DOCE: EL MATRIARCADO

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EL MATRIARCADO

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EL MATRIARCADO

Martes 17.02 P.M.
NOVENTA Y SIETE HORAS DE ATRACO

    ── Lo que te estoy diciendo, Profesor, es que esto es un desmadre. La situación aquí adentro es crítica── decía Nairobi por el teléfono. Me acerqué a la mesa lentamente, todavía temblando un poco por lo que había pasado hace un momento sin lograr comprender mucho la situación en la que nos encontrábamos. Berlín se encontraba inconsciente con una herida abierta por el golpe de Nairobi── Tokio ha jugado ha jugado a la ruleta rusa con Berlín atado en una silla. Después Berlín la ha entregado a la policía. Y luego Río ha desertado y Berlín casi lo ejecuta como en un puto fusilamiento vietnamita. Ah, y para más drama al tema, París se ha enterado que con Berlín son familia.

   Miré a Nairobi un segundo al escuchar mi nombre, al parecer El Profesor le estaba preguntando cosas por el auricular. Denver estaba de pie sin decir nada, llamé su atención con un chasquido y le señalé el lugar donde habíamos dejado la última vez el botiquín para que me lo entregara evitando que Berlín se desangre encima de la mesa.

   ── Quiere hablar contigo, París── me informó Nairobi extendiéndome el teléfono.

   Lo pensé un segundo hasta que negué con la cabeza. La morena me miró confundida por mi respuesta.

   ── Dile que Helsinki ha asfixiado a Oslo. Estaba vegetal, tampoco había mucho que hacer para salvarlo── informé al resto del equipo haciendo el esfuerzo de ocultar la tristeza que me causaba la noticia, las únicas personas que lo sabían hasta el momento era Helsinki, Berlín y yo. No me fijé en las reacciones de Nairobi ni Denver, tomé el botiquín y lo abrí sacando las compresas de mala gana── Helsinki dice que es lo que él hubiera querido.

   ── ¿Escuchaste, Profesor?── preguntó Nairobi soltando un suspiro de frustración que era completamente comprensible── Ya lo ves, esto es un puto desastre de campeonato. Así que no tengo más remedio que tomar el mando yo el control de la situación hasta que las aguas vuelvan a su cauce.

   ── Pregúntale qué mierda hacía con la policía── intervino Denver.

   No escuché la respuesta, limpié la sangre que brotaba sin parar de la herida en la cabeza de Berlín. Vaya mano dura que se escondía Nairobi.

   ── Aquí adentro necesitamos saber en que situación estamos── hablé jugando a la enfermera con conocimientos básicos── O esto va a ser solo el principio de nuestra propia destrucción.

   El Profesor le dijo algo a Nairobi por el auricular del teléfono. Helsinki entró a la sala de mandos, de inmediato le pedí ayuda con Berlín que seguía tirado en el mismo lugar porque no tenía la fuerza suficiente para cargarlo al sofá.

   ── Mira, haz lo que tengas que hacer ahí afuera, que mientras tanto, yo arreglo las cosas aquí adentro── dijo Nairobi después de unos segundos── Y ahora te paso la llamada, que seguro es de la carpa.

honor among thieves  +.・ la casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora