DIECISÉIS: CULPABLE

4.9K 319 76
                                    

CULPABLE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CULPABLE

Miércoles 18.02 P.M
CIENTO DIECISIETE HORAS DE ATRACO

     No escuchaba nada, las voces de mi cabeza se quedaron en silencio cuando vi a Moscú caer al suelo de rodillas. Su careta cayó al suelo con manchas de sangre en ella lo que nos hizo caer en cuenta que la situación se nos había ido de las manos hace mucho tiempo, pero tuvimos que ver caer a otro de los nuestros para darnos cuenta de ello. Jugamos con fuego por más de cien horas metidos en este lugar, creyendo que todo estaba controlado, que siempre había un plan para solucionar nuestros errores. Que idiotas fuimos pensando que llevábamos la suerte de nuestra parte a cada paso que dábamos.

     Nairobi pasó por mi lado corriendo mientras que yo no podía moverme, estática y con mi respiración agitada tardé un par de segundos en volver al ahora.

     Tokio estaba frente a mí, pues había vuelto exclusivamente en busca de venganza por Berlín y yo, pues al final fui mi idea la de sacarla de aquí como un regalo para la policía que nos custodiaba afuera de la fábrica. Corrí hacia Denver empujando a Tokio que seguía vestida como los GEOS montada en la moto del bando contrario, Silene no me respondió mi acto pues también era consciente que es este segundo no era la protagonista.

     Creo que por primera vez Tokio no era el problema.

     Los gritos eran muy confusos, todos decían cosas diferentes sin que nadie se lograra poner de acuerdo. Me arrodillé a la altura de Moscú lanzándome al suelo sin pensar en el golpe de mis rodillas contra el piso, él tampoco entendía mucho de lo que estaba pasando, eso lo podía ver en su rostro a simple vista. No lo culpaba, éramos un caos desde siempre, tenía más que claro que las situaciones así nos ponían demasiado nerviosos porque nos costaba admitir que no teníamos respuestas a pesar de hacer todo lo posible para encontrarlas.

     La sangre personalmente no me era un problema, el tema era que esta estaba brotando sin parar del abdomen de nuestro compañero, mi cabeza empezó a doler de una manera horrible a la vez que mi pecho se contraía ante la ansiedad que invadió mi cuerpo. Levanté la vista y lo primero que me fijé fue en como Denver gritaba cosas que no lograba procesar porque en ese momento todo se detuvo, ese líquido espeso color carmesí que cubría mis dedos me hizo caer de golpe en una realidad que había intentado ignorar desde que entramos a este lugar con la esperanza de salir con millones en nuestros bolsillos y todos tomados de las manos con una sonrisa en el rostro.

     ── ¡Ayuda, ayuda!── los llamados de auxilio de Denver a mi lado me ayudaron a volver en mí misma. Pasé una mano por mi rostro mientras que mordía mi labio hasta sentir algo, lo que sea que me recordara que todavía estaba viva── Por favor. ­­

     ── ¡El botiquín!── exclamó Nairobi corriendo hacia nosotros.

     ── ¡Traed el puto botiquín!── volvió a gritar Denver, en los meses que lo conocía jamás lo había visto tan asustado. Habíamos tenido a los jodidos GEOS a menos de diez metros de nosotros cuando ocurrió el tiroteo de la bodega, pero esto no tenía comparación para él, no cuando literalmente su familia estaba en el medio.

honor among thieves  +.・ la casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora