido guardar mis comentarios, pues no eran prueba suficiente para culpar a alguien, pero tampoco para dejarlo pasar. En cualquier caso, me quedé mirando el mensaje por unos segundos, hasta que logré entender perfectamente lo que decía.

— Cueva de los lamentos .. —Susurré para mi misma y en ese momento mi piel se heló, como si un sexto sentido me dijera que no era un lugar común. Además de eso, el mensaje decía que Ignofia tenía un rehén, algo que era preocupante, pues uno de nosotros fue capturado por ella.— ¿Quien es el rehén?.

En ese momento, Ezarel llegó con un rostro muy pálido, como si todo esto le afectara bastante.

— Ykhar, Eweleïn ya comprobó de quien era la sangre que se encuentra en la pared. —Suspiró.— Es de Leiftan.

— ¡¿Como?!. —Miiko se sobresaltó, todos mejor dicho.— ¡Me niego a creer que sea tan débil para dejarse secuestrar!. 

— P-puede tener sentido. —Dijo Ykhar.— Al estar en la guardia absenta puede tener acceso a ciertos libros sobre la alquimia, tal vez lo usó en su contra.

— Y como Leiftan y la alquimia se llevan mal, es un punto en contra de ella .. —Dijo Kero, al no encontrar algo que pudiera defenderla.

Debo admitir que todo parecía encajar pero .. ¿Realmente se unió a la guardia para traicionarnos? ¿Qué sucede entonces sobre su historia de superarse luego de que sus padres la exiliaran de su reino? Todo esto me tenía confundida y tantas noticias de un solo momento me hicieron doler la cabeza.

De un momento a otro, todo comenzó a darme vueltas, sentía que la cabeza me iba a explotar en cualquier momento.

— ¿______?. —Ezarel se acercó a mí apenas se dio cuenta de mi estado.— ¿Estas bien?.

— Mi cabeza .. —Murmuré.

— ¡______!

Lo último que pude ver, fue que todos me miraban preocupados y luego a Ezarel que me tomaba en sus brazos para evitar caer y todo se nubló, ya no vi nada.

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Otra vez, abrí los ojos en una inmensa oscuridad pero a diferencia de mi sueño anterior, esta vez pude ver mis manos, mis piernas, todo. No podía ver nada y luego sentí un calor que parecía hacerse insoportable, pero seguía sin ver nada a mi alrededor. De pronto, recordé con claridad mi anterior sueño, en donde unas manos se acercaban peligrosamente a mis ojos. Miré a mi alrededor unos segundos, esperando no volver a sentir eso otra vez.

Sin embargo, una mano apareció frente a mí, en toda esta oscuridad y me fue imposible no aterrarme, su mano estaba envuelta en llamas negras y tenía unas garras muy filosas. Su mano se extendía a mi como si debía tocarla pero tenía miedo de que me lastimara. Podía sentir un aura aterradora emanando de ella. Solo retrocedí un poco y levanté las manos de manera inocente, esperando que se alejara pero esta vez, su mano se acercó a la mía e hizo que nuestros dedos se entrelazaran.

— Esta calidez .. ya la he sentido antes.

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Abrí mis ojos ante una luz que se proyectaba en mis ojos, así que tuve que entrecerrarlos por la incomodidad. Pronto esa luz se alejó y note la mirada de Ewelëin que sonrió un poco, pues supongo que le ha de preocupar todo lo que sucede aquí en el Cuartel.

Espero no haberla preocupado mucho.

— Que alegría, haz despertado. —Dijo ella mientras dejaba un cuaderno de apuntes en la mesa.— Nos tuviste preocupados.

— Lo lamento, mi cabeza me daba vueltas. —Me reincorporé.— ¿Me dormí mucho?.

— Un día completo.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora