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DINERO O LIBERTAD
Martes 12.27 P.M. OCHENTA Y SIETE HORAS DE ATRACO
── Vamos a ver, esto es muy simple. Como para niñitos de cuatro años── dije de pie en el quinto escalón── Nairobi está marcando en el suelo una línea que separará según su elección.
── Ha llegado el momento de tomar una descición── agregó Tokio paseándose entre la fila de rehenes── Convertirse en nuestros cómplices además de obtener un millón, o ser íntegros y salir de aquí.
Nairobi asintió terminando de dibujar en el suelo, en este momento las mujeres de la banda estaban llevando el plan a cabo.
── Fácil. La libertad... o el millón.
── Si os quedás aquí para ver el final, recibiréis en vuestra casa veinte mil billetes de cincuenta euros── dijo Nairobi emocionada, aunque sabíamos que eso jamás iba a pasar── Envasados al vacío, como el buen jamón.
Sin quererlo sonreí. Amaba como Nairobi le podía dar un toque de brillantina a una situación con sus frases icónicas que le bajaban el perfil al momento.
Los rehenes se miraban entre sí, hasta ahora no se podían creer que obtener la libertad era algo posible. Eso sí, la duda aparecía en el otro lado de la balanza.
── Los que quieran salir, por favor crucen la línea── pidió Tokio.
Después de incluso haberme dedicado a estudiar la mente humana, me seguía sorprendiendo ciertas cosas de esa compleja máquina. Era absolutamente cierta esa frase de que el dinero era capaz de mover el mundo entero de diversas maneras. Ahora mismo nosotros estábamos agitando España de arriba a abajo mientras robamos el núcleo de su fabricación, el dinero estaba haciendo historia.
Por ejemplo, fueron los mismos euros los que nos hizo entrar a una locura de plan. También unos fajos podía poner en duda la moral de una persona tachada de correcta por el resto ya que algunos todavía se pensaban si era realmente necesaria la libertad.
El excesivo apego a las riquezas tiene un nombre en psicología médica, crematomanía o el deseo obsesivo por acumular dinero y riquezas. Esta patología como todas las manías es de difícil y complejo abordaje y además a ello se suma el hecho de que en nuestros días es especialmente frecuente dada la excesiva idolatría que algunos tienen al dinero y lo que su posesión conlleva.
Existían dos grupos de personas en este instante, grupos marcados primcipalmente por la edad que los separaba. Primero estaban los adultos junto con las personas mayores, ellos pensaban en lo bien que les podría hacer el dinero en sus casas, en la economía familiar. Compras del mes, ropa para sus hijos, finalmente saldar esa deuda que tantas peleas había traído a la mesa en una que otra cena, quizás pagar la educación de los niños o poder cambiar el coche. Vamos, mil cosas para mejorar la calidad de vida.
