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Era extraño sentirse nervioso frente a su propia habitación. Tenia tantas ganas de llorar por la desesperación que ni siquiera se dio cuenta cuando Jin lo había dejado solo.
Sus manos temblaban y sudaban sobre el picaporte, sin atreverse a abrirlo.

Se preguntaba donde diablos estaban los demás, pues cuando caminó por el pasillo dos de las habitaciones estaban abiertas y no había nadie en su interior.

Entró con lentitud, sintiendo un dolor en el pecho al divisar a Yoongi sentado sobre su cama.

El peliazul levantó el rostro casi inmediatamente, observando al menor con los ojos llorosos.
No pudo más.

Jimin salió corriendo, lo que provocó que Yoongi se levantara lo más rápido posible, yendo detrás de él. No atrasaría más el problema.

El rubio trató de salir de casa, pero unos brazos lo tomaron por la cintura antes de llegar a la puerta principal, siendo atraído al cuerpo contrario. Se mantuvo estático, sintiendo la frente del peliazul recargada en su hombro, mientras sus brazos lo sostenían con fuerza, como si no quisiera dejarlo ir. Su cuerpo comenzó a temblar.

Pasaron los minutos y ninguno hizo nada, hasta que Yoongi levantó el rostro, luego de buscar las palabras adecuadas. Relamio sus labios e hizo que el menor diera media vuelta, quedando frente a él, sin soltar su cintura y aprisionando sus brazos entre sus cuerpos, por si intentaba escapar de nuevo.

Jimin no quería levantar la mirada, y se limito a voltear hacia el suelo, sin saber que tener la cabeza en esa posición daba un buen ángulo para observar el chupete.
Sintió al mayor tensarse, pero inmediatamente este se relajó, confundiendo al menor.

Yoongi observaba con atención la marca. Sabia que ese Taemin no se quedaría quieto por mucho tiempo, a la primera oportunidad estaría detrás de Jimin, tal vez por eso tardo tanto en volver, tal vez esa marca fue contra su voluntad, o tal vez si aceptó, para pagarle con la misma moneda. Era justo.

"Claro que no es justo idiota"

Si se enojaba, si demostraba lo frustrado que estaba por las imágenes de lo que pudo pasar entre ellos cuando estaban juntos, si gritaba, si hacia cualquier tontería, la situación se quedaría igual o peor.

Levantó una de sus manos, posandola sobre la mejilla del rubio para obligarlo a mirarlo.
Jimin cerró los ojos, esperando el griterío de parte del contrario al salir con quien se supone nunca tendría una cita, pero en lugar de eso, sus labios fueron tomados por los del contrario, en un vaivén lento, haciéndolo abrir los ojos confundido.

Devoró su boca con tanta desesperación, aunque el menor no contestara de la misma manera, pero el simple hecho de volverlo a tener entre sus brazos, le trajo recuerdos de cuando aún eran felices, cuando los secretos seguían sin ser descubiertos.

Jimin descubrió que sus labios seguían siendo tan suaves como lo recordaba, y eso solo lo hizo llorar, pues aunque anhelaba volver a sentirlo, el recuerdo de los labios de Taemin sobre los suyos le hacia sentir culpable, incapaz de contestarle tal acción. Sintió un escalofrío por todo su cuerpo cuando los besos fueron directo a su cuello, haciéndolo respirar pesadamente.

-s-suga...-tragó saliva- hyung~

Yoongi no contestó, lo único que le importaba era quitar todo rastro de los toques de otro, tanto como el del cuerpo de Jimin, como el del suyo propio.

El rubio apretó la camisa del mayor ante las sensaciones, mordiendo su labio para evitar algún ruido.

-Suga...

Algo se sintió extraño en su corazón, haciéndolo acercarse a su oído.

-dime Yoongi- dijo con voz profunda, para después aprisionar el lóbulo entre sus dientes.

-ah~

Metió la mano bajo la camisa del menor, quien cerró los ojos ante el tacto frio.

Jimin podría empujarlo, apartarlo, pero no se atrevía, a pesar de decirle que se detuviera, su cuerpo no parecía reaccionar, lo deseaba, pero a la vez, sabia que necesitaban hablar.

-hyung... para...- hizo caso omiso, comenzando a empujarlo al sillón a su lado- suga~- de nuevo ese dolor.

"¿Por qué no llamarlo Yoongi?"

Decidió quedarse callado, sentándose sobre el regazo del menor y alzando su camisa.

-por... por favor- se quejó Jimin- suga~

-¡¡SOY YOONGI MALDITA SEA!!

Se levantó furioso, pasando ambas manos por su cabello y estirándolo ante la frustración, dándole la espalda.

Jimin sintió que el alma le volvía al cuerpo, pero a la vez los nervios lo llenaron por completo, haciendole imposible dejar de llorar.

No quería decir su nombre, no podía.

Yoongi volteó a verlo, encontrándose con una imagen demasiado triste.

-oye...- caminó hacia él, hincándose y tomando sus manos- lo siento yo...- tragó saliva, viendo que el menor ni siquiera levantaba la mirada- solo quiero que todo quede en el olvido- finalmente lo observo- necesito que vuelvas a llamarme Yoongi, con el cariño de siempre- apretó el agarre- podemos empezar de nuevo, sin secretos, podemos tener una cita- sonrió un poco- solo... olvidemos lo que pasó, ¿de acuerdo?

El silencio se hizo presente en la sala. El rostro de Jimin no mostraba alguna expresión. Min comenzó a hacer círculos en el dorso de cada mano, en espera de alguna respuesta y en cuanto oyó una pequeña risita de parte del menor, sintió alivió. Gran error.

Jimin alejó sus manos con rapidez, apartando a Yoongi en un segundo, cambiando su sonrisa por una mueca, mientras el color rojo abarcaba todo su rostro y el llanto se volvía incontrolable. Se levantó de su lugar, caminando a paso rápido hacia su recamara.

-¡espera... Jimin!

Detuvo sus pasos. Dio media vuelta, observando la cara de preocupación por parte del peliazul, quien ya se encontraba de pie.

-¿crees que es un juego?

Yoongi se quedó callado.

-¡¿Crees que es fácil de olvidar?!- comenzó a alzar la voz- ¡TE ACOSTASTE CON UNO DE MIS AMIGOS!

-pero...

-¡PERO NADA!, ¡AUNQUE AUN NO ERAMOS NOVIOS, FUE DOLOROSO SABER QUE HORAS ANTES DE PEDÍRTELO, ESTABAS REVOLCANDOTE EN LA CAMA CON HOSEOK! ¡GIMIENDO SU NOMBRE!- relamio sus labios- ¡ Y LO PEOR DE TODO ES QUE DIJISTE QUE SI!- el llanto ya era imparable- ¡¿CÓMO PUEDES PENSAR QUE OLVIDARÉ ESO DE LA NOCHE A LA MAÑANA?!, ¿EH?- Yoongi ya había comenzado a llorar, agachando su cabeza- eso pensé.

Jimin volvió a dar vuelta retomando su camino.

El mayor tomó con frustración su chaqueta, luego sus llaves, para salir de la casa a escondidas de lo guardias, dando un portón que resonó en toda la casa antes de irse.

En cuanto la sala estuvo completamente sola, Hoseok salió de la cocina, llorando. Dio un gran trago al vaso de vino en su mano, para después lanzarlo contra la pared, dejando que los pedazos de vidrio se esparcieran por todo el lugar.

Calló al suelo, sollozando estrepitosamente.

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No va a haber maratón para que no pregunten :D.

SOLO QUERÍA RECUPERARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora