Capítulo 89: Un poco de Historia

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Me froté el hombro con fuerza, ignorando completamente lo que sucedía mientras seguía bebiendo mi jugo, probablemente era producto de mi imaginación. Sin embargo, no era así.

Pronto, he visto que un pequeño hada transparente y de color naranja merodear a mi alrededor, llevaba el cabello recogido y un pequeño vestido, sus alas parecían estar acompañadas de un ligero destello como la luz. Me miraba muy traviesa y entre risitas, como una niña que acababa de hacer una travesura. Antes de que pudiera decir algo, la pequeña hada salió volando por la despensa.

— E-Eh espera .. —Quise detenerla pero fue inútil.

— ¿Que sucede, ______?. —Karenn y Alajéa me observaron, interrogantes.

— Había una pequeña hada, ¿no la vieron?.

Ambas negaron con la cabeza, al parecer yo fui la única que la vi. En cualquier caso, el dolor en mi hombro ya no era una molestia, y en mi mente estaba la pequeña hada traviesa, estoy segura que ella lo había ocasionado.

— Tendrán que disculparme, tengo .. otras cosas que hacer. —Me levanté rápido de mi asiento y salí corriendo, detrás de aquella hada. Aunque alcance a escuchar otras risitas atrás de mí y antes de salir. Parece que Karenn y Alajéa piensan que voy a ver a Ezarel pero no he tenido la oportunidad de verlo hoy, espero poder buscarlo más tarde.

Salí y llegué hasta el mercado, el pequeño hada dejaba un brillo detrás de ella mientras volaba, así que me limité a mirar cuidadosamente a mi alrededor. No pasó mucho para ver que el brillo se dirigía hacia el refugio. Purriry me llamó desde lejos porque quería algo de ayuda pero tuve que decirle que ya estaba ocupada. Sentía algo de curiosidad, tal vez como un sexto sentido que me decía que debía seguirla. Todavía persiguiendo a la hada y con poco aliento, llegué hasta la fuente, donde el hada se volteó por última vez para mirarme con otra risilla y luego seguir volando. Por un momento pensé que solo quería divertirse, qué tal vez quería a alguien con quien jugar pero en el momento que observé que la hada se sentó en la mano de alguien, la idea se alejó completamente de mi cabeza.

— ¿Donde te habías metido, Molly?. —Escuché una voz tranquila, probablemente la voz más suave que he escuchado en Eldarya.

Me di cuenta que había una mujer sentada en la piedra, sus ropas eran lisas y con algunos toques dorados que hacían juego con su vestido, pero observándola más de cerca, parecía vestir ropas como en la antigua Grecia. Su cabello era rubio, largo y muy rizado. Sus ojos eran de color miel y su sonrisa era muy natural. Pero lo que más llamó mi atención, era las orbes de luz que volaban a su alrededor, como si no pudieran separarse de ella. La mujer notó mi presencia y volteó su mirada hacia mi, sin borrar la sonrisa de su rostro.

— Lo lamento, ¿Molly te ocasionó problemas?. —Se ha quedado mirando al hada con reproche pero su mismo rostro no permitía mostrarse enojada.— Ya no hagas travesuras.

Así que la pequeña hada se llama Molly.

— No se preocupe, de todas formas mi hombro no salió lasti... ¿eh?. —Volví a mirar mi hombro para darme cuenta que tenía una mancha de color rojiza, como una quemadura, realmente no me había dado cuenta hasta qué punto me había lastimado.

— Déjame ayudarte. —La mujer dejó ir a la pequeña hada y se acercó a mí, con sus orbes. Mis ojos solo veía con maravilla la luz que volaba a nuestro alrededor, definitivamente era como un espectáculo. La mujer colocó su mano en mi hombro y antes de sanarlo, di un pequeño quejido de dolor. Finalmente me di cuenta que ya no tenía la quemadura, la mujer se alejó un poco e hizo una ligera inclinación.

— Lo lamento, fue mi culpa, debía prestar más atención a Molly. —Dijo la mujer pero Molly solo dió unas cuantas vueltas sobre su cabeza, sin mostrar pena alguna y luego se sentó en su hombro.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora