NUEVE: PARÍS Y DENVER

11.8K 818 129
                                    


PARÍS Y DENVER

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

PARÍS Y DENVER

CINCO MESES ANTES
Sábado 16.29 P.M.

Ya era fin de semana de descanso para toda la banda, la mayoría se dedicaba a hacer nada pero yo tenía trabajo extra que el Profesor me daba particularmente. Estaba en mi habitación encerrada revisando los papeles mientras en otro tomaba apuntes. Así pasé un par de horas hasta que los golpes en la puerta me distrajeron.

── ¡No hay nadie!── grité totalmente molesta por ser interrumpida de no hacer nada.

A pesar de mi sarcasmo la puerta se abrió igual, levanté la vista para encontrarme con Nairobi con unas tostadas en su mano que me ofreció.

── Vamos tía, que no saliste a desayunar y ahora tampoco quieres almorzar── me extendió el plato.

Lo recibí gustosa de que se tratara ella, además de hambrienta. Nairobi se acostó en mi cama sacando todos los papeles de encima ordenándolos en una pila.

── ¿Estás bien, Parisina? Se te extrañó afuera.

 ── Un poco de tarea, pero ya me llegaron visitas.

Nairobi soltó una risita y se acomodó nuevamente en la cama hasta que empezamos a hablar de cómo iban las cosas con este nuevo modo de vida tan peculiar que teníamos ahora de estudiantes criminales.

── Yo apuesto una mano a que Tokio y Río están juntos── confesé terminando de comer lo último del plato── Me la juego con eso, no soy gilipollas.

── No creo tía, eso es romper una regla y eso es jugársela mucho ¿no?

Solo negué con la boca llena y me paré a la cocina a dejar el plato sucio. Aunque no estaba vacía.

── Buenas tardes── saludó la voz fría de Denver que estaba lavando los platos.

── Veo que estás de Cenicienta, ¿no?── saludé dejando el plato en el fregadero.

── No sales en todo el día y la única vez que lo haces es para dejarme el puto plato sucio, ¿no?

Lo miré con el ceño fruncido, no entendía la causa de su molestia pero tampoco estaba yo para adivinar.

── Entonces no lo hagas, hostias, pero no me vengas a joder.

Tomé el jodido plato de la discorida, al hacerlo me salpicó toda el agua del grifo por todo el pijama. Este se me pegó al cuerpo y se empezó a trasparentar un poco pero nada más haciendo que Denver me mirara de arriba a abajo, entonces me di cuenta de que no llevaba ningún tipo de zapatos e iba en pijama, le llamaba pintas de sábado.

── París, eh... que lo siento, ¿vale?

── ¿Andas con algún trastorno de la personalidad o qué? Te enojas un segundo pero al otro pides perdón── me reí amargamente.

honor among thieves  +.・ la casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora