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Las llamas de la pequeña fogata creaban un reflejo extraño sobre el perfilado rostro de Gillian. Sus rasgos se veían más angulosos y hacía que se formaran unas ojeras negras muy pronunciadas bajo sus párpados. 

Cedric había encendido un pequeño fuego. Aún no era del todo de noche, pero al igual que por el día daban ganas de quitarse alguna capa de ropa, por la noche la temperatura parecían bajar al menos unos diez grados. Un rosado atardecer iluminaba el cielo y embadurnaba las nubes con rayos de sol rojizos. Félix estaba sentado frente a la hoguera. A penas había hablado desde que había aparecido. Parecía alegre, pero a la vez se podía percibir un destello de pánico en sus ojos. Nadie le preguntó nada, decidimos dejarlo descansar primero. Debía de estar agotado y parecía haber perdido un par de quilos desde la última vez que le había visto. Tenía las gafas sucísimas, parecían haberse manchado con una especie de agua-barro. Cuando Félix apareció las manos y el cuerpo entero le temblaban. Había aparecido con el traje negro y la mochila empapados.
Y no se si solo era cosa mía, pero creí ver las marcas de la piernas aún más negras y pronunciadas.

Pam estaba sentada a su lado y le agarraba la mano con delicadeza. Parecían hablar un poco en voz baja, con ella era la primera con la que compartía más que dos míseras frases. En cuanto Pamela le vio aparecer tras de si pequeñas lágrimas de alegría le resbalaron por la mejillas. Salió corriendo hacia él y le abrazó con tanta ansia que pensé que lo iba a partir por la mitad. Jamás la había visto tan contenta. Y para sorpresa de algunos, aunque no para mi, le plantó un fugaz beso en los labios al chico, que se quedó patidifuso. Inmediatamente Félix se puso como un tomate y Pam soltó una pequeña carcajada. Al menos parecía que en medio de este infierno si era posible que ocurriesen cosas buenas.

Yo estaba sentada en el lado contrario al que se encontraba Félix. Observaba las llamas con fascinación. Con una pequeña chispa tenían el poder de hacerse más y más grandes hasta comerse el mundo entero. Un pequeño crujido a mi derecha me hizo salir de mi trance y centrarme en la presencia que se había instalado a mi lado. 

Los pies de un individuo aparecieron a ambos lados de mis caderas y unos brazos fuertes y calentitos me envolvieron con ternura. Cuando intenté girar la cabeza me topé con una barbilla y unos labios rosados que me sonreían. Noté que el corazón se me deshacía poco a poco y no pude evitar que una pequeña sonrisa floreciera en mi rostro. Gillian me sacaba una cabeza, y en momentos como ese era cuando ese pequeño detalle se notaba más. Donde mi cabeza acababa, la suya comenzaba. Daba la impresión de que un enorme osito de peluche me estrechaba entre sus grandes y calentitos brazos. Aquello me hacía sentir segura. Sus brazos parecían ser un escudo impenetrable que me protegía de cualquier mal, me hacía sentir como en casa.

Puso su cabeza sobre el hueco de mi cuello y me dio un pequeño beso. Sus cabellos me rozaron la mejilla. Me estremecí por completo. Pareció percatarse de ello. Sus ojos pícaros sonrieron y, con voz seductora, acercó su boca a mi oído.

- ¿Es que tienes frío, amor? - Escuchar la palabra "amor" me provocó un nuevo escalofrío y él no pudo evitar soltar una pequeña carcajada. Yo le di un golpecito de advertencia en el brazo - Vale, lo pillo. Está claro que mucho frío no tienes -Volvió a sonreír y noté en sus ojos azules ese destello de picardía que pocas veces había visto en él pero que siempre que aparecía encendía un fuego intenso en mi interior. Él continuó hablando - No se si lo recordarás, pero... Creo que me prometiste hablarme sobre tu nombre.

- ¿De verdad te apetece escucharlo? - Dije - Te aviso que no es tan interesante como tu procedencia Francesa.

- ¡Pues claro que quiero oírlo! - Exclamó. Luego me apretujó entre sus brazos - No me lo perdería por nada del mundo.

Me era imposible borrar la sonrisa de mi rostro. Era como un reflejo tonto del que no podía deshacerme.

- Bien, chico francés. Quizá sea un tanto lioso de explicar, pero te aseguro que mi linaje también es algo exótico.

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